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La ausencia de Díaz sobre el 'sí es sí' dispara la tensión con Podemos: "Irene va de mártir"

En Podemos creen que la soledad de Montero en el hemiciclo la refuerza porque recupera el marco político de «PSOE y PP contra Podemos»

La ausencia de Díaz sobre el ‘sí es sí’ dispara la tensión con Podemos: «Irene va de mártir»

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero. | Efe

La ausencia de Yolanda Díaz en la primera parte del debate parlamentario del pasado martes para la modificación de la ley del solo sí es sí ha disparado la tensión interna en el grupo de Unidas Podemos. Irene Montero y la ministra de Trabajo se citaban en una sala contigua al hemiciclo en compañía de Enrique Santiago para acercar posturas, minutos antes de la votación y en un contexto de máxima tensión. Desde los dos sectores del grupo guardan silencio sobre lo ocurrido en dicha reunión. No obstante, en ambos lados de Unidas Podemos -el afín a Díaz y el morado– las fuentes hablan de malestar y desconfianza, y se lanzan reproches cruzados.

Los afines a Díaz -algunos de ellos colaboradores de la ministra- cargan contra Montero por su posición frentista contra el PSOE. Creen que Montero quiere «ir de mártir» para consolidar un núcleo de votantes que, sin embargo, resta fuerza a todo el espacio político. Sostienen que Montero cambió su agenda para acudir al hemiciclo y asocian esa decisión a la voluntad explícita de la ministra de que se escenificara su soledad. Es decir, una táctica dirigida a lograr los focos, aunque centrada en el victimismo, si bien algunas intervenciones, concretamente la de Cuca Gamarra del PP, irritaron a la ministra.

«Desde luego, ella [Irene Montero] fue la mártir», confirma una fuente cercana a Díaz que subraya la «soledad» de Montero en el hemiciclo y su interés en ofrecerse como única alternativa al PSOE. La estampa corrió de móvil en móvil entre los dirigentes y referentes de Unidas Podemos. Por su parte, los miembros del grupo parlamentario esperaron hasta el último minuto para tener claro cuál era la posición que debían tener en el momento de la votación.

«PSOE y PP contra Podemos»

No hubo ningún cuestionamiento real sobre el rechazo a la modificación propuesta por el PSOE, pero la soledad de Montero y Belarra sorprendió a sus propios compañeros. De ahí que las fuentes consultadas apunten a reproches directos y mutuos entre Díaz y Montero por lo ocurrido con el sí es sí. Díaz llegó a la votación en la noche del pasado martes deprisa e irritada. «Nunca tendríamos que haber llegado hasta aquí», deslizó.

Pero ¿se trata de un reproche al PSOE o a Podemos? Posiblemente a los dos. «Le pediría a todo el mundo que sea responsable. Yo soy vicepresidenta y creo que lo soy. Pero todos tenemos que ser responsables, más que nunca», afirmó Díaz el miércoles, después de la tormenta. Díaz, de alguna manera, bascula entre las dos partes en el conflicto. Pero va cuajando la idea de que, al fin y al cabo, está logrando evitar quemarse. Así lo piensan, por lo menos, fuentes del PSOE y de los sindicatos, que la respaldan activamente.

No obstante, en el sector de Podemos niegan la mayor. Creen que la soledad en el Congreso refuerza a Montero. Su razonamiento pasa por la idea de que Montero quiere recuperar el marco anterior a la entrada en el Ejecutivo. «Es PP y PSOE contra Podemos», resumen. Esta lectura, que va en línea con los reproches que ejercen algunos sectores afines a Yolanda Díaz sobre el «victimismo», tampoco convence, sin embargo, a algunos miembros de Podemos. Los críticos, por ejemplo, tachan ese enfoque directamente de «sectario».

«No va a haber negociación»

Los afines a Díaz también insisten en la debilidad de Montero. «No va a haber negociación y Montero saldrá con una ley de igualdad del PSOE, sin modificaciones», zanjan. Este segmento habla de «cabreo» de la parte socialista contra la ministra de Igualdad. «Hay muchas presiones para que dimita«, sostienen. Y no ocultan la fractura existente en el espacio de Unidas Podemos.

Por primera vez en la legislatura, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez no acudió el pasado 8-M en el acto institucional del Ministerio de Igualdad. Y el hecho de que Alberto Garzón, que volvía de su baja de paternidad, y el ministro de Universidades, Joan Subirats, tampoco acudieran el martes en el Congreso para acompañar a Montero es representativo de la ruptura. El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, también cargó duramente contra los morados.

La ruptura que se escenificó en el Congreso el martes entierra, o por lo menos rebaja, las expectativas de un «deshielo», tal y como la parte cercana a la política gallega ha ido deslizando a algunos de sus interlocutores. Y en Podemos rematan confirmando que siguen desconfiando de Díaz. Concretamente, temen que la vicepresidenta segunda sigue recelosa de asumir a Montero como número dos en la lista de Sumar por Madrid. Esta polémica es la clave de la negociación. Los morados quieren que Díaz acelere y anuncie su candidatura a las generales antes del próximo 28 de mayo. Todo parecía casi cerrado antes del pasado martes, cuando sin embargo volvieron a aparecer los fantasmas de la traición.

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