El Gobierno prevé la moción de censura a finales de marzo y retrasar la crisis de gobierno
Fuentes gubernamentales la ubican en el 27-28 de marzo, cuando se cumpliría el plazo no escrito de un mes desde su registro
El Gobierno trabaja con un escenario concreto para la moción de investidura: la última semana de marzo. | Europa Press
El Gobierno trabaja con un escenario concreto para la moción de investidura: la última semana de marzo. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, en el Palacio de la Moncloa han reservado hueco en la agenda del presidente del Gobierno para la semana del 27 al 31 de marzo, cuando se cumpliría un mes de la entrada de la iniciativa de Vox en el registro del Congreso de los Diputados. Ése es el plazo medio de celebración de las anteriores mociones de censura que se han tenido lugar en el Congreso de los Diputados, en las que ubican la primera iniciativa de la formación de Santiago Abascal, aunque no la de Podemos que tardó dos meses en celebrarse desde su entrada en el registro.
La moción de censura de Vox, con el economista e histórico dirigente del Partido Comunista Ramón Tamames se registró el pasado lunes 27 de febrero. El lunes 27 de marzo se cumpliría un mes, y esta fecha coincide además con la última semana con actividad legislativa en las Cortes antes de las vacaciones de Semana Santa que, en el caso del Parlamento, se prolongan durante 15 días. De esta forma, la siguiente fecha hábil para celebrar la sesión sería el martes 18 de abril, un mes y diez días antes de las elecciones municipales y autonómicas.
Sin embargo, lejos de retrasar el debate de la moción para que se produjera más cerca del 28-M, el Ejecutivo quiere cumplir los plazos de un pleno que consideran, les es beneficioso. Primero porque serviría para desviar la atención de otras cuestiones poco favorables como el escándalo del caso Mediador, al tiempo que podría erosionar al PP a costa de darle oxígeno a Vox. Pero también porque podría servir de pegamento de la coalición tras el alejamiento y la decisión que se escenificará la semana que viene, el martes 7 de marzo, víspera del 8-M, Día de la Mujer, con la reforma de la Ley del sólo sí es sí, en la que Podemos ha anunciado un voto en contra a la toma en consideración de la proposición de Ley del PSOE para frenar las revisiones a la baja de condenas.
Agenda internacional de Sánchez
El debate se produciría después de que el presidente del Gobierno cumpla con varios compromisos internacionales como el Consejo Europeo en Bruselas los días 22 y 23 de marzo y la cumbre iberoamericana que se celebra los días 24 y 25 de marzo en República Dominicana. Fuentes de Moncloa hablan de un mes «muy completito», justo antes de la disolución de las asambleas locales y autonómicas el próximo 4 de abril, y en el que se han agendado otros tipo de actos nacionales como el lanzamiento del primer cohete español al espacio, el Miura 1, en Huelva la semana que viene, hasta la celebración los mitines de campaña para Pedro Sánchez en Madrid y otros territorios.
Una agenda repleta que se cerraría con la moción de censura y que permitiría abrir hueco para la ejecución acto seguido de la crisis de Gobierno prevista para este mismo mes de marzo. Según Moncloa «no tendría sentido» hacer la remodelación del Ejecutivo para dar salida a las ministras de Industria, Reyes Maroto, y la de Sanidad, Carolina Darias, antes de la moción de censura y el compromiso era hacerla este mismo mes. Sin embargo, las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE explican que la moción de censura de Vox ha trastocado sus planes obligando a retrasar la crisis de Gobierno prevista para principios de marzo, mediados a más tardar.
Crisis de gobierno, acto seguido
Así las cosas, las fuentes consultadas creen que el debate de esta moción de censura podría celebrarse el martes 28 y miércoles 29 de marzo, dejando el resto de la semana despejada para una remodelación del Gobierno antes de que expirase el mes, aunque «no está aún decidida la fecha» por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien compete la decisión y que incluso podría posponerla hasta la primera semana de abril, antes de Semana Santa.
