Prisiones investiga a cuatro funcionarios por la fuga de película en la cárcel de Picassent
Los sindicatos critican los expedientes y culpan de la fuga al deterioro y las deficiencias de seguridad de la prisión

La fuga en la prisión Picassent, en diciembre de 2024.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, ha abierto expediente a cuatro funcionarios de la prisión valenciana de Picassent, investigados por su presunta implicación en la fuga de película que protagonizaron dos presos en la víspera de las pasadas Navidades, el pasado 21 de diciembre, según revelan a THE OBJECTIVE fuentes penitenciarias. La Policía Nacional detuvo a uno de los huidos dos meses después, el pasado 5 de febrero, en Burjassot (Valencia) cuando intentaba colarse en las viviendas de varios vecinos; el otro todavía sigue en paradero desconocido. Ambos aprovecharon el barullo formado por la retransmisión de un partido de fútbol para llegar hasta una ventana, romper los barrotes y descolgarse con sábanas desde una segunda planta.
La apertura del expediente, advierten estas mismas fuentes, afecta a cuatro funcionarios del citado centro penitenciario que trabajaban durante esa noche en el módulo dos, donde estaban los dos huidos y están internos los reclusos más conflictivos del penal. Fuentes sindicales critican que la investigación del departamento dirigido por Ángel Luis Ortiz «solo busca cabezas de turco» cuando «las deficiencias de seguridad y el deterioro de las instalaciones» desencadenaron la fuga. «Es la prisión más grande de España, tiene 30 años y está muy deteriorada. Con todo el ruido del partido que había esa noche… No tiene sentido culpar a funcionarios de las deficiencias en seguridad».
Los internos se beneficiaron del alboroto que estaba provocando en las celdas un atractivo partido de fútbol, el que jugaban el FC Barcelona y el Atlético de Madrid, para salir de su estancia, ir hasta una ventana, descolgarse con una soga y llegar al exterior sin que ningún funcionario, ni penitenciario ni policial, se diera cuenta. Sergio C. D. y David M. G., de nacionalidad española y con condenas por delitos contra la propiedad, perpetraron la fuga entre las 21 y las 23 horas, momento del primer recuento de la noche y cuando los funcionarios dieron la voz de alarma sobre su ausencia.
Un gran número de obstáculos
Antes, en cualquier caso, los dos internos sortearon un gran número de obstáculos. Aunque, según detallan fuentes penitenciarias, poco complicados teniendo en cuenta «el deterioro de las instalaciones y de los sistemas de seguridad» del centro. El primer paso fue salir de la celda en el módulo 2. Después, en medio del griterío por el encuentro deportivo, se desplazaron a una ventana, hicieron palanca con una barra para forzar los barrotes y se descolgaron de una altura de dos plantas colgados de una soga que habían fabricado con sábanas, tal como puede advertirse en la imagen que ilustra este artículo.
Una vez lograron bajar el muro, los dos presos se dirigieron a la puerta por la que entran las mercancías al recinto penitenciario y, tras romperla, abandonaron la prisión. Ninguna cámara ni ningún efectivo de la Guardia Civil detectó en ese momento la huida. En una primera reconstrucción, distintas fuentes penitenciarias advirtieron a este periódico de que las «deficiencias de seguridad» fueron claves para que los internos se diesen a la fuga. «Se trata de una prisión muy deteriorada. La carpintería metálica está muy oxidada, prácticamente se deshace. Y los sistemas de seguridad son muy antiguos, están obsoletos». Si a esta situación, prosiguen estas fuentes, «sumas que en partido de fútbol los internos aporrean puertas y ventanas y es muy difícil distinguir ruidos, tenemos como resultado la tormenta perfecta».
Sin reformas en Picassent
En el mismo sentido, fuentes sindicales advierten de que, pese a su deterioro, no se han hecho «reformas significativas» en la prisión. De hecho, indicaron estas mismas fuentes, el propio secretario general de Prisiones, Ángel Luis Ortiz, visitó semanas antes la prisión «para que viera de primera mano el estado de la cárcel». Al parecer, está prevista una inversión para remodelar algunos módulos. No obstante, se le expuso que había prioridades, como los barrotes corroídos y en mal estado de la mayoría de las ventanas. «Lamentablemente, en unos días lo hemos podido comprobar», señalan desde ACAIP-UGT. La ventana por la que se descolgaron los dos presos presentaba graves deficiencias.
Este sindicato denuncia que «la prisión de Picassent es el mayor complejo penitenciario de España y requiere de una gran inversión en mejora de sus infraestructuras. No se puede permitir que los elementos de seguridad pasiva no cumplan su función». Del mismo modo, el sindicato TAMPM insiste en que es más patente que nunca la falta de medios técnicos y humanos y la necesidad de una mayor apuesta por la seguridad. «Solicitamos lo necesario para garantizar que esto no se vuelva a producir en el futuro». Con la fuga de otro preso a finales del pasado mes de febrero de la cárcel de Cuenca, cuatro internos han logrado huir de su centro penitenciario en apenas dos meses, lo que ha provocado cierta preocupación en el colectivo de funcionarios de prisiones.