Santiago Abascal: «Si alguien en Vox defiende la Agenda 2030, yo personalmente lo voy a cesar»
Continuación de la entrevista al líder de Vox, Santiago Abascal, que habla de las elecciones autonómicas y su relación con la prensa
PREGUNTA.- Ustedes han presentado en el Congreso una iniciativa que lo que viene a plantear es la derogación de bastantes leyes aprobadas en esta última legislatura. ¿Esto es lo a lo que se refiere cuando dice que no se trata de echar a Sánchez, sino de erradicar sus políticas?
RESPUESTA.- Es exactamente eso. Hemos visto lo que pasó en España hace unos años, cuando el PP se presentó a las elecciones, prometiendo derogar toda la legislación ideológica de Zapatero: quedó toda incólume. De hecho, la izquierda, el PSOE, se vanagloria de que el PP acaba aceptando todo eso con el tiempo. El PP actúa como el PSOE con diez años de retraso. Estos días decía que retiramos ese calificativo con el que bautizamos al PP, hace unos años, cuando le llamábamos «derechita cobarde». No pretendíamos ofender, únicamente definir un modo de estar en política, pero quizás mejor definirlos como partido de centro izquierda o como partido socialdemócrata.
«El PP debe aclarar a los españoles qué piensa de la Agenda 2030»
Estaría bien que aclaren a sus votantes qué es lo que van a hacer con la confianza que se le ha otorgado; qué es lo que piensan de muchas cosas. Si el modelo -insisto- es el de Azcón, en Aragón, el de la señora que se presenta en Extremadura, o si es el del señor Alfonso Fernández-Mañueco, que respeta a los votantes de Vox, representa a los suyos y lidera un Gobierno de coalición que está funcionando de manera razonable. El PP debe decir a los españoles qué piensa de la Agenda 2030: si es como dice el señor (José Manuel García) Margallo, el Evangelio, o si es algo muy negativo y que hay que combatir, como dice la señora Ayuso, mientras mantiene una oficina para el cumplimiento de la Agenda 2030, en Madrid.
Nosotros lo tenemos muy claro. Para nosotros, la Agenda 2030 es el infierno. Lo es para las clases medias, para nuestra agricultura, nuestra industria. El infierno para nuestra nación. Y si hay alguien en Vox que defiende la Agenda 2030, algún portavoz que lo hace, yo mismo lo voy a cesar personalmente y le llevaré ante el Comité de Garantías, para que se le expulse como afiliado. En Vox no hay medias tintas. Otros juegan a decir una cosa en un sitio, otra cosa en otro, una cosa, un día, otra cosa al día siguiente. Nosotros no somos así.
P.- Comenta el politólogo Agustín Lage, a quien usted conoce, que el éxito de Isabel Díaz Ayuso pasa por mimetizarse con Vox. ¿Percibe usted ese empeño de la presidenta por fagocitar a su electorado y llamar al voto útil?
R.- Eso es lo primero que hizo el señor Pablo Casado, cuando fue elegido. Después vio que no funcionaba, quizá porque había falta de credibilidad y optó por lo contrario. Estamos viendo algo parecido en el PP y la presidenta de la Comunidad Madrid. De repente, intenta parecer Vox, pero de pronto dicen que hasta aquí hemos llegado y que rompen con Vox. Por cierto, porque no le aprueba siete leyes durante esta legislatura, cuando Vox le ha apoyado más de 30, y las más de 30 iniciativas que nosotros hemos presentado han recibido el voto en contra del PP. Nos parece algo poco equilibrado, poco respetuoso con nuestros votantes y una actitud, como mínimo, un poco soberbia. Ahora me enfado, no respiro y rompo con vosotros.
«El Gobierno de Castilla y León es el que más esperanza está generando en el electorado»
P.- ¿No había una ruptura provocada por ambas partes? Porque Vox, de alguna manera, también rompía con el PP poco antes de las elecciones, al no apoyar los presupuestos… ¿No fue algo premeditado por parte de ustedes?
R.- No, en absoluto. Justo lo que queríamos era un acuerdo y poder mostrar a los españoles que se puede construir una alternativa como estamos haciendo Castilla y León, donde también hay dificultades. Podríamos haber utilizado esas dificultades como excusa para romper al Gobierno. Y no lo vamos a hacer. Vamos a proteger ese Gobierno que es, probablemente, el que tiene más enemigos en este momento, en toda la política española, tanto en la izquierda como en parte del PP. Y sin embargo, creo que es el Gobierno que más esperanza está generando en una gran parte del electorado.
