El PSOE culpa a Óscar López del debate: «Los que mataron a Pedro en 2016, lo matarán ahora»

«¿Pero quién es éste? No conozco a este Pedro. Nunca lo he visto así». Así se expresan en conversación con THE OBJECTIVE fieles ‘pedristas’ tras el debate electoral del pasado lunes, que califican de «inexplicable y asombroso». Nadie entiende lo que sucedió el lunes. Ni por qué el presidente del Gobierno compareció en un «estado de nervios» que pinchó el relato del ave fénix que resurge nuevamente de sus cenizas y se crece ante el castigo, como ha venido haciendo desde hace semanas con la remontada de su campaña mediática. «No entiendo por qué se vino abajo con Feijóo y no con Ana Rosa o con Pablo Motos en El Hormiguero. No supo contrarrestar la mentira y el ruido». 

¿Por qué no lo hizo? Es la pregunta que traslada este periódico a múltiples dirigentes del PSOE. La respuesta apunta hacia el Palacio de la Moncloa y la responsabilidad hacia el ‘preparador’ del debate y jefe de gabinete del presidente, Óscar López: «Tiene el síndrome de la Moncloa le ha blindado y ya no escucha a nadie». Y, lo que es peor, «tampoco se atreve a decirle la verdad al jefe». Describen al sucesor de Iván Redondo en el edificio de Semillas de los dominios gubernamentales como un hombre que «no aguanta la presión», como alguien «sobrepasado y superado» por la derivada política actual y la tensión que conlleva trabajar con alguien «tan perfeccionista» como Pedro Sánchez.

Sobre él recayó la responsabilidad de diseñar la estrategia del cara a cara contra Alberto Núñez Feijóo. Tras el enfado de Pedro Sánchez el 28-M con su núcleo duro porque «no supieron detectar la ola antisanchista» que se avecinaba, López fue apartado de la planificación de la campaña mediática que pretendía «humanizar al presidente» retornando a los platós abandonados desde hace años. Una campaña «personalista» que «se ha hecho a los hombros Pedro, pese a que está deprimido porque no entiende y considera injusto que la gente no valore su gestión económica».

Los «errores de libro» del debate

Pero el único debate electoral era, además del gran hito de esta campaña, responsabilidad ineludible del jefe de gabinete del presidente cuyos errores están en boca de todos en Moncloa y Ferraz por el estrepitoso fracaso del candidato Sánchez. Tres días después de la contienda televisiva, múltiples sectores del partido siguen rasgándose las vestiduras por el «desastre» perpetrado por el infalible Sánchez, quien se mostró «fuera de sí, contagiado por los nervios de Óscar». Se le atribuyen múltiples errores empezando por no haber estudiado al adversario: «Con la tropa de asesores que hay en Moncloa, ¿De verdad nadie se estudió los debates que ha hecho Feijóo en Galicia? Ahí estaba todo, Feijóo era previsible, no hizo nada distinto de lo que ya hizo otras veces. La sorpresa fue la de Pedro. Exactamente a los 5 minutos de empezar, ya perdió el debate». 

Segundo error: comprar el marco del PP. Fue el Presidente Sánchez quien sacó a colación el Falcon, el «Que te vote Txapote» o la trayectoria de Feijóo en Correos. No fue una improvisación. Según fuentes de Moncloa, «estaba planificado, esto era algo que el presidente tenía que decir, tenía que dar esa batalla». Un «error estratégico de libro porque asumió todos los mantras del PP en lugar de hablar de su libro» para beneplácito del «gallego socarrón» de su adversario. Con el agravante para el PSOE de que los temas que ‘sacrificó’ Óscar López perseguían «rehacer el trabajo de sus predecesores» Iván Redondo y Miguel Ángel Oliver, el ex secretario de Estado de Comunicación, que inmortalizó la primera foto de Sánchez en el avión presidencial con las gafas de piloto y en compañía de su hoy ministro de Exteriores, José Manuel Albares. 

