La posible entrada de Colau en Vivienda aterra al sector y a las víctimas de la okupación
El mundo inmobliario teme que endurezca la ley con políticas más intervencionistas que ahoguen más el mercado
A pocos días de la constitución de la Mesa del Parlamento nacional -lo que dará pistas del color del futuro Gobierno-, la posible llegada de Ada Colau a un Ministerio de la Vivienda ha levantado la polémica, y también el miedo del sector inmobiliario por las consecuencias que puede acarrear que sus políticas al frente del Ayuntamiento de Barcelona acaben destrozando el mercado.
De la mano de Sumar, Yolanda Díaz siempre ha ponderado la actuaciones en materia de vivienda de Ada Colau, de quien ha dicho es «un modelo y una referencia internacional».
No en vano, la política catalana ha hecho bandera en las elecciones del 23-J de la necesidad de crear un ministerio para abordar este asunto, al tiempo que la vicepresidenta segunda mantiene que Pedro Sánchez llegó «tarde» a la Ley de Vivienda, y además ésta está «recortada».
Con estos antecedentes, el sector teme que el modelo Colau se contagie en el resto de España y depare mayor reducción de la oferta inmobiliaria, aumento del precio de los alquileres, expulsión de las inversiones y, la desprotección a las víctimas por el fenómeno de la okupación y la inquiocupación, como ya han hecho saber a THE OBJECTIVE. Y eso, por no añadir, como explica a este periódico el doctor en Economía y presidente del Foro de Economistas Inmobiliarios del Colegio de Economistas de Madrid, Julián Salcedo, que quien fuera presidenta de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca también limitó cuando tenía el bastón de mando de la ciudad Condal, «la construcción de pisos turísticos y de hoteles», a través de una moratoria incluida en un Plan Urbanístico llamado PEUAT.
De momento, y sin confirmar el nombre de la dirigente de En Comú Podem, y en todo caso, a falta de que Pedro Sánchez consiga los apoyos suficientes para lograr su segunda investidura, lo cierto es que entre las promesas del programa electoral de Sumar está la creación de un Ministerio de Vivienda, para el que Yolanda Díaz quiere que se destine en inversión pública el 1% del PIB. Es decir, 13.200 millones que se habrían de incluir en los nuevos Presupuestos Generales del Estado.
«¿Colau, ministra? Ver para creer»
Salcedo, vicepresidente de Trabajo de Urbanismo del Consejo General de Economistas, sostiene que «Colau solo despierta simpatías y reacciones positivas entre los okupas», por eso, a su modo de ver, que la exedil de Barcelona llegue al Ministerio de Vivienda se resume con una conocida expresión: «Ver para creer» o «no me lo puedo creer».
Y la desconfianza no es otra que, «aun dando por hecho que tiene sentido que España necesite un Ministerio de Vivienda que sirva para coordinar un determinado tipo de actuaciones, sin llegar a imponer a las comunidades autónomas, pero sí dotando de presupuesto a las políticas de vivienda -apostilla-, tener a Colau como ministra de la Vivienda es un despropósito».
Y lo es -explica Julián Salcedo-, porque cuando ha estado al frente del Consistorio de Barcelona, «ha promovido el enfrentamiento entre propietarios e inquilinos, y eso ha provocado que se retiraran viviendas del mercado inmobiliario, lo que trae consigo que en la oferta, algunas de esas viviendas se convirtieran en viviendas de temporada o, se alquile por habitaciones. Es decir, que a la postre, al final la oferta de la vivienda se ha reducido y los precios de los alquileres han subido».
Políticas intervencionistas -añade- que podrían ser el sello de actuación de esta ministrable, que al parecer «se dejó cosas por hacer en Barcelona en ese sentido, y todas iban en la línea intervencionista». En su opinión, Colau podría desarrollar aspectos de la actual Ley de Vivienda y «endurecer el articulado, en el que se da cabida a la expropiación» y, en el que, a través de un grupo de expertos que revisará la ley a los seis meses de su aplicación, decida fiscalizar los pisos turísticos y los alquileres de los locales comerciales.
Claro que -mantiene- «entre los perjudicados, lo peor que puede ocurrir a los afectados por la okupación, es que Ada Colau dirija el Ministerio de Vivienda o, alguien de Sumar, ya que que en definitiva piensan igual en este terreno que ERC y que EH Bildu, porque ven al que tiene una vivienda como un gran capitalista, como un gran tenedor, y no son capaces de ver las consecuencias sociales que está teniendo el fenómeno de la okupación».