«Si los españoles nos dan un respaldo contundente, como el que tenemos, seremos mucho más exigentes»
P.- Pide usted claridad y contundencia en el mensaje de Alberto Núñez Feijóo. Le pido eso mismo que usted reclama para responderme. Si está en el Gobierno, ¿promoverá usted la desaparición, la ilegalización de partidos que hoy están en el panorama político, sentados en el Congreso de los Diputados?
R.- ¡Por supuesto que nosotros plantearíamos todo aquello que ofrecemos a los españoles! Si somos elegidos en solitario, con mayoría absoluta, no habría ninguna duda de qué es lo que intentaríamos hacer. Ahora bien, si tenemos que formar un gobierno de coalición con otro partido, tendremos que ver cuáles son los asuntos en función del respaldo que nos han dado los ciudadanos, que forman parte de ese futuro acuerdo de Gobierno. Eso se verá, lo dirán los ciudadanos. Nosotros no vamos a engañar a nadie. Lo hemos dicho de manera sistemática.
En primer lugar, exigimos respeto a lo pactado. En segundo lugar, actuaremos con toda la contundencia que los españoles nos otorguen. Si los españoles nos dan un resultado modesto que sólo nos permite formar parte de un acuerdo de legislatura sin entrar en un Gobierno, seremos responsables. No vamos a utilizar el chantaje como forma de acción política, que es por cierto, lo que han venido utilizando los grupos separatistas en España, el PNV y CiU, y a lo que se han prestado el PP y el PSOE, con bastante tranquilidad. Nosotros no vamos a actuar así. Vamos a actuar de acuerdo al respaldo que nos den los españoles. Si nos dan un respaldo contundente, como el que tenemos, que es un respaldo contundente, seremos mucho más exigentes, por supuesto.
P.-Ya se conocen todos los candidatos a las comunidades autónomas que ustedes presentan el 28-M. El de Navarra tarda un poco más y da la sensación de que se ha apostado por un candidato con un perfil desconocido, independiente, y que la apuesta es, en definitiva, por la marca. En este sentido, ¿han aprendido ustedes del contraste de su experiencia, tanto en Andalucía como en Castilla y León?
R.- Sin ninguna duda, aprendemos de todas las experiencias y no tenemos ninguna duda de que la gente, cuando confía en Vox, confía en las ideas. Puede querernos más a uno o a otro, puede enamorarse de unos líderes en un momento determinado. Pero los españoles no son imbéciles y los votantes de Vox tampoco son imbéciles. Votan ideas, no votan a fulano, mengano o zutano por guapo, por guapa o porque hable bien en un mitin. Los españoles quieren gente que represente sus ideas y eso es lo que nosotros vamos a garantizar. Es lo que hemos intentado en todas las elecciones, no siempre consiguiéndolo, pero hemos visto cómo en lugares como Castilla León se nos ha respaldado ampliamente, incluso con un resultado mayor en la región que el que tuvimos a nivel nacional en las elecciones de 2019, un candidato que era completamente desconocido y al que la izquierda quiso triturar.
«Hay un consenso político y mediático contra Vox que no tiene reflejo social»
P.- Presumen ustedes de que la moción de censura contra Sánchez fue un éxito. ¿Cómo se va a materializar? ¿Elevan sus expectativas y en qué territorios, con respecto a los resultados obtenidos en 2019?
R.- Como he dicho, creo que seremos el partido que más crezca con respecto a 2019. La mayor parte de los españoles vivieron como un shock el ataque del Gobierno a la independencia del Poder Judicial y algunas decisiones del Gobierno que generaron zozobra no sólo en una mayoría social, sino todos los partidos de la oposición, incluso el PP. Por eso, invitamos al PP a que presentara la moción de censura ofreciéndole nuestro respaldo. Pero también dijimos que, si eso no ocurría, íbamos a cumplir con nuestra obligación. Y es lo que hemos hecho.
La moción de censura es una herramienta parlamentaria, como otras muchas que tenemos. Es discutible y mucha gente la ha discutido, pero creemos que ha servido para retratar al Gobierno con los peores socios que tiene ningún Gobierno en toda Europa y que, por otra parte, ha sido agradecida por nuestros votantes en un contexto de acoso total a nuestro planteamiento e iniciativa. Hay un consenso político y mediático contra Vox, en estos momentos, que no tiene reflejo social. Una cosa es lo que nosotros hemos leído estos días en los medios de comunicación, en los portavoces políticos, en los comentaristas, en los articulistas, en los opinadores. Y otra cosa es lo que hemos oído en la calle. Y yo nunca he visto un divorcio mayor. No es que presumamos: estamos satisfechos, porque hemos cumplido con nuestro deber.
