Llegan los superdeportivos todoterreno, una nueva y sorprendente familia de coches
Los vehículos con capacidades campestres son altos para eludir piedras, tienen suspensiones blandas y de largo recorrido para adaptarse al terreno
Cuenta la leyenda que cierto piloto histórico de motociclismo fue cazado a velocidades constitutivas de delito por las calles de una ciudad y a bordo de un Ferrari. Los agentes de policía arrancaron su coche patrulla, y salieron en su persecución, a pesar de la diferencia de prestaciones de los dos participantes en esta ‘carrera’. El corredor enfiló su coche hacia el taller de unos conocidos, entró a toda castaña, saltó del coche y bajó la persiana con un golpe seco. Cuando los desconcertados mecánicos se sobrepusieron de la electrizante maniobra, se echaron las manos a la cabeza al ver cómo quedaron paragolpes y morro del deportivo tras el castañazo que recibió en la entrada, tras pasar los badenes, acera y resaltos del acceso al garaje. Pues esto, hoy, a lo mejor no le hubiera ocurrido al motorista huidizo.
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Durante años las configuraciones básicas de los coches fueron berlinas, coupés, cabrios o compactos. Después llegaron los urbanos, monovolúmenes, hatchbacks, todoterrenos, SUVs, pick-ups, todocaminos, crossovers, y una exótica mezcolanza de estilos y formas con idea de aglutinar dos o tres funciones en una sola. La mayoría de los compradores pueden permitirse comprarse un solo coche, y han de elegir bien para cubrir todas las funcionalidades que necesitan, de ahí que estén llegando al mercado comercial extrañas mezcolanzas. Entre ellas está emergiendo una nueva: el superdeportivo todoterreno, y visto desde fuera parece un absoluto contrasentido, aunque en las marcas están encantados de acuerdo con la acogida.
Los vehículos con capacidades campestres son altos para eludir piedras, tienen suspensiones blandas y de largo recorrido para adaptarse al terreno, son espaciosos, la entrega de potencia suele estar modulada en la búsqueda de la tracción, y sus ruedas tienen enormes dibujos para agarrarse mejor al suelo. Todo esto es lo último que se encontraría en un superdeportivo. Estos últimos son bajitos, se desplazan muy pegados a la superficie, van calzados con enormes neumáticos sin apenas dibujo, son estrechos e incómodos, y la entrega de potencia tiende a ser salvaje.
En las últimas semanas han sido presentados tres vehículos que se supone deberían estar rodando en los circuitos, y, sin embargo, son susceptibles… de correr un Dakar. El primero en abrir fuego fue el único parido desde su inicio como un SUV (Sport Utility Vehicle) que Ferrari prefiere llamarlo FUV, (Ferrari Utility Vehicle). El Purosangue —pronúnciese ‘purosangüe’—comenzará a verse por nuestras carreteras en la primavera de 2023. Cada uno de sus futuros propietarios tendrá que haber tenido antes al menos otro Ferrari, ser elegido en una lista revisada por la marca, y habrá desembolsado unos 430.000 euros en su configuración de acceso. En apenas dos meses, y desde que se presentó al mundo, ha superado todas las expectativas de la firma hasta el punto de que ya no es posible hacerse con uno.
En unas declaraciones recientes del director comercial de la marca, Enrico Galliera, dijo que han dejado de admitir pedidos y en base a ello tienen completa la producción para los dos próximos años. Ferrari no aporta cifras concretas, pero sí en su presentación dijeron que querían que este modelo supusiera el 20% de sus ventas y en 2021 se vendieron 11.115 coches, es de suponer que en el periodo 2023-24 van a colocar unas cinco mil unidades. Los transalpinos afirman que ‘de todo terreno nada, que esto es un Ferrari’ con todo lo que ello conlleva: pasión, prestaciones, aceleración, sonido, imagen, diseño, y exclusividad. El presidente de la compañía, Benedetto Vigna, afirma que el futuro del mercado automovilista será muy binario: o te compras un coche que te sirva para llevarte de A a B, o porque te emociona. El cavallino rampante quiere liderar esto último, y a ello se encamina.
