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Política

Podemos vuelve al 'anguitismo': acaricia una inédita pinza con el PP contra Díaz y Sánchez

El sector de Yolanda Díaz sospecha que los morados se han entregado a una táctica del ‘cuanto peor, mejor’, y que están dinamitando la coalición

Podemos vuelve al ‘anguitismo’: acaricia una inédita pinza con el PP contra Díaz y Sánchez

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra (i), y la ministra de Igualdad, Irene Montero (d). | Europa Press

Treinta años después, una nueva pinza. El pasado miércoles, en los pasillos del Congreso de los Diputados, la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, empleó palabras muy duras para comentar los anuncios del presidente Pedro Sánchez sobre la construcción de miles de viviendas sociales. Los morados denuncian no haber sido avisados y hablan de «electoralismo» de Sánchez. Coinciden en esto con la línea crítica de la oposición, concretamente con la del Partido Popular. Y no es la primera vez que eso ocurre desde la presentación de la nueva candidatura de Yolanda Díaz. Tanto en el PP como en Podemos vuelven a coincidir: para ambos Sumar es la «marca blanca del PSOE».

Hace treinta años, el entonces líder de Izquierda Unida, Julio Anguita, inauguró un acercamiento táctico al Partido Popular con el objetivo de debilitar a su competidor en la izquierda: el PSOE. Los socialistas criticaron duramente la «pinza» entre los poscomunistas y los populares, pero sirvió de poco, pues José María Aznar acabó haciéndose con la Moncloa. Anguita sostenía que el PSOE se había convertido en un partido «corrupto» y que por ello era necesario desalojarlo del poder. Ese mismo argumentó sirvió años después para alcanzar el gobierno de varios ayuntamientos.

Podemos también nació criticando que el PSOE se había convertido en «casta». Aquella operación, de la que el propio Anguita fue sutil promotor, acabó con el pacto del abrazo de 2019 entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Podemos asumía que el PSOE se había podemizado y que hacía falta entrar por fin en el Gobierno de la nación. Cuatro años después, sin embargo, las costuras y los intereses de los dos partidos del Ejecutivo vuelven a separarse. Y entre los actuales partidarios de Yolanda Díaz, algunos de los cuales procedentes de Izquierda Unida, avisan de que hay indicios de una nueva pinza con el PP, aunque bien maquillada y escondida.

La vicepresidenta segunda y ministra de Empleo, Yolanda Díaz, durante una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa. | Europa Press

Sumar, la marca blanca del PSOE

Uno de los principales problemas en la búsqueda de la alianza entre Sumar y Podemos es, en palabras del sector afín a Yolanda Díaz, la sensación muy difundida de que los morados están en realidad cavando un agujero dentro del Gobierno porque prefieren volver a una situación política pre-Sánchez. Ofrecen algunos datos. El primero fue el hecho de que Podemos empezara a tildar a Yolanda Díaz y Sumar como la «marca blanca del PSOE».

En el espacio de Podemos sus dirigentes llevan semanas comentando de forma discreta ese concepto en conversaciones parlamentarias, a la vez que también Iglesias desliza ese argumento en sus intervenciones en radio, prensa y televisión. Y el mismo día de presentación de la candidatura de Yolanda Díaz en Madrid, el pasado 2 de abril, los principales dirigentes del PP también han empezado a repetir uno tras otro ese mismo calificativo: la «marca blanca del PSOE».

Sumar sabe que PP y Podemos coinciden en ese calificativo, a la vez que dudan de la verdadera lealtad al ejecutivo de los socios morados. Circula en determinados ambientes de Unidas Podemos la tesis de que la propia Yolanda Díaz amenazó directamente a Irene Montero con una destitución exprés, aprovechando la última remodelación del Ejecutivo si Podemos no aflojaba su crítica interna sobre asuntos como la modificación del solo sí es sí. El rostro de Montero en la noche de la primera votación demostraría esa tensión.

Yolanda Díaz y el Gobierno

Pero ahora la tesis de la pinza entre Podemos y el PP ha vuelto a circular tras los ataques de los morados a los anuncios sobre vivienda social de Sánchez. Podemos experimenta la frustración de ver cómo Díaz y Sánchez se ponen la medalla de medidas que ellos han impulsado y promovido desde hace años. Se interpreta que estas actuaciones esconden la voluntad de alejarse del Ejecutivo. Algo que, no obstante, los morados descartan de forma tajante.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados. | Europa Press

La doctrina Monedero sigue vigente: quien se sale de la foto paga los platos rotos en las urnas. Otra cosa es que sea el presidente el que eche a Podemos del Ejecutivo. En ese caso el partido morado tendría todos los argumentos para volver al esquema victimista de antaño -Iglesias intenta recuperarlo tras la entrevista de Díaz a Jordi Évole- y, de paso, acusar al PSOE y a Díaz de ser algo parecido a una izquierda incompleta y todavía víctima de ciertas corruptelas.

Incluso fuentes de Podemos coinciden en detectar por parte de su partido un boicoteo desde el propio Ejecutivo. Ante la previsible victoria de la derecha, Podemos tendría cierta ventaja a la hora de recuperar su papel de izquierda resistente y de oposición, reflexionan. Irene Montero luciría en el Congreso en un encaje de vuelta a la época de Rajoy, mientras que Yolanda Díaz se quedaría desplazada. «Lo único que tiene Yolanda es el Gobierno», resumen varias fuentes de Podemos, a la vez que describen así las razones de la guerra personal de Iglesias a Sumar: «Pablo quiere demostrar que lo de Yolanda no funciona», afirmaban a este diario hace unos días.

De ahí que en Sumar, y recientemente entre fuentes parlamentarias socialistas, se detecte un interés oculto entre los morados que se podría resumir en la fórmula del cuanto peor, mejor. Y en cierto revanchismo del propio Iglesias hacia Pedro Sánchez y lo que considera sus presiones mediáticas, que puede coincidir con los intereses electorales del PP. Podemos no para de afirmar que sin «unidad» no se revalidará el Gobierno, y que sería una «tragedia» para el país no hacerlo. Pero en Sumar no se creen las palabras de Iglesias. Y sostienen que para entenderle hay que leer sus argumentos al revés. O lo que podría ser una vuelta al pasado: veinte años después, una nueva pinza.

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