Díaz no se fía del empate técnico con Vox: el reparto de escaños puede favorecer a Abascal

A menos de cinco días de los comicios, los partidos políticos pelean para intentar convencer a sus simpatizantes en las provincias que consideran clave. Sumar, la coalición que lidera Yolanda Díaz se centra en los últimos compases de la campaña electoral en provincias del País Vasco, Navarra, Cataluña y Madrid. Son los territorios donde Sumar compite con los nacionalistas y donde espera lograr el grueso de sus votantes, además de Valencia. Andalucía, en cambio, parece haber sido sustancialmente dejada de lado. La candidata de Sumar arrancó su campaña en Galicia, pero ahora intenta maximizar su resultado en provincias medianas y grandes donde considera que puede dar el sorpasso a Vox.

En el cuartel de general de Sumar, de hecho, saben que las encuestas pueden ofrecer una sensación falsa de empate técnico con Vox. Díaz tiene el objetivo de intentar revalidar los 35 escaños de Pablo Iglesias de 2019. Pero lo cierto es que no todos en su mismo equipo creen que la dinámica electoral del voto útil favorezca ese escenario. Así que los de Sumar se preparan a todo tipo de escenario, incluso quedar por debajo de 30 escaños, que es lo que barajan en las altas esferas de Podemos. Iglesias y los suyos creen que Sumar no alcanzará el umbral de los 30 diputados, y afilan las espadas para cuestionar el liderazgo de la gallega el día después del voto.

En Sumar, no obstante, cruzan los dedos y los datos. Creen que no sería lo mismo quedar por debajo de 30 escaños si, por lo menos, se logra ganar la «batalla moral» del sorpasso a Vox. Iglesias obtuvo hace cuatro años 35 diputados, pero Unidas Podemos quedó cuarta fuerza política. Díaz quiere recuperar el tercer escalón del podio, aunque en términos netos tenga menos escaños en el Congreso que su antecesor. Y para ello los estrategas de Sumar creen que es importante maximizar su llegada en las provincias del norte de España y en Madrid. En Andalucía, histórico bastión de la izquierda, la coalición de Sumar asume un sustancial retroceso respecto a 2019.

Media del 12% de votos

Ante las encuestas, fuentes de las formaciones que confluyeron en Sumar admiten cierta preocupación. Al margen del CIS de José Félix Tezanos, que pronostica una estimación de votos de un 15% para los de Díaz, las demás casas demoscópicas son menos generosas. Sumar fluctúa de media entre el 12% y el 13% de votos. Números prácticamente idénticos a los que cosecha Vox. Sin embargo, en el frente errejonista de Sumar saben que este empate técnico no equivale de por sí a sostener -tal y como hacen oficialmente- que «hay partido». «Vox tiene una importante ventaja en las provincias rurales y del interior», avisan.

Esto significa que el equipo técnico de Díaz, que analiza día tras día las cifras demoscópicas, avisa de que el empate técnico en términos de estimación de votos podría ser contradictorio a la hora de repartir escaños. Díaz concentra el grueso de sus escaños en Madrid, Valencia, País Vasco, Cataluña y otras provincias de cinco o seis diputados. En todas las provincias menores, la coalición de izquierdas da por descontada su derrota, pero sabe que Vox tampoco recogerá mucho. Pero en las medianas del centro de España, los de Abascal sí aspiran a obtener diputados. Los de Santiago Abascal defienden desde hace tiempo sus propuestas para el mundo rural y el «campo».

Un reciente sondeo elaborado por Sigma2 para El Mundo destaca que quedan en todo el territorio nacional alrededor de 16 escaños en juego entre dos fuerzas políticas. De ellas, Vox podría perder o ganar un representante en nueve, y el grueso de esos territorios se ubican entre Extremadura, el sur de Andalucía y Castilla-La Mancha. Sumar pugna por lo mismo, pero en siete provincias, sobre todo en el País Vasco, Cataluña y Madrid. En Andalucía, tan solo en Sevilla la coalición de Sumar podría sustraer un escaño a los socialistas, mientras que en las demás provincias la formación anticapitalista de Adelante Andalucía le está robando protagonismo.

El caso de Más País

Aunque tanto Vox como Sumar sufrirán, según todos los pronósticos, la dinámica bipartidista de las elecciones del 23 de julio, su implantación territorial y reparto de votos es muy diferente. Por ello, en Sumar temen que un empate técnico en porcentaje de votos pueda tener un desagradable efecto bumerán en cuanto a fuerza parlamentaria. «El precio en votos por escaño no es lo mismo en toda España», afirman en Sumar.

Se refieren a que con la actual ley electoral «vale más» un escaño en las provincias más pobladas que en las otras; y Sumar se juega su futuro sobre todo en las primeras. En 2019, por ejemplo, a Más País, la formación que lidera Íñigo Errejón, le costó cada escaño alrededor de 190.000 votos. Ciudadanos necesitó 160.000 por cada uno de los suyos, mientras que PSOE y PP se movían alrededor de 60.000 electores. Vox estaba ligeramente por encima de los dos principales partidos.

Esto significa que para ganar a Abascal, la coalición de Sumar necesita ampliar su diferencial de votos de Vox por encima de lo que están reflejando ahora mismo las encuestas. Y es por ello por lo que en Sumar temen que en las elecciones de julio pueda darse una dinámica amarga. Si Sumar gana a Vox en votos, pero pierde en escaños, será aún más difícil salvaguardar el papel de Díaz como jefa indiscutible de la coalición. Lo saben en Sumar y, sobre todo, en Podemos, donde esperan el momento adecuado para dejar claro que avisaron de que el planteamiento electoral de la política gallega era erróneo.