Sánchez no echará a los ministros de Podemos porque «no quiere, es una decisión estratégica»
El presidente frustra el clamor del PSOE. «Necesitamos un golpe de autoridad» como revulsivo electoral, sostienen en el partido
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sigue deshojando la margarita sobre el momento en que ejecutará la remodelación del Ejecutivo, lo cual ha desatado los nervios y especulaciones en el PSOE. «Lo hará cuando él decida. La Constitución Española concede dos únicas prerrogativas exclusivas al presidente y él no va a desvelar su competencia», ni siquiera a sus colaboradores más cercanos que emiten esta afirmación. La únicas pistas que ofrece Sánchez a su equipo es cuando libera su agenda o pide posponerla sin alegar motivo alguno, lo cual alimenta las especulaciones de su núcleo duro, que también va a ciegas a la espera de que el César levante su dedo pulgar, como bien demostró el jefe del Ejecutivo hace año y medio, el 10 de julio del 2021.
La única certeza que manejan en el Palacio de la Moncloa y que vienen sosteniendo desde el principio de la legislatura es que no habrá ruptura con Podemos y que la coalición seguirá siendo un matrimonio de conveniencia. Las especulaciones sobre una posible ruptura de dicha coalición se habían disparado en los últimos días. Desde el PSOE deslizaban que el presidente Sánchez podría destituir a la ministra de Igualdad, Irene Montero, para «equilibrar la balanza» con el socio minoritario si finalmente destituía a la ministra de Justicia, Pilar Llop, por el descontento del presidente con su gestión, adelantado por THE OBJECTIVE, y por el malestar generado tras su entrevista a la cadena SER.
Estas fuentes argumentan que hay un «clamor» en el PSOE a nivel territorial porque el goteo de revisiones a la baja de condenas a agresores sexuales es uno de los temas que más perjudican las expectativas de voto socialistas. «El otro día en un acto de campaña con pensionistas en una pequeña localidad, el sí es sí fue el primer tema de preocupación de los militantes», explica una fuente a THE OBJECTIVE, fijando el debate en las agrupaciones como el mejor termómetro demoscópico del sentir de la ciudadanía.
El «clamor» del PSOE
«Necesitamos un golpe de efecto, un golpe de autoridad, un revulsivo», sostienen en el PSOE. Los rumores en el PSOE apuntaban a que el cese de Montero y Llop permitiría cumplir con ese golpe en la mesa, aunque también atribuían al propio Sánchez la decisión de cesar a Montero para que se produjera un efecto en cadena: de forma automática, la salida por decisión propia de la titular de Igualdad, Ione Belarra; y, tras la presión de Podemos, la de la vicepresidenta, Yolanda Díaz, y los ministros de Consumo, Alberto Garzón, y de Universidades, Joan Subirats.
«Sería una declaración de guerra», advierte Podemos, cuyos integrantes están inmersos en la guerra fría de la negociación sobre la reforma del solo sí es sí. Pero en Moncloa aseguran que se trata de «ciencia ficción». Y no porque el presidente Sánchez no pueda cesar a los ministros de Podemos, sino porque «no quiere romper la coalición». La permanencia hasta el final de la legislatura «es una decisión estratégica» de Pedro Sánchez, incompatible con movimientos tácticos cortoplacistas, con la vista puesta en las municipales de mayo. La primera batalla electoral en las comunidades y ayuntamientos es importante, en la medida en que sirve de anticipo y efecto arrastre de las tendencias para las generales de diciembre. Pero no deja de ser ‘caza menor’, en el sentido de que el partido no arriesgará con ningún movimiento que pudiera dificultar la suma con Podemos tras los comicios de diciembre de 2023.
Precisamente por este motivo, el presidente Sánchez se precipitó este jueves a cortar el ruido interno, asegurando desde Bruselas: «Sobre la ruptura o no ruptura, ya le digo yo que no. No, no se contempla. El gobierno de coalición progresista continúa. Todos mis ministros y ministras cuentan con mi confianza. Desde luego, también la ministra de Igualdad». Esta es una mención expresa a Irene Montero que evidenció el silencio respecto a su némesis en la negociación del sí es sí, Pilar Llop.
Los chats feministas: «es una despedida»
La titular de Justicia disparaba los rumores sobre su salida este miércoles cuando en la sesion de control del Congreso aseguró que «evidentemente, yo me siento absolutamente responsable de esta reforma. Y asumo en primera persona lo que pueda pasar». Según cuentan fuentes socialistas a este periódico, «los chats feministas del PSOE echaban humo. Todas interpretamos que era una despedida Sánchez la iba a echar y que, probablemente, ya se lo había comunicado».
En realidad, el tono compungido de Llop, 24 horas después de la entrevista en la SER en la que aseguró que «con una sola herida basta» para demostrar violencia, respondía al notable malestar en el PSOE que se lamentaba del «desastre», la «falta de capacidad política de Llop», y la ofensiva que, en consecuencia, había desplegado Podemos sobre la responsable de la cartera de Justicia.
Y también, a la ‘intervención’ de Moncloa sobre el discurso de Llop. Para arreglar el entuerto, el Palacio de la Moncloa que centraliza las peticiones de entrevistas a medios de comunicación, y mucho más con temas sensibles y en momentos de crisis, ideó una tourné mediática de la ministra al día siguiente: entrevista escrita en el diario El País y tres televisiones (Telecinco, La Sexta y Antena 3).
Varias intervenciones con una notable diferencia respecto a su intervención en la SER: ni una mención a las «heridas» ni al reconocimiento de que el problema no es de interpretación de los jueces sino de la propia Ley. En su lugar, una defensa de las cosas buenas de «una gran Ley, una buena Ley», en línea con el argumentario socialista. Según fuentes gubernamentales, el resultado fue un éxito: «la de la SER fue muy mal, las otras muy bien. Lo ha arreglado».
Llop «no repetirá en las listas»
Moncloa niega ahora que se vaya a prescindir de Llop en la próxima remodelación del Ejecutivo, algo que no negaban la semana pasada. «Si en algún momento se planteó, ahora ya no. No se puede cesar a Llop y no cesar a Montero. Llegados a este punto, sería reconocer la victoria de Ione Montero y la debilidad de Sánchez ante Podemos. De la misma manera en que no puede cesar a Marlaska para no evidenciar su debilidad ante Marruecos, ya no puede cesar a Montero para mostrar debilidad ante los socios».
Tampoco dimitirá Llop, pese a sus palabras en el Congreso. «Se le entendió mal», explica una ministra, «ella dijo lo que dijo, se refería a la Ley en sí, no a su permanencia en el Gobierno». Otras fuentes en el PSOE admiten os «errores» de Llop pero también sostienen que es «una de las mejores ministras que tenemos, de las más inteligentes y preparadas» y sería «una barbaridad» que saliera del Consejo de Ministros. Es decir, Llop está tocada pero no hundida y «lo único que pasará es que no repetirá en las listas para generales porque ella quiere volver a la judicatura».