THE OBJECTIVE
El archivo del buitre

Escisiones: el mayor enemigo siempre es un examigo

Parece costumbre que los coordinadores orgánicos de los partidos de ámbito nacional líen ajustes de cuentas en las federaciones de las que proceden

«Sorprenden las alianzas de algunos partidos progresistas con una coalición [Coalición por Melilla] que ya desde antes, no de ahora, estaba señalada por la compra de votos».

Este torpedo lanzado a la cara tanto de Más País/Más Madrid como de Compromís por sus pactos con Mustafa Aberchán y su partido ahora investigado, otra vez, por compra de votos después de haber sido condenado en su día por una operación similar en las generales de 2008, no era lanzado ni por el Partido Popular ni por Vox, sino por Podemos y su ministra Irene Montero, para ajustar cuentas con sus excamaradas. Con gestos así, a 48 horas de que finalice la campaña electoral, se puede asumir cómo andan los humos en el hipotético intento de integración en Sumar.

Si una cosa ha quedado demostrada en política, especialmente en los comicios autonómicos y municipales, es que muchas veces los mayores enemigos son los examigos, las escisiones lideradas por exdirigentes que se sintieron maltratados por la cúpula del partido.

El Partido Popular, que ha presumido en boca de su presidente Alberto Núñez Feijóo de grandes fichajes por cazar tránsfugas de Ciudadanos (como el alcalde de Badajoz), tránsfugas del Partido Aragonés para sus listas en Aragón y tránsfugas de UPN para sus listas en Navarra con el argumento de ‘ensanchar’ su espacio, no ha podido evitar que en algunas zonas florezcan escisiones y, quizá, la más destacada de todas ellas es la de La Rioja, tras una larga crisis donde es difícil no ver la mano de la actual secretaria general nacional de la formación, Cuca Gamarra. 

Hay cierta tendencia de los encargados de controlar un partido orgánicamente de armar terremotos en sus comunidades de origen. En el PSOE suele ocurrir con los secretarios de organización. Cuando el ‘guerrista’ vasco Txiki Benegas era secretario de organización nacional, quiso seguir teniendo sometida a la federación vasca bajo la tutela del jefe, Don Alfonso, causando una catarata de conflictos con el sector de García Damborenea que acabaron en escisión.

A Benegas le reemplazó Ciprià Ciscar, que era valenciano, y durante su etapa al frente de la organización del PSOE nacional lideró tal cantidad de intrigas que de milagro el PSPV no saltó por los aires. Las cabezas políticas degolladas de Joan Romero, Joan Ignasi Pla o Antoni Asunción pueden dar cuenta de lo que supuso tener a Ciscar al mando en Madrid para aquella federación.

El Partido Popular gobernó de manera absoluta La Rioja entre 1995 y 2015 y, con el apoyo de Ciudadanos hasta 2019, cuando una mayoría de izquierdas tomó la Asamblea y puso fin al gobierno del último presidente pepero, José Ignacio Cenicero.

Cenicero había accedido a la presidencia del PP de La Rioja en 2017 tras una dura pugna con Cuca Gamarra, en una batalla en la que Alberto Bretón aparecía como el principal lugarteniente de Cenicero, y a quien este recompensó con el cargo de secretario general del PP riojano tras derrotar a Gamarra.

A finales de 2019, Gamarra fue presentada formalmente como candidata del PP para la alcaldía de Logroño pero, extrañamente, tras una feroz batalla interna cuyo trasfondo no trascendió, en marzo de 2019 Gamarra renunciaba a ser candidata y, por tanto, a seguir como alcaldesa ‘para aceptar’ ser cabeza de lista al Congreso en las generales por La Rioja, una forma de suavizar que había sido apartada de todo cargo relevante en La Rioja para coger billete a Madrid, en un conflicto al que no fue ajeno el secretario general riojano, Bretón.

Tras la derrota de Ceniceros, Alberto Bretón entendió que el que fuera su presidente se iba a retirar y que le tocaba el turno para sucederle en el cargo. Su ‘precampaña’ como candidato le valió que Ceniceros le apeara del cargo de secretario general del PP de La Rioja en abril de 2021. Tras esto, este ya se presentó formalmente como la persona que iba a presentar candidatura a presidente en el siguiente congreso del PP de La Rioja, y hasta se presentó un rival dispuesto a hacerle frente, Alfonso Domínguez. 

Pero llegó abril de 2022, Alberto Núñez Feijóo asumió la presidencia nacional del Partido Popular y colocó a Cuca Gamarra al frente del organigrama del PP como secretaria general. Es decir, que lejos de ser ‘la riojana exiliada en Madrid’, pasaba a ser ‘la que mandaba en el partido desde Madrid’. Ni congreso del PP riojano, ni primarias, dedazo directo designando a Gonzalo Capellán. En la sesión del PP en la que se oficializó la decisión, tuvieron el detalle de decir que la elección había sido ‘unánime’, con decenas de militantes en las puertas abucheando la imposición de Gamarra.

Adolfo Domínguez tragó, y Alberto Bretón ha decidido intentar la jugada ‘casquista’: crear su propio partido, ‘Por La Rioja’, y disputar los votos del centro-derecha a sus antiguos compañeros. El 28 de mayo se verá si es un candidato con fuerza, como lo era Cascos en 2011, o si queda como una escisión anecdótica. Pero si el electorado de la derecha se fragmenta y esa división perjudica a los populares y beneficia a sus rivales, los votantes del PP riojano tendrán mucho que agradecer a Bretón y, especialmente, a Gamarra. 

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