Fuentes gubernamentales y socialistas reconocen su sorpresa porque Sánchez «no tuviera los reflejos de tumbar la propuesta de la lista más votada cuando el PP quedó segundo en Extremadura y formó gobiernos en Extremadura en 2019 sin ganar elecciones en Castilla y León, Madrid, Andalucía y Murcia. Que a qué vienen ese cinismo e hipocresía porque ahora van primeros en las encuestas… Pero esa argumentación tan sencilla y contundente ni la barruntó». Por el contrario, Sánchez balbuceó ante el pasmo generalizado de dirigentes del PSOE que estaban el lunes perplejos ante el televisor: «Yo sólo pensaba: coge el papel, coge el papel y fírmalo. Tenía que haberlo firmado tras añadir un párrafo diciendo: pero antes nos devolvéis Extremadura y los 140 ayuntamientos que nos habéis quitado».

El tándem «traidor» de López y Hernando

«Se le fue de las manos. No tuvo la mente fría porque iba mal preparado y, como iba demasiado encorsetado, no tuvo reflejos para cerrar la carpeta y cambiar de táctica», explican a este diario cargos relevantes del partido. No obvian el hecho de que «el ecosistema no fue neutral» y que la negociación del formato, en manos de Miguel Contreras, «estuvo mal negociado desde el principio, en un medio hostil donde los moderadores apercibieron al presidente como si estuviera en el cole». Pero ni siquiera esta queja resta responsabilidad a un jefe de gabinete con una trayectoria demasiado larga contra Pedro Sánchez y contra quien no hay piedad entre el sector más sanchista. 

Por ello las culpas no recaen en López en solitario. La responsabilidad es compartida con su tándem natural, quien fuera su número dos en Moncloa, Antonio Hernando, cesado en Moncloa por su incorporación como cabeza de lista del PSOE por Almería. Su salida de Moncloa no ha mermado su participación en el diseño de la estrategia electoral como núcleo duro del presidente, desde que retornara Moncloa en octubre del 2021, apenas tres meses después de que su amigo personal Óscar López se hiciera con los mandos del gabinete tras la salida fulminante del todopoderoso Iván Redondo.

«Quien traiciona dos veces, traiciona tres»

«Los mismos que mataron a Pedro en el 2016, le matarán el 23-J», advierten fuentes del partido recordando la ‘traición’ de sus compañeros del equipo de «los chicos de Blanco», ex secretario de Organización del PSOE. Fueron López y Hernando quienes «ordenaron a Sánchez en 2014 no presentarse a las primarias porque Eduardo Madina era el elegido», que apoyaron ambos, e «iba a hacer el ridículo». Pese a ello, cuando ganó a Madina gracias al apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero y Susana Díaz, los nombró portavoz en el Congreso y en el Senado, pero «le volvieron a traicionar el 1 de octubre de 2016, cuando Pedro Sánchez fue derrocado por el Comité Federal del PSOE el 1 de octubre de 2016. «Antonio se vendió a la gestora y negoció personalmente mandar a Pedro a la quinta fila de la bancada socialista» en el Congreso mientras él se quedaba como portavoz, hasta la vuelta de Sánchez en julio del 2017. 

Fuentes cercanas a Sánchez desvelan el desgarro personal que ello provocó en el propio Sánchez y en su familia, concretamente, en su mujer: «Begoña nunca le ha perdonado, no puede verlo, y ella manda mucho en el partido». Una trayectoria que recuerdan muchos en el partido, motivo por el cual, desde entonces «Óscar y Antonio han optado por perfiles sin visibilidad, no hablan con periodistas ni buscan protagonismo sino poder porque no pueden tener lo primero». Porque muchos sospechan que «quien traiciona dos veces, traiciona tres» y ambos son, como el propio Sánchez, «animales políticos que necesitan la adrenalina de la política para sobrevivir. Por eso van en las listas electorales porque aspiran a seguir controlando el partido». Aunque muchos les ubican tras la promoción de Pilar Alegría como futuro para el post sanchismo, ambos trabajan por la superviviencia del gobierno progresista porque «si Pedro cae, ellos caen y lo saben».