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Política

Puigdemont y su entorno centran sus críticas contra la UE en medio de la guerra de Ucrania

El ‘número dos’ del expresidente catalán, Josep Lluís Alay, también carga contra el «bajo nivel» de Von der Leyen y Borrell en su visita a Kiev

Puigdemont y su entorno centran sus críticas contra la UE en medio de la guerra de Ucrania

Carles Puigdemont y Toni Comín en el Parlamento Europeo

Los tres eurodiputados de Junts, Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín, han acentuado sus críticas a los representantes de la Unión Europea en medio de la guerra en Ucrania. En un momento en el que los principales grupos políticos en la Eurocámara han mantenido una posición unitaria de condena a Rusia, ha generado cierto estupor que los tres dirigentes -que se definen como europeístas- hayan atacado con tanta dureza a las instituciones comunitarias.

En las últimas semanas Puigdemont, Ponsatí y Comín han protagonizado varias polémicas en las sesiones del Parlamento Europeo al arremeter contra un estado miembro, como es España, o directamente contra los representantes de Bruselas. Toni Comín, exconsejero de Salud, llegó a decir que «Putin es un buen alumno de Franco» y una vez le informaron de que el tiempo de su intervención se había terminado añadió que «la Unión Europea lo pagará caro».

Bruselas interrumpe sus intervenciones

La vicepresidenta de la Cámara comunitaria, Pina Picierno, se vio obligada a cortar el micrófono a los tres eurodiputados en las ocasiones que aprovecharon para saltarse el orden del día con el fin llevar la conversación en el terreno donde se sienten más cómodos.

En el caso de Puigdemont, las autoridades comunitarias cortaron su intervención cuando aseguró que «España dejaba repostar en sus puertos los barcos de guerra rusos». El exmandatario catalán lamentó el «partidismo inaceptable» de retirarle la palabra «cuando todavía no había agotado el tiempo». Picierno interrumpió su discurso porque estaba haciendo «una opinión personal».

La actuación de la vicepresidente fue la misma que cuando Ponsatí, a finales de marzo, también aprovechó para cargar contra España en una comisión parlamentaria por su giro a favor de Marruecos en el conflicto del Sáhara. Ponsatí sostuvo que «el Consejo debe prestar atención», y la mandataria europeo replicó que «la señora Ponsatí no está respetando el orden del día. Como saben las normas de procedimiento se aplican a todo. Desafortunadamente, tengo que cerrarle el micrófono».

Puigdemont y su pulso en el TJUE

En la coyuntura actual, donde la Unión Europea atraviesa una situación delicada debido a la amenaza que el gobierno de Vladimir Putin representa para la estabilidad del continente, el hecho de que los tres dirigentes hayan centrado sus críticas en los estados miembros o en las directrices comunitarias ha empeorado sus relaciones con el Parlamento y la Comisión.

Si bien la pugna viene de lejos. A la decisión de las instituciones europeas de retirar la inmunidad parlamentaria a los tres dirigentes se le suma que, recientemente, la Comisión Europea ha defendido la posición del Tribunal Supremo contra Bélgica en el contencioso abierto en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). A juicio de los tres eurodiputados, este alineamiento de Bruselas con el Estado español atenta contra los valores fundacionales de la UE.

Alay, contra Von der Leyen

En esta estrategia de exhibir mayor dureza contra la Unión Europea que contra la invasión de Rusia a su país vecino también destaca el jefe de la Oficina de Puigdemont investigado por sus viajes a Rusia. Josep Lluís Alay, que como informó este medio mantiene un perfil bajo a la hora de cuestionar al Kremlin, no ha dudado en criticar el desembarco de los máximos representantes de la UE a Kiev.

«Es tan bajo el nivel, que lo sufriremos todos», afirmó en su cuenta de Twitter el pasado 8 de abril. En otra ocasión también compartía en su perfil un comentario irónico contra Borrell por apelar a «la diplomacia».

Este posicionamiento de los eurodiputados de Junts de arremeter contra la Unión Europea contrasta con la posición del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. El Govern ha cerrado filas con Bruselas mientras que ERC ha tratado de distanciarse de cualquier sospecha de aliarse con países «no democráticos» tras las informaciones aparecidas sobre Puigdemont y su entorno.

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