Paguillas, peonadas y dedazos: así es 'El Papi' Curbelo, el gomero que retó a Sánchez
La red clientelar de Curbelo se traduce en votos. Su formación será decisiva para elegir el Gobierno de Canarias con apenas 0,7% de los votos totales
Casimiro Curbelo lleva más de tres décadas como presidente del Cabildo de La Gomera y controla absolutamente todo lo que pasa en la segunda isla más pequeña del archipiélago canario, con apenas 21.700 habitantes. En La Gomera, dónde nació hace 67 años, no se mueve una hoja sin que lo sepa El Papi, apodo cariñoso con el que le conocen los gomeros que confían en él, un porcentaje muy similar al de sus enemigos acérrimos.
El Cacique, como le llaman sus críticos, ha tejido una red clientelar en la isla verde a través de la que beneficia a determinados colectivos, que compensan los favores respaldándole en las urnas. Los sondeos apuntan que hasta seis de cada diez electores gomeros podrían votarle el próximo 28-M… y es que Curbelo se crece en la adversidad.
Su formación, Agrupación Socialista Gomera (ASG), fue dada de alta en 2015 en apenas unos meses tras un órdago de Pedro Sánchez. El entonces secretario general del PSOE obligó a Curbelo a dejar el partido, en el que militaba desde 1982, tras haber sido imputado en una causa por corrupción de la que finalmente fue absuelto. El gomero tomó su revancha y desde entonces ha sido decisivo en la gobernabilidad de Canarias y los socialistas han tenido que llamar en numerosas ocasiones a su puerta.
Un 0,7% de votos decide el Gobierno canario
La ASG será decisiva en el próximo Gobierno de Canarias con apenas 0,7% de los votos totales. Pero nuevamente, la sombra de la compra de votos por favores ha vuelto a las islas en víspera de unos comicios. Un juzgado gomero ya investiga importantes irregularidades en los sufragios por correo. Las denuncias son constantes y son muchos los que apuntan que buena parte de los que votan, pese a que están empadronados, no viven ni hacen su vida en la pequeña isla.
Gafas, audífonos, prótesis, entierro y dentistas gratis, ayudas de exclusión, paguillas, peonadas para los parados, becas para los jóvenes, contratos a dedo y obras faraónicas y sin justificación son parte del catálogo de favores de Curbelo. El político multiplicó por cuatro su patrimonio, entre 2008 y 2012, según un informe de la Guardia Civil que lo situaba en ese momento en 2,2 millones.
Curbelo, ‘el conseguidor’
El mismo Curbelo reconoce -lo hizo en sede parlamentaria- que intercede personalmente en muchos de los trámites de los gomeros y, cuando él no llega, lo hacen sus concejales, siempre dispuestos a ayudar. Es un conseguidor y todos los empadronados en la isla saben que tienen que acudir a él. El punto de referencia es el bar Cuatro Caminos o la entrada a la sede del Cabildo, a pocos metros, dónde muchos gomeros acuden para pedir que el Papi interceda en su asuntos.
Pocos se atreven a hablar en la isla y miedo es la palabra más repetida. Miedo a perder la peonada, un contrato o algunas decenas de ayudas que reparte Casimiro que no cree que en el rigor presupuestario. Un político gomero, con cargo y ajeno al partido de Curbelo, es uno de los pocos que accede hablar, pero prefiere que no aparezca su nombre. Describe a THE OBJECTIVE al detalle el mecanismo de captación de votantes de Curbelo. Además denuncia gastos desmesurados, obras inútiles y la externalización de los servicios públicos.
Derechos, no favores
«Casimiro ha hecho creer a la gente que todo se lo deben a él y sabe que puede sacar rédito político en forma de agradecimiento de los ciudadanos. Si tienes un problema de salud, él intercede y te adelanta la cita. No nos cuestionemos como lo hace o si se salta listas de espera o hay tráfico de influencias, pero al final te resuelve el problema», señala. Una de sus últimas ideas han sido las becas para estudiantes, «los reúne y les dice que ese dinero es un esfuerzo que hace el Cabildo y luego les recuerda que hay que votar», apunta el político.
Además, se encarga de apuntar el despilfarro de las obras ejecutadas, en una isla en la que el paro y las rentas bajas son protagonistas. El Cabildo ha inaugurado centros sanitarios a unas semanas de los comicios. El acceso y demolición de uno de ellos ha costado casi el doble que su construcción. Ha ejecutado vías de un millón de euros el kilómetro y una rotonda, por la que pasan unos cientos de coches cada día, pero en la que las guaguas transitan a duras penas. Ha costado casi 600.000 euros. Son algunos ejemplos que evidencia que Curbelo es ajeno a las críticas y, que, en su isla hace prácticamente lo que quiere.
Miedo es una de las palabras más repetidas entre los gomeros. Miedo a perder la peonada, el trabajo, el contrato o la ayuda el caso de que salgan otros. El PSOE no ha sido capaz de presentar -encontrar- candidatos en el norte de la isla. La dependencia del Cabildo, para todo, hace que sea difícil escuchar voces críticas, aunque son muchos a los que no les gusta Curbelo, apunta un gomero, que como la mayoría, prefiere no identificarse.
Miedo a perder prebendas
Este último señala situaciones que se han sucedido las últimas semanas. Un empresario que advierte a sus trabajadores que si no sale Curbelo se les acabó el trabajo, una pensionista que agradecerá una contraprestación depositando su voto a favor de Casimiro o un becado -radicado en Tenerife- que olvida quién le concedió la ayuda para estudiar. «Casimiro conoce personalmente a la mayoría de los gomeros, les saluda, les pregunta por su familia y ellos le piden favores y que acelere gestiones burocráticas», señala.
Durante su carrera política, que comenzó en 1983 como alcalde de San Sebastián de la Gomera -uno de los más jóvenes en aquel momento-, los juicios, irregularidades y denuncias han sido una constante para él. De buena parte de los asuntos ha salido victorioso – impune-, y en los que visto obligado a renunciar a algo, ha sabido reinventarse.
Tuvo que dejar su acta de senador tras un enfrentamiento con la Policía Nacional a la salida de una sauna de Madrid. Era 2011 y Curbelo, que según el atestado presentaba síntomas de embriaguez, llamó terroristas, borrachos, hijos de puta y sinvergüenzas a los agentes. «Soy senador y voy a ir uno por uno por vosotros. Voy a acabar con vuestras carreras y os voy hacer la vida imposible», amenazó en el transcurso de un incidente que acabó con un policía herido.
‘Caso Telaraña’
Estuvo ocho años investigado por el caso Teleraña. Sus socios acabaron incluso en prisión, pero tras ocho años en los juzgados, en los que se le acusó de cuatro presuntos delitos de cohecho, el caso fue archivado. Solo su imputación le supuso salir del PSOE, pese a que durante muchos meses la cruzada contra la corrupción de Sánchez le dejó sorprendentemente fuera de la caza de brujas. Curbelo no era un socialista cualquiera, era la clave para gobernar Canarias.