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Castilla y León

Los 'langostinos Mesetarios' de Medina del Campo (Valladolid) duplican la producción

No parece de lo más normal la cría de langostinos a 300 kilómetros de la costa, pero en Medina del Campo podemos encontrarlos y degustarlos

Los ‘langostinos Mesetarios’ de Medina del Campo (Valladolid) duplican la producción

Langostinos envasados de Noray. | Noray

Lo normal es conocer a Medina del Campo por sus recursos turísticos, entre ellos el majestuoso Castillo de la Mota, o por su espectacular Casco Histórico, o por su Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional, o por sus Encierros de toros por el campo, declarados de Interés Turístico Nacional o por ser el lugar donde murió uno de los personajes más importantes y decisivos de la historia, la Reina Isabel de Castilla o Isabel la Católica, pero lo que no es muy normal, es conocer a Medina del Campo por la crianza de langostinos, pero así es y cada vez más público conoce estos langostinos producidos en la Meseta castellana.

Todo comenzó en 2008 cuando el promotor del proyecto, el noruego Bjorn Aspheim viajó a Medina del Campo con la idea de fundar una empresa dedicada a la cría de langostinos en plena Meseta castellana.

La granja de langostinos de Medina del Campo, Noray SeaFood, anteriormente llamada Gamba Natural, ha llevado a cabo una segunda fase cuya inversión va a permitir duplicar su capacidad de producción y alcanzar las 100 toneladas de producto a finales de este año.

Este tipo de granjas son habituales en ciertos países de Europa, pero en España, desde 2008 es la única empresa de estas características que ha apostado por un producto sostenible, de calidad y ecológicos.

Langostinos envasados de Noray.

Su modelo de producción está enfocado en la producción de langostinos tropicales (Litopenaeus vannamei) y está basado en tecnología de recirculación en acuicultura. La complejidad de la cría y la necesidad de poder tratar el agua para conseguir las condiciones idóneas de cultivo a 300 kilómetros de la costa, ha requerido de una importante inversión, hasta el momento de más de 12 millones de euros.

Noray SeaFood produce cerca de 60 toneladas de langostinos al año en los más de 20 tanques de agua especialmente acondicionados y climatizados debido a los rigores del invierno en esas latitudes castellanas. La empresa ha consolidado un producto de mucha calidad, apreciado por los grandes de la cocina europea, incluyendo a uno de los cocineros más reputados en la cocina española, Martín Berasategui, que gestiona la primera Gastrobodega que hay en España en la localidad vinícola por excelencia de Rueda, a escasos 8 kilómetros de las instalaciones de la empresa y que sin dudarlo los ha incorporado a la carta siendo uno de los platos estrella del establecimiento.

El producto se comercializa semanalmente bajo demanda del cliente, en fresco y cocido en varios formatos, con precios que van de los 49,99 euros el kilo en adelante y se sirve en 48 horas, lo que garantiza la calidad del producto.

Reto de un mayor consumo nacional

El producto se distribuye en dos calibres, de 60/80 piezas por kilo, con ejemplares de 14 gramos, y la del crudo en bandejas de 40/60 con peso medio de 20 y el problema en lo que respecta al consumo nacional es el elevado precio del producto respecto al langostino que se viene de otras latitudes y que se puede adquirir por 10 euros el kilogramo en la mayoría de grandes superficies.

Es por eso que cerca del 70% de este exquisito manjar se comercializa en otros países donde el poder adquisitivo es mayor y dan prioridad a un producto totalmente ecológico y que no utiliza antibióticos ni sulfitos.

Según señala Bjorn Aspheim a The Objective «apostamos por la investigación y la innovación en todas las fases de nuestro modelo de negocio. Innovar es la clave de nuestro éxito». Igualmente recalca que «nuestro modelo de producción y consumo sostenible garantiza la reducción de emisiones y residuos, a la vez que somos una marca local y por eso creemos en la comunidad que nos rodea para seguir creciendo. Un proyecto con mucha alma y carácter español».

La cría del langostino

El proceso comienza con la cría de huevos propios de la variedad Litopenaeus occidentalis, ‘langostino blanco’. Esta cría se lleva a cabo en varios de los 24 tanques acuáticos que tienen en sus instalaciones, los tanques de desove.

En la sala de desove pasan unas 3 horas, hasta que se abren, y comienza el proceso en el que se convierten en postlarvas hasta que después de unos días, el langostino ya es capaz de alimentarse y es entonces cuando son enviados a las balsas de engorde, donde necesitarán aproximadamente 60 días para alcanzar el peso necesario para su comercialización.

La aplicación de tecnología microbiana de última generación, con agua salada artificial, permite la producción de langostinos frescos y limpios en instalaciones bajo techo y en cualquier localización sin hacer uso de sulfitos, que es el mayor valor añadido del producto.

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