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Los socialistas valencianos creen que Mazón será investido el día 14 para alejarse del 23-J

Los socialistas desvelan maniobras del PP para acortar los plazos, pero «un día arriba o abajo» entre el 17 y el 21 de julio

Los socialistas valencianos creen que Mazón será investido el día 14 para alejarse del 23-J

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente valenciano, Ximo Puig, en el único acto que compartieron en la campaña del 28-M. | Flickr PSOE

El calendario es endiablado para el PP. Los plazos que fija el reglamento de Les Corts para la investidura de Carlos Mazón como nuevo presidente de la Generalitat valenciana tienen como fecha tope entre el 17 y el 21 de julio, apenas dos días antes de las elecciones generales del 23-J, si se ajustan in extremis a la fecha tope. Sin embargo, según ha podido saber THE OBJECTIVE, el PP valenciano está maniobrando para adelantar la investidura y «alejarse lo máximo posible de las elecciones generales», según fuentes valencianas. Un acortamiento de los plazos que requeriría el apoyo de la unanimidad de los grupos parlamentarios, según fija el propio reglamento del parlamento autonómico. 

Sin embargo, fuentes del PSPV (socialistas valencianos) creen que el PP podría atenerse a precedentes pasados para fijar una investidura antes de lo previsto, en la primera semana de la campaña electoral del 23-J, ateniéndose a la mayoría que PP y Vox ostentará en la mesa de presidencia de Les Corts, donde sumarán tres representantes frente a dos del PSPV, según su representación proporcional conforme a los resultados electorales. De las conversaciones informales que ya se han producido emerge una fecha: el viernes 14 de julio. 

Los socialistas no apoyarán ningún adelanto sobre los plazos que fija el reglamento, aunque tampoco sea necesario: «No nos necesitan», explican a este periódico. Pero asumen ya un acortamiento mínimo de los plazos por parte del PP para no contaminar la recta final de la campaña de las generales y poder marcar perfil propio desde el PP valenciano. Esa fecha sería el viernes 14 de julio, apenas 24 horas antes del lunes 17 de julio que fija el reglamento y que solo cambiaría «un día arriba o abajo».

Agitar la «violencia intrafamiliar»

En principio, se trata de un escenario favorable para el PSOE, que ha hecho del «pacto de la vergüenza» entre PP y Vox en la Comunidad Valenciana el eje central de la precampaña. La estrategia de Moncloa y Ferraz pasa por eclipsar el desencuentro en Extremadura y Murcia con el acuerdo en la Comunidad Valenciana donde, a su juicio, «el PP ha asumido el ideario de Vox de la violencia intrafamiliar negando la violencia machista». Un asunto que motivó la ofensiva en tromba la semana pasada de la cúpula del Partido y el Gobierno contra Alberto Núñez Feijóo en redes sociales y que amenaza con producirse con mayor intensidad en la campaña electoral. 

Los socialistas quieren utilizar lo que consideran «el negacionismo del PP con la violencia machista» para agitar la campaña en su recta final, desde la investidura del candidato popular, Carlos Mazón. Si la investidura comenzara el viernes 14 de julio como prevén, la votación de la sesión no se produciría hasta pasadas 24 horas, es decir, el lunes 17 de julio, a cuatro días del cierre de la campaña electoral. El plan de Ximo Puig es centrar su discurso en la investidura de Mazón en el pacto valenciano contra la violencia de género. En el PSOE creen que esto les daría margen suficiente para elevar la tensión pasado el ecuador de la campaña si los trackings no les son favorables.

Las encuestas

Desde el 28-M, el PSOE ha desplegado una errática estrategia con giros bruscos de guion. Primero activaron la llamada ‘alerta antifascista’, después un giro al centro con Nadia Calviño como estrella externa a las listas del PSOE. Ahora, tanto en Moncloa como en Ferraz admiten que el miedo a Vox «ya no funciona» y que sólo una campaña moderada y centrada puede contener la fuga de voto al PP y concentrar el voto útil al PSOE. De hecho, pese a los datos de la última encuesta interna del PSOE que apenas concede 100 escaños a los socialistas, 40 de distancia por detrás de los populares, fuentes gubernamentales aseguran que «ya está funcionando» por estar consiguiendo arañar parte del voto de Sumar que apenas alcanza los 30 parlamentarios en sus sondeos, cinco por debajo de la actual representación de Unidas Podemos.

Y la explicación de esto es que puede no funcionar el miedo a Vox, pero sí la tibieza del PP a la hora de asumir el ideario de Vox en torno a la «violencia intrafamiliar». Por ello el PSOE hace vídeos poniendo en bucle las palabras de Feijóo sobre el «divorcio duro» al que se enfrentó el dimitido diputado de Vox en Valencia. Porque creen que esto sí puede tener efectos y desviar la atención de sus pactos con Bildu, el sí es sí o sus discrepancias con Podemos en el Gobierno de coalición. 

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