Cargos del PP exigen a la cúpula que el programa aclare qué normas serán derogadas

Los cargos del Partido Popular que sufrieron las críticas de los ciudadanos a la gestión del Gobierno de Mariano Rajoy en el sentido de no derogar totalmente leyes como el aborto, la educación o la de memoria histórica, no quieren que la historia se repita si Alberto Núñez Feijóo gana las elecciones del próximo 23 de julio y consiga formar Gobierno. Por ello, algunos dirigentes consultados por THE OBJECTIVE le piden a Feijóo que el programa electoral explique «bien las leyes sanchistas que va a derogar». Incluso van más allá: que en el primer Consejo de Ministros apruebe un decreto que marque el camino de la derogación para lanzar «señales» al electorado de que no se va a reproducir lo sucedido con Rajoy.

En el seno del Partido Popular se ha abierto un debate sobre cómo ha de afrontarse esta situación. Incluso un grupo de trabajo interno está analizando la mejor manera de presentar y explicar lo que Feijóo ha llamado «la derogación del sanchismo».

Un diputado del PP que ha ocupado cargos de relevancia en el partido y el Gobierno asegura que «si yo tuviera que tomar la decisión de cómo diseñar el programa electoral, iría a explicar lo qué es derogar el sanchismo, uno, dos, tres, cuatro y cinco puntos y después coger cuatro o cinco ideas en materia económica y defender unas cuantas áreas, porque la clave es sanchista. Hay una ola tremenda en la calle que lo que quiere es ‘echar a Sánchez'».

Esta fuente es partidaria de que la primera medida de Feijóo nada más llegar al Palacio de la Moncloa sea «un decreto para derogar las leyes sanchistas, con una justificación de que hay algunas cosas que se tienen que seguir regulando. Por ejemplo, en el caso de la ley trans, no se puede derogar al cien por cien porque hay algunos casos que hay que respetar y regular. Lo que hay que derogar tajantemente es el tema de los niños de 12 años y el tema médico. Los técnicos tendrán que decir qué técnica jurídica seguirán, si lo derogan todo, o una parte, y la otra dejarla viva, aunque habrá que ver qué se puede hacer. Hay que hacerlo el primer día o el segundo. No se puede derogar todo, porque en algunos casos se deja un vacío legal». Su tesis es que también se «puede avisar, si no se deroga en el primer decreto, decir vamos a ir por esto, echarle sentido común» porque «hay algunas leyes muy, muy perniciosas».

Construir un proyecto de país

Otro diputado de larga trayectoria coincide con su compañero de bancada en que es necesario «derogar el sanchismo. La gente está expectante de que vamos a cambiar la política y hay que emitir señales claras para que no pase como con Rajoy». Esta dirigente popular está convencida de que «Feijóo primero lo que quiere es ganar y después va a hacer muchas cosas. No se va a quedar con los brazos cruzados. Yo confío y espero que no sea así, porque entonces ya nuestro electorado nos manda a casa».

A su juicio, lo importante es tener claridad a la hora de explicar «qué es derogar el sanchismo. Mi impresión es que Feijóo ha ido evolucionando a más. Ha empezado con un discurso más general y ahora ha ido concretando más a medida que pasaban las municipales». La fórmula cuando llegue a la Moncloa considera que puede ser «un decreto. Es un primer mensaje que la gente lo espera porque si gana Feijóo quieren un antes y un después».

Desde el ala más conservadora del Partido Popular, se asegura que «más allá de derogar el sanchismo lo que hay que hacer es construir un proyecto de país. Derogar estas leyes ideológicas que solo han generado problemas. Debe hacerse en los primeros días de Gobierno para generar estabilidad, seguridad y confianza en los ciudadanos. El método de hacerlo, por decreto o por otro, me es indiferente». Esta fuente tampoco vería mal que se hiciera siguiendo el trámite parlamentario porque «al final las Cortes están para algo».

Las leyes que los populares ven urgente derogar son la del sí es sí, aborto, eutanasia, educación, trans, la de Memoria Democrática y la reforma del Código Penal para revertir los cambios en los delitos de malversación y sedición, entre otras.