Feijóo instruye a los dirigentes del PP sobre el aborto: «La ley de plazos puede ser correcta»
Génova distribuye un argumentario para cerrar filas y alejarse de Vox: «No se puede coaccionar a las mujeres que están pensando en interrumpir su embarazo»
La dirección del Partido Popular que dirige Alberto Núñez Feijóo envió este martes a sus principales dirigentes autonómicos y locales un argumentario interno, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, en el que se fija la posición de Génova sobre la polémica del aborto, tras las advertencias de exdirigentes como Jorge Fernández Díaz o Jaime Mayor Oreja de que la formación va demasiado lejos en su apoyo explícito a la ley de plazos aprobada en tiempos del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
«Una ley de plazos bien construida puede ser correcta y la realidad es que es la fórmula escogida por la práctica totalidad de los países de nuestro entorno. Pero hay cuestiones en la ley que prepara el Gobierno que no podemos apoyar, como que se eliminen los tres días de reflexión o que las menores puedan abortar sin que lo sepan sus padres», se indica en el documento en un intento por atajar las críticas internas a lo expuesto por el líder de la oposición en público en los últimos días.
El equipo de Feijóo reconoce que se trata «de un asunto muy complejo» sobre el que sería deseable lograr «el mayor acuerdo posible» dentro del partido. «Deberíamos huir de sectarismos y de posturas enconadas y deberíamos procurar un consenso, siempre con respeto a las resoluciones judiciales, a la moral de cada persona, al derecho a la vida y a las mujeres que se encuentran ante un embarazo no deseado».
El argumentario de los populares insiste en que Pedro Sánchez «cree que todos los que piensen distinto a él son ultraderecha, pero la realidad es que es un asunto vinculado a la moral en el que hay muchas y muy diversas sensibilidades». Por lo que Génova hace hincapié en que «reducirlo a un enfrentamiento izquierda- derecha es un error».
Feijóo: «No se puede coaccionar a las mujeres»
La formación que dirige Feijóo incide en que, por un lado, «hay que apoyar a las mujeres que deciden ser madres» y, por el otro, «no se puede coaccionar a las mujeres que están pensando en interrumpir su embarazo», lo que equivale a que una embarazada decida abortar si así lo desea en las primeras semanas de gestación. Con ello se marca distancias con la posición de Vox a favor de que los médicos estén obligados a ofrecer la escucha del latido fetal a las gestantes.
Además, el PP instruye a sus dirigentes en que hay que respetar la decisión del Tribunal Constitucional de la semana pasada, en la que se avaló la ley sobre el aborto impulsada por Zapatero hace 13 años. Todo ello a pesar de que el tribunal de garantías está presidido «por el que era fiscal general del Estado (Cándido Conde-Pumpido) cuando el Gobierno socialista aprobó esa ley» y tenga entre sus miembros a un exministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y una ex alto cargo del Gobierno actual, Laura Díez. «Son otros los que insultan y critican a los jueces», apostilla Génova en un dardo lanzado sobre todo a Podemos.
«Es bueno que el TC vaya marcando el camino de la constitucionalidad de las leyes y aclarando los puntos de discrepancia, aunque lamentablemente hacerlo diez años después supone que su utilidad es relativa», razona el partido de Feijóo. «En este caso, hay ya una nueva ley en vigor y otra en trámite», recuerda sobre la norma de Zapatero de 2010 y la aprobada por el Gobierno actual a instancias de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y que acaba de llegar al Senado para su tramitación parlamentaria.
Feijóo recuerda a los suyos que aún se está a la espera de conocer la sentencia y los votos particulares que se presenten en el TC. «El PP en el año 2010 presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional y trece años después estamos obligados, como siempre hemos hecho, a acatar las resoluciones de los órganos judiciales», sentencia Génova.
Sémper recalcó el lunes que la posición del PP «nunca ha sido» la de considerar el aborto un derecho, un problema que «no es terminológico» sino que afecta desde un punto de vista «moral y ético». Así se ha pronunciado ante las preguntas de los periodistas sobre las críticas de los exministros Mayor Oreja y Fernández Díaz al posicionamiento de Feijóo, que ve «correcta» y «bien construida» la ley de plazos.
En este sentido, el dirigente popular se remitió a la última ponencia social del partido, de 2017, que fue votada y debatida cuando Mariano Rajoy aún presidía el PP. En ella, el partido señalaba que «el aborto no debe entenderse como un derecho sino como un fracaso de la sociedad», al tiempo que defendía la necesidad de políticas de maternidad para prevenir abortos así como informar a las embarazadas de los riesgos de practicarlo.
Sémper argumenta que es «compatible» «más allá de etiquetas y de terminología» considerar «aceptable» el modelo de plazos -que permite el aborto libre hasta la semana catorce- y defender medidas de maternidad para que ninguna mujer interrumpa su embarazo por cuestiones socieconómicas o porque la obliguen su novio o sus padres. «No hemos hablado en ningún momento de que el aborto es un derecho, lo cual no le quita importancia y no deja de interpelar a los poderes públicos para que regulen este fenómeno, para dar respuesta, para dar seguridad a las mujeres que deciden emprender este proceso. Esta es la posición del Partido Popular», recalcó.
Pese a sus palabras, Feijóo aludió el pasado mes de junio al aborto en términos de derecho cuando afirmó que «todos los países de la UE tienen regulado ese derecho» y que «esa situación hay que regularla», pero lo cierto es que el aborto genera debate en el seno del PP. El exlíder del PP Pablo Casado defendió, por ejemplo, volver a una ley de supuestos, mientras que Rajoy no derogó la ley de plazos, a pesar de haberla recurrido. Una posición que acarreó la dimisión de su ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
Por otra parte, y después de que el líder de Vox, Santiago Abascal, sostuviese que el PP es el PSOE «con diez años de retraso», Sémper señaló que hay una voluntad declarada de este partido de hacer «oposición al PP» y denunció que «son colaboradores necesarios del sanchismo» con sus ataques.