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Política

El PSOE cree que Podemos forzará el retraso de la reforma del 'sí es sí' a después del 28-M

Fuentes ministeriales apuntan a la posibilidad de que presenten enmienda a la totalidad, lo cual «retrasará los plazos» previstos a principios de abril

El PSOE cree que Podemos forzará el retraso de la reforma del ‘sí es sí’ a después del 28-M

Sánchez y su esposa se reúnen en Moncloa con varias directivas de empresas para celebrar el Día de la Mujer. | Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa

La vía de urgencia podría servir de poco a Pedro Sánchez en la tramitación de la modificación legislativa del sólo sí es sí. Según fuentes ministeriales consultadas por THE OBJECTIVE, el calendario de aprobación de la reforma podría complicarse y retrasarse hasta después de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M si Podemos persiste en su negativa a la modificación legislativa y no se presta a un acuerdo. Los cálculos del PSOE, La Moncloa y el propio Ministerio de Justicia pasan por que los morados promuevan la presentación de una enmienda a la totalidad a la Proposición de Ley, lo cual abriría el camino a un retraso de facto de su tramitación prevista para inicios de abril. 

Desde Podemos, fuentes consultadas por THE OBJECTIVE aseguran que «no se descarta ningún escenario», aunque también se abren a que la enmienda a la totalidad pudiera servir para dar encaje a un pacto entre los socios de la coalición. Al tiempo, admiten que ven «pocas posibilidades de acuerdo». Una baja probabilidad que también auguran en el PSOE, aunque el socio mayoritario alberga más sospechas y reticencias frente al minoritario. 

La clave: enmienda a la totalidad de Podemos

Sin el consorcio de Podemos, el PSOE no podría sortear los filtros que imponen los órganos parlamentarios por no tener mayoría, una cuestión clave para acortar los plazos y aplicar de facto la vía de urgencia. Si además los morados presentan una enmienda a la totalidad, habría que fijar una fecha para su debate en pleno, previo al debate sobre el articulado de la norma, retrasando así al menos quince días su aprobación, según los cálculos del Ejecutivo.

A ello se suman las vacaciones parlamentarias de cuatro semanas que habrá de aquí al 28-M: dos semanas en Semana Santa (del 31 de marzo al 17 de abril), la primera semana de mes de mayo que no tiene actividad legislativa por ser la primera del mes y la semana en curso de las elecciones municipales (del 22 al 28 de mayo) y autonómicas. Con el agravante de que Podemos contaría además con el apoyo de los dos grupos de izquierda que le dieron sostén, ERC y Bildu, que le permitirían seguir estirando la discrepancia interna durante la campaña electoral. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a varios ministros.

El coste electoral de la reforma 

De esta forma, el Gobierno podría ver frustradas sus expectativas de aprobar la norma antes de las elecciones para esquivar el coste de las revisiones a la baja de condenas y excarcelaciones a agresores sexuales entre el electorado femenino. En Moncloa admiten que el PSOE sufrirá el coste electoral por el error que contenía la ley y que permite esta fuga derivada de los tipos penales, pero admiten asimismo que Podemos tendrá el coste del enroque en su negativa al retoque técnico. 

Sin embargo, en Podemos han cruzado su particular Rubicón respecto a una eventual salida del Gobierno al percatarse de que «de nada nos sirve estar en el Gobierno para ser ignorados, sin funciones más que simbólicas. Tendremos que hacer la digestión de esta ruptura» de la unidad de voto y de los pelos que se ha dejado la coalición en la gatera. Un análisis de situación, control de daños y reflexión para perfilar futuras estrategias que también divide a los socios de la coalición respecto a los estados de ánimo a la hora de afrontar la resaca de lo sucedido. 

Sánchez pidió contención 

Los morados están instalados en el malestar y el enfado al sentirse ninguneados e ignorados como formación en general y en la persona de Irene Montero en particular. Las fuentes parlamentarias consultadas denuncian la marginación a la que se vieron sometidas la ministra de Igualdad y la de Asuntos Sociales en vísperas del 8-M, solas en la bancada azul y apartadas de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. En Moncloa defienden que «no se tocó a rebato para aislar a Montero y Belarra» en la bancada azul, sino que «fue algo casual» por la asistencia de la mayoría de ministros a la sesión de control al Senado. 

No obstante, algunos reconocen también que más que censura, hay una cierta autocensura entre los miembros del gabinete de ministros para evitar compartir escena con la titular de Igualdad. «Irene se está equivocando. Ha perdido una posibilidad de buscar una salida, una abstención a cambio de un acuerdo a futuro… Se está emperrando y esto le va a marcar», explican fuentes del ala socialista del Ejecutivo que aseguran haber hecho un esfuerzo de contención para aplacar los ánimos.

De hecho, el propio Pedro Sánchez pidió a la Ejecutiva de su partido hace diez días «no entrar en la dialéctica de la provocación» de Podemos, a sabiendas de la escalada verbal que se avecinaba a medida que se acercaba el 8-M y días antes de que Podemos acusara al PSOE de «traición al feminismo» y Pablo Iglesias amenazara con ataques en las manifestaciones contra dirigentes socialistas. «Nos hemos mordido mucho la lengua», lamentan fuentes socialistas, acusando el malestar existente en el partido.

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