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Política

Alejo Vidal-Quadras: «El PP comete un gran error mostrando hostilidad hacia Vox»

Conversamos con el que fuera líder del PP en Cataluña y, años después, fundador de Vox

Alejo Vidal-Quadras, que en 1996 fue «sacrificado», a petición de Jordi Pujol, por el que entonces era su partido, el PP, necesitado de los votos de CiU y PNV para investir a José María Aznar como presidente del Gobierno, no ve ningún futuro al intento del PP de hablar con todos los partidos, salvo Bildu, para buscar la investidura de Alberto Núñez Feijóo. De hecho, la única posibilidad de que Feijóo sea presidente pasa, en su opinión, por convencer al PNV, que «siempre tiene un precio», aunque la factura sería altísima.

Según Vidal-Quadras, Pedro Sánchez tiene más números para acabar siendo investido presidente con los votos independentistas, porque a estas formaciones no les va bien la repetición electoral y Sánchez es un presidente más cómodo para sus intereses. El exdirigente popular ve más débil a Núñez Feijóo que cuando llegó a la presidencia del PP, y vaticina que si el gallego se viene abajo, su reemplazo será Isabel Díaz Ayuso. Aconseja al PP que deje de hablar de Vox y a la formación de Santiago Abascal que se aleje de la imagen que sus enemigos han fabricado de ellos, porque su problema es más de estética y de formas que de programa.

PREGUNTA.- Hablemos del futuro inmediato de la política española. ¿Qué cree que va a pasar tras los próximos 30 y tantos días que tiene Feijóo para preparar el debate de investidura?

RESPUESTA .- Bueno, lo que sí sabemos es que ya tenemos candidato a la presidencia del Gobierno, que tenemos fecha para la investidura, y lo que pase en estos 30 días va a tener cierta influencia, porque, vamos a ver: el PP hizo una campaña electoral muy desacertada. Yo diría incluso muy torpe, llena de errores. El PSOE acertó en el tono y el contenido de su campaña. Hace unos días leía un titular que me dejó sorprendido, que decía que Feijóo estaba buscando estrategas de primer nivel para que le asesorasen. Por una parte, me parece que es una muestra de lucidez que diga esto, porque los que le han aconsejado hasta ahora serían gente voluntariosa, pero no eran de primer nivel. Aun así,  yo tengo que poner una objeción. Es decir, si estás buscando estrategas de primer nivel porque no los tienes, hombre… ¡no lo digas! Pongo este ejemplo como error de comunicación flagrante. Y como estos han tenido muchos, el PP se ha pasado toda la campaña hablando de los pactos con Vox, o sