Sumar y Podemos se desafían al 'juego de la gallina': «Son dos coches en colisión»
Díaz y Montero alistan a sus «tropas», aunque no quieren aparecer como las culpables de un choque que dinamite la unidad de la izquierda
Irene Montero conversa con Yolanda Díaz. | EFE
La plataforma de Yolanda Díaz, Sumar, y el partido de Irene Montero, Podemos, se desafían mutuamente en un ‘juego de la gallina’ para asustar al contrincante y no quedar como el responsable del fracaso de la negociación en la izquierda. La expresión ‘juego de la gallina’ circula internamente en el partido morado, y se refiere a un juego de presión psicológica para ganar la negociación sobre las listas electorales. Tanto en Podemos como en Sumar saben que deben añadir a esta última elementos tradicionales de la «guerra del relato».
El juego de la gallina (chicken game, en inglés) forma parte de la teoría de los juegos y se centra en crear una presión psicológica sobre el adversario hasta que este ceda. El juego de la gallina prevé que dos coches vayan a toda velocidad uno contra el otro. El primero de los dos que frene o modifique su rumbo pierde. La clave para ganar atañe a la capacidad de los jugadores de convencer al adversario de que no frenará. Si uno de los dos rivales entiende que el contrincante es suficientemente firme (o loco) como para no parar, pase lo que pase, frenará primero. Y perderá. La percepción de la irracionalidad del adversario, de alguna manera, se convierte en la clave del éxito y en eso consiste la táctica que Podemos ha adoptado para ganar la contienda con Díaz.
«Son dos coches en colisión, y todo apunta a que en Podemos ya están instalados en la lógica del kamikaze«, explica una fuente conocedora de la estrategia del partido morado. La metáfora sirve para definir la idea de que Podemos cree que es asumible concurrir a las elecciones generales sin contar con Yolanda Díaz, si esta no acepta sus exigencias. Es decir, asegurar que los miembros de la cúpula morada ocupen los puestos de salida en las próximas listas electorales. Pero asustar a Díaz no es suficiente. También hace falta convencer a los votantes de que, si eso ocurre, la política gallega y su entorno son los culpables del choque.
Quien rompe, paga
El equipo de Yolanda Díaz tampoco aparece asustado por los ultimátums de Podemos. Sus fontaneros están trabajando de la mano de los dirigentes de Izquierda Unida para aislar o debilitar a Podemos en los acuerdos para las elecciones autonómicas y municipales. El primer movimiento de Alberto Garzón consiste en enterrar la marca de Unidas Podemos aprovechando las negociaciones para las elecciones de mayo: ha ocurrido en Murcia y se puede repetir en Extremadura.
El esquema que aplicará Garzón consiste en invitar a Podemos a la mesa de negociación con Sumar para las listas electorales de las generales, y culpar al partido de Irene Montero si finalmente no se llega a un acuerdo o rechaza sentarse con Díaz y los demás actores de la izquierda alternativa al PSOE. La idea de que «quien rompe, paga» es compartida en Podemos, donde han ofrecido a Díaz una negociación de tú a tú para un futuro pacto de coalición. Es decir, una maniobra para sortear el planteamiento de Garzón.
Juan Carlos Monedero recordó en un reciente encuentro público que aunque existían sectores de Podemos que abogan por una salida inmediata del Gobierno de Pedro Sánchez como «revulsivo» para las elecciones de mayo, hacerlo en un momento de choque con el PP y Vox sería tácticamente cuestionable. «El que rompa el Gobierno paga un precio altísimo», dijo Monedero en una entrevista en la radio canaria San Borondón en diciembre.
La clave del ‘juego de la gallina’ entre Yolanda Díaz y Podemos consiste así en demostrar al contrincante que no existe miedo a un choque, pero sin descuidar la «guerra del relato». Es decir, que es prioritario no aparecer como el culpable de la falta de un acuerdo en la izquierda alternativa al PSOE. Los dos equipos, el de Díaz y el de Montero, están centrados en esos aspectos. Los más optimistas creen que finalmente se llegará a un acuerdo. Mientras tanto, las dos facciones ya están «alistando tropas», según afirman fuentes moradas, y en el caso de Podemos, también preparan la artillería para culpar a Díaz de «traidora».