Los artículos 175-179 del Reglamento del Congreso de los Diputados, que regula las condiciones para la presentación y debate de la moción, obliga a despejar la agenda legislativa semanal para celebrar una sesion monográfica de examen del candidato alternativo que pudiera salir victorioso de la moción. Un debate que se prolongaría durante 48 horas para que todos los grupos parlamentarios del Congreso fijen su posición y se produzca finalmente la votación.
Con relación a la trama de corrupción de Tito Berni, es un arma de doble filo. Es una oportunidad de ataque para la derecha, pero también una ocasión de defensa y contraataque para el PSOE, que, como es lógico, no irá a la moción sin un argumentario para intentar salir airoso. No hay que olvidar que la moción la van a perder Vox y su candidato interpuesto y la va a ganar Sánchez. De cara a los votantes de izquierda, los medios afines al Gobierno van a interpretar el resultado de la moción como un refrendo de la política sanchista, lo que reforzará la movilización electoral al PSOE. En un momento en que debe primar el debilitamiento de Sánchez, es probable que la moción tenga el efecto contrario.
Sobre los comentarios, creo que la elección de Tamames tiene bastantes riesgos para el propio Vox. Tamames es ideológicamente afín a Vox en muchos aspectos, pero no en algunos fundamentales para ese partido, como en la violencia de género o el aborto, que constituye hoy un frente de guerra para Vox. Si Tamanes no piensa salir a la tribuna para hablar de violencia de género y aborto, por muchas críticas que haga a Sánchez del gusto de los votantes voxeros, el discurso del anciano será muy insuficiente para los intereses estratégicos de Vox. Sin violencia de género y actualmente sin el aborto, Vox se queda muy mermadito.
Por otra parte, el anciano economista es orgánicamente independiente de Vox y en las réplicas y respuestas podría salirse del guión pactado con el equipo de propaganda de Abascal, pues el economista no tiene nada que perder. El riesgo de que el afán de lucimiento y notoriedad personal estén por encima de su compromiso con Vox no es pequeño, dada la personalidad egocéntrica de Tamames. Puede también ocurrir que Tamames se ciña estrictamente a los intereses de Vox y no dé la nota.
Con relación al PP, no creo que vote a favor de una moción promovida en buena parte contra él y Feijóo. Sería un error mayúsculo apoyar la moción, pues el PP reforzaría a Vox como alternativa seria y podría perder voto de izquierda moderada sin ganar voto de Vox, especialmente el duro, que es totalmente resistente al PP. Quizás tampoco le convenga votar no y la abstención sea la postura más conveniente.
Una curiosa coincidencia (por no llamarlo error de interpretación intencionado). Y me va a perdonar la Sr. Garrat, a la que no achaco el error ( sí, presuntamente, a la fuente) , pero ambas coincidencias aparecen en esta noticia.
Resulta que en ninguno de los artículos legislativos en los que se establece el procedimiento para una moción de censura en España (ni en los artículos 113 o 114.2 de nuestra Constitución, así como tampoco entre los artículos 175 a 179, del reglamento del Congreso, como señala la noticia) aparece expresado algo como que:
– alguien (o figura institucional, u órgano, o comisión) en el Congreso tenga obligación alguna de «despejar la agenda legislativa semanal». Esa obligación es algo inedito en ambos textos legislativos previamente referidos.
– que tenga que ser el legislativo el que se plegue a las fechas determinadas a conveniencia por el ejecutivo. Puede que en otros países, con otros sistemas democraticos, con otras constituciones y con otros reglamentos de sus camaras sea así, pero desde luego, y vuelvo a remitirme a las referencias ya señaladas, en España no. Esto solo es entendíble desde una separación de poderes deficientemente democráticos.
No le veo el sentido a que unas dudosas fuentes susurrantes lleven a publicar una desinformacion tan evidente. Pero en este caso, así es.
PD. Parece que en Moncloa siguen mareados a cuenta de la fecha de cambio de titulares de carteras de este gobierno de coalición (en el que sólo cambia unos aliados). Quiza deberían pensar en aprovechar los bombos de las procesiones de Semana Santa para tener la música adecuada al efecto que tanto persiguen…