P.- Con respecto a lo del acoso político y mediático, ¿tiene alguna fijación contra los periodistas? Empezó su intervención en la moción de censura hablando de la prensa, diciendo que tenemos escrita la crónica antes de producirse la noticia…
R.- Pero es verdad, es verdad…
«Cuando un señor respetable, como Tamames, que conoce la Transición, le dice a la izquierda que la Guerra Civil la empezaron ellos… pasan cosas importantes»
P.- No en nuestro caso, por ejemplo.
R.- Bueno, yo no generalizo, pero creo que era verdad y había pasado anteriormente. Ocurrió durante la anterior moción de censura, que se decretó el fracaso y la muerte de Vox. Recuerdo en aquel momento lo que se dijo de la moción, que por cierto hizo que pasase del 12% del voto al 16 o 17%. El crecimiento de Vox fue espectacular. Sin embargo, los editoriales de los periódicos, las crónicas, decretaron prácticamente, si no fracaso, la muerte de Vox. El líder del PP, al que todos aplaudieron, incluso el vicepresidente Pablo Iglesias, diciendo que era el mejor discurso pronunciado en el Congreso. Aquel discurso terriblemente agresivo contra Vox generó muchísima zozobra en los propios votantes. Estamos acostumbrados a que esto nos pase. Las crónicas que se han hecho en los días y las semanas previas a la moción de censura han sido brutales.
Yo utilicé una serie de calificativos, pero podía haberme empleado a fondo dos o tres minutos a la cosa. Lo que se ha llegado a decir de Tamames ha sido tremendo también. Incluso se ha llegado a hablar de su edad como algo criticable. El Gobierno que habla de los mayores, para que estén calladitos, para que no hablen. Cuando se lleva a un señor respetable que sabe lo que es la concordia, lo que es la Transición, que ha padecido con el régimen de Franco siendo comunista, claro. Y le dice a la izquierda en el Congreso que la Guerra Civil la empezaron ellos… pasan cosas importantes. El resultado no es el que pronosticaron nuestros adversarios políticos ni mediáticos, sino el contrario. Pero no hay ninguna obsesión en nuestra relación con los medios de comunicación. Nosotros esperamos que sea normal. Cuando recibimos una crítica, respondemos y creemos que eso ha de naturalizar.
P.- ¿Qué se trasladaron usted y el profesor Tamames a posteriori, después de la moción de censura?
R.- Es verdad que hemos hablado poco. Hemos quedado para comer en las próximas semanas y nos vimos un momento, en el entierro de Fernando Sánchez Dragó. Pero sí puedo contaros que a él le impresionó mucho el tono del debate, para mal. Tamames esperaba otro tono, un respeto a lo que es el debate en sí, ya no sólo por el tono que se emplea, sino porque haya debate. No esperaba encontrar esos monólogos. Y un presidente del Gobierno que hablaba de manera interminable, que no contestaba a nada de lo que se le planteaba. Él conocía otro Parlamento y probablemente no era consciente de la degradación del Parlamento español en los últimos años.
«La moción dañó a Sánchez, que se retrató junto a lo peor de la España constitucional»
P.- En el momento en que se produjo, en las horas más bajas de Pedro Sánchez, según las encuestas, con la abstención cantada del PP, promover ese debate, con las intervenciones sin límite temporal por parte del Gobierno… ¿No cree que fue darle un balón de oxígeno al PSOE y especialmente a Pedro Sánchez?
R.- Yo veo con mucha sorpresa esas argumentaciones del PP sobre el balón de oxígeno a Sánchez, en función de los tiempos de intervención. Ahora parece que gana el que más tiempo hable en el debate. La señora (Cuca) Gamarra, o el señor Feijóo, si admite presentar la moción censura, hubieran hablado todo el tiempo que quisieran. Yo podía haber hablado todo el tiempo que quisiera en la presentación de la moción. Lo podía haber hecho el señor Tamames, pero nosotros no pensamos que los españoles sean imbéciles. No creemos que se les pueda insultar de esa manera. Se dan cuenta de lo que hace Sánchez en el Congreso. Pensamos que no es útil ni beneficioso para Sánchez insultar al Parlamento y al pueblo español, con la intervención traída desde casa de una hora y 40 minutos, en la que no contesta nada de lo que se le ha planteado. Creemos realmente que incluso en eso la moción dañó a Sánchez y que, además, Sánchez se retrató a junto a lo peor de la España constitucional.