El 'modus operandi' del sacerdote malagueño: entre amigos y sin dejar rastro
Los pueblos donde el párroco ejercía muestran preocupación ante el conocimiento de nuevas posibles víctimas
En la madrugada del 11 de septiembre, el conocido cura del pueblo de Vélez-Málaga es detenido por la Policía Nacional. Los agentes de la UFAM le leyeron sus derechos y los supuestos delitos que el joven de 34 años habría cometido. Según cuentan las autoridades, el cura se acogió a su derecho de no declarar y no colaboró impidiendo que le realizaran la prueba de ADN.
Ese mismo día, el cura había estado oficiando una misa en Sierra de las Nieves de Yunquera, un pequeño pueblo de Málaga que había acogido muy bien al cura. El alcalde, José María Rodríguez, comentaba a EFE que el pueblo parecía contento con la llegada de un nuevo cura, que podía aportar nuevas ideas, propuestas e intenciones: «Es un palo, una persona tan joven, tan cercana».
El cura ha sido detenido por cuatro delitos de agresión sexual y cinco delitos contra la intimidad. El sacerdote presuntamente está acusado de haber agredido a varias mujeres a las que en primer lugar sedaba y luego grababa realizando todo tipo de prácticas sexuales. Según los primeros datos de la investigación, fue su pareja quien descubrió un disco duro donde se observaban estas agresiones del párroco a las mujeres.
Según ha adelantado diariosur.es, el 6 de septiembre y tras el inicio de la investigación, el sacerdote acudió a la comisaría de manera voluntaria para denunciar a su exnovia de Melilla por el hurto de material informático y 3.000 euros. Este hecho fue de gran importancia para los investigadores ya que sirvieron para cotejar que las imágenes proporcionadas por la chica correspondían al párroco malagueño.
En el registro de su casa realizado por la Policía Nacional, los agentes encontraron discos duros, teléfonos móviles, cámara de fotos y pendrives. El contenido ha sido incautado por la Policía Nacional y la investigación continúa tratando de identificar a más víctimas. Los hechos se produjeron en diferentes años y localidades.
Hasta donde se conoce, las agresiones se habrían producido entre los años 2017 y 2019, coincidiendo el inicio de estas prácticas con su ordenación como sacerdote. La Policía no descarta que haya más víctimas, sobre todo en la zona de Córdoba, Melilla o Málaga.
Así actuaba el «padre Fran»
Las agresiones, según la línea de investigación ofrecida por la Policía Nacional, se habrían producido en un contexto de viajes entre amigos, conocidos en campamentos religiosos o asociaciones. En Ardales, algunos vecinos eran conocedores del gusto del cura por las fiestas. Lo que no sabían en el pueblo es que ese era el escenario en el que el sacerdote cometía los presuntos crímenes.
El párroco malagueño aprovechaba el contexto de confianza para drogar a sus víctimas con algún tipo de sustancia. Tras ello, el «padre Fran» se encargaba presuntamente de abusar sexualmente de ellas mientras las grababa.
Según fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, todavía no se ha podido confirmar el tipo de sustancia que el cura suministraba a las víctimas. Algunos expertos apuntan a la posibilidad de que utilizaba burundanga, una droga que produce en la víctima sumisión. El efecto de amnesia u olvido coincide con el testimonio de las víctimas de no recordar nada. Las cinco víctimas fueron conocedoras de los hechos tras la notificación por parte de la Policía. En ningún momento previo sospecharon nada.
Las drogas de «sumisión química» permiten al agresor mantener a la víctima en una actitud de sometimiento. Otras de las posibles sustancias que el presunto agresor pudo utilizar fueron el GHB, la ketamina o la gamma-butirolactona, cuyos efectos se asemejan a los que presentaban las víctimas en los vídeos.
En los pueblos donde el párroco ejercía aumenta la preocupación. El sacerdote participaba en las jornadas de convivencias o campamentos que eran organizados por la parroquia. Ahora, tras observar cómo el sacerdote no dejaba aparentes rastros a sus víctimas tras el delito, los vecinos temen que aparezcan más víctimas.
La Diócesis de Málaga se desmarca
La Diócesis de Málaga se ha desmarcado de conocer los hechos previamente y asegura estar colaborando con los requerimientos de la Justicia con el fin de «facilitar la investigación que aclare los hechos». A través de una nota de prensa, la Diócesis de Málaga ha reiterado su «condena más profunda y contundente contra cualquier tipo de vejación o abuso a la mujer».
THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con la Diócesis de Málaga, quien se ha remitido a sus declaraciones donde aseguran no tener conocimiento de estos actos previamente. La Diócesis de Málaga asegura que el traslado del sacerdote desde Melilla a Yunquera y El Burgo en enero se debió a una cuestión de salud.
La Diócesis de Málaga ha informado a través de otra nota de prensa que le han sido retiradas «las licencias ministeriales para que no ejerza el sacerdocio» al cura malagueño.
Un sacerdote con «vocación»
El conocido como «padre Fran», de 34 años, nació en Vélez-Málaga. Fue ordenado sacerdote en 2017, coincidiendo en año con los primeros vídeos delictivos hallados en el disco duro. El «vocacional sacerdote» estuvo ejerciendo como párroco en los municipios de Álora, Ardales y Carratraca, así como en Melilla.
Hasta el 11 de septiembre, el sacerdote se encontraba activo en las iglesias de Nuestra Señora de la Encarnación, en Yunquera (Málaga), y Santa María de la Encarnación, El Burgo (Málaga). Ambos ayuntamientos han señalado a EFE que están muy atentos por si hay alguna mujer afectada en sus municipios. Los pueblos malagueños también habrían pedido una explicación al Obispado sobre el traslado desde Melilla.
Hace diez años, el padre Francisco respondió una llamada de La Opinión de Málaga, donde tildó de «vergonzosos» los escándalos de la Iglesia Católica con respecto a la pederastia. En esa misma llamada, según informa el medio, reafirmó que su fe había sido impulsada «desde que era chiquitillo» por su madre, que había sido monja.
La investigación continúa
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos del municipio de Vélez-Málaga confirmó el ingreso del sacerdote veleño a prisión provisional, comunicada y sin fianza.
El delegado del Gobierno de Andalucía ha concretado a los medios que hasta ahora «no hay más datos relevantes» sobre el caso. La Policía Nacional sigue recabando datos y no descarta la aparición de nuevas víctimas.
La Policía ha solicitado que aquellas mujeres que puedan tener un mínimo de sospecha, llamen al 091 o acudan presencialmente a una comisaría.