El segundo superdeportivo todoterreno dado a conocer en las últimas semanas es el más extraño de todos: el Lamborghini Huracán Sterrato. El octavo vehículo de producción más rápido en el mítico circuito de Nurburgring Nordschleife lleva ahora ruedas de tacos, como una moto de motocross. Es cuatro dedos más alto, y no, un Dakar no podría correr, pero si rodar —teóricamente— por caminos terrizos con ciertas garantías de que su exuberante caballería no te catapulte por un terraplén o te quedes empanzado con las ruedas colgando. De la misma manera, en este tipo de terreno es altamente recomendable no intentar poner este coche a los 260 km/h que es capaz de alcanzar gracias a sus 610 caballos de potencia.
La protección en sus bajos ha sido incrementada en previsión de que las piedras de un posible camino salten y dañen áreas delicadas, el sistema de calibración de suspensiones cuentan ahora con un Modo Rallye que se une a los ya conocidos Strada y Sport, y los pasos de rueda han sido ampliados para acoger a unos neumáticos que disfrutan de un mayor recorrido de suspensiones. Una suerte de periscopio sobre el techo del Lamborghini recaudará aire limpio para el motor, y las diversas piezas acabadas en titanio, los cinturones de seguridad de cuatro puntos, los asientos con estructura de carbono y las alfombrillas de aluminio te dirán a las claras que sigues subido a un verdadero coche de competición. Será el último Lamborghini de la historia con un motor —un V10 de 5.2 litros— exclusivamente térmico. En lo sucesivo todos los productos de Santa Agata llevarán algún tipo de electrificación.
El tercer invitado de este trío de ases es el que más sentido tiene de todos, aunque su concepto también constituye una rareza. Tampoco va a ser barato, porque las dos mil quinientas unidades que se fabricarán del Porsche 911 Dakar tendrán un precio de 256.042 euros (precio en España en su configuración básica). A cambio, su feliz propietario podrá llevarse a casa un coche con el que podría disputar el rallye aventura sin tener que someterlo a grandes modificaciones. Basado en el sempiterno diseño del 911 Carrera, en el pasado de este hijo de Sttutgart sí que hay antecedentes en las funciones para las que ha sido concebido. En 1984 la marca se presentó con un 911, rey sobre el asfalto, en la prueba que da nombre al modelo —Dakar— y contra todo pronóstico lo ganó… sobre la arena del desierto.
En la actualidad hubiera sido más lógico preparar sus éxitos de ventas Macan o Cayenne y venderlo en una versión radical, pero han decidido llevar la contraria al sentido común, y han lanzado esta exótica versión. Puede ir calzado de manera indistinta con los neumáticos propios como para competir en un circuito de carreras, o los Pirelli Scorpion con tacos de un centímetro de altura, para que puedan agarrarse como una lapa a las superficies más complicadas. La altura sube cinco centímetros sobre el nivel hasta el suelo de un Carrera normal, y que son hasta ocho (trece en total) si se pulsa un botón que habilita las suspensiones para el uso en terrenos abruptos. A pesar de elevar tanto esa altura, Porsche ha realizado pruebas y asegura que la geometría adquirida le permite responder como un deportivo hasta a 170 km/h. Si las formas habituales de cualquier biplaza de la marca se caracteriza por la armonía de líneas, muy marcadas por lo aerodinámico, en este sorprende la presencia con enganches para eslingas, unos pasos de ruedas agrandados, rejillas metálicas en zonas sensibles, y tomas de aire y elementos de protección de acero a la vista.
En el techo se pueden colocar faros extra, para lo que dispone de conectores eléctricos, y su estructura está pensada para poder llevar bidones de gasolina, agua, planchas de tracción o ruedas de repuesto, siempre que no superen los 42 kilos. Los asientos tipo bacquet distan poco de los de la alta competición y los propios de las plazas traseras han desaparecido. El motor de seis cilindros y 480 CV empuja como un misil a este biplaza hasta el punto de permitirle pasar de 0 a 100 en 3,4 segundos. En Porsche afirman, con cierto grado de razón, que igual que sus coches pueden cazar récords en los circuitos, también pueden ser usados a diario. Bueno, pues con este y si vas con tiempo, por la mañana podrías ir a trabajar, por la tarde a intentar mejorar tu tiempo en el circuito más cercano, y por la noche le pones luces y te subes a la sierra sin temor a quedarte varado. Los que se iban a quedar varados, de piedra, iban a ser los excursionistas y montañeros que lo iban a ver. Casi tanto como los mecánicos de aquel taller en el que entró aquel motorista con un Ferrari y casi lo destroza por abajo. No tenía un modelo de estos…