Pero, el peligro -remata Salcedo- está en que Ada Colau no tiene ni la menor idea del mundo de la vivienda. No tiene formación académica -cursó estudios en Filosofía-. Es solo una activista y sectaria a la que le gusta mover a la gente para tener más votos y perpetuarse en los cargos».
«Pedro, soy víctima de la okupación»
Para Ricardo Bravo, presidente de la Plataforma de Afectados por la Ocupación, que Colau sea la nueva ministra de Vivienda sencillamente «es una vergüenza». Máxime cuando la asociación, a través de la mediación de un dirigente de En Comú Podem, pidió una reunión con una comitiva de afectados y ésta se negó durante su gestión de alcaldesa de la ciudad de Barcelona. La comitiva buscaba transmitirle que ellos son «gente trabajadora, que está sufriendo cuando se quedan sin hogar y tienen que seguir asumiendo los gastos de las viviendas (Cataluña ostenta el récord en ocupación del total del país, concretamente, el 40%)».
Pero Colau no es la única que le ha hecho la cobra a la Plataforma que defiende una Ley Antiokupas. En la izquierda -señala Bravo-, «hay muy poca sensibilidad ante esta problemática. Les cuesta decir víctimas de la okupación. Son incapaces. Lo pudimos ver en una reunión con miembros de estos partidos políticos en la Asamblea de Madrid. Aunque bueno, lo de Podemos directamente es una vergüenza», reconoce.
Además -detalla-, la izquierda utiliza cualquier caso mediático, como el reciente acaecido en el PAU de Vallecas, con la empresa Desokupa, para tachar a este plataforma de nazi.
Entre las pocas citas que Bravo ha mantenido con partidos de izquierdas está un encuentro con Héctor Moruno, asesor de Iñigo Errejón y diputado por Más Madrid. En esa cita, Moruno se comprometió a facilitar una reunión con el exlíder podemita, algo que no llegó a ocurrir. Eso sí, Moruno le dijo a Ricardo Bravo, que «todas las leyes tiene sus efectos colaterales, y en este caso, el efecto colateral de la actual Ley de Vivienda, era para los afectados por la okupación».
La dirección de la Plataforma AntioKupa también llegó a conversar con Joan Balldoví, de Compromís. «Y esté se mostró interesado y se ofreció a hacer de puente con Iñigo Errejón, pero finalmente no pasó nada», apunta.
De quién sí habla bien Bravo, por el trato dispensado, es de la exministra de Industria y líder de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto. A ella pudo acercarse en el último mitin que el PSOE dio en Madrid en la campaña del 28-M. Allí, Maroto se comprometió a hacer de enlace con Pedro Sánchez, quien cerraba el mitin. Maroto les aseguró que tenía el teléfono de Sánchez y que «es amigo».
Pero con las elecciones generales por medio, esa mediación y ese encuentro no hay tenido lugar aún.
Lo que sí tuvo lugar fue el rechazo de Sánchez, al finalizar ese mitin en Entrevías, a acercarse a los miembros de la Plataforma Antiokupas, que en repetidas ocasiones le llamó por su nombre, desde un cordón policial, pero éste cambió el rumbo y salió por otro lado, como se puede apreciar en el vídeo.
En 2019, Colau dijo que no quería ser ministra
En el año 2019, Ada Colau negaba a La Vanguardia que alguien se hubiera puesto en contacto con ella para ofrecerle desde el Gobierno el Ministerio de Vivienda. En esa entrevista, la exregidora afirmó que lo que a ella le interesaba era trabajar por la ciudad de Barcelona.
En estas elecciones generales, y cuando en los círculos políticos se podía oír que Colau quería cambiar de aires y dejar Barcelona por Madrid, entonces, Yolanda Díaz aplaudió la generosidad de políticos como ella, por no ir en las listas de Sumar para los comicios nacionales. Finalmente, Colau fue en el número 32 de la lista por la provincia de Barcelona, de manera simbólica, cerrando esa lista, algo que habitualmente hacen los alcaldes de las capitales de esa circunscripción.
Cabe recordar que, durante su etapa como alcaldesa, Ada Colau aprobó un Plan de Urbanismo, PEUAT, por el cual, se regula la implantación de establecimientos de alojamiento turístico, así como de albergues de juventud, viviendas de uso turístico y hogares compartidos, sosteniendo que dicha regulación responde a la necesidad de hacer compatibles los alojamientos turísticos de la ciudad con un modelo urbano sostenible basado en la garantía de los derechos fundamentales y la mejora de la calidad de vida de los vecinos y vecinas. Y -añade el plan-, «más allá de la oferta turística, el plan tiene también por objeto regular el alojamiento temporal en las residencias colectivas docentes de alojamiento temporal en suelo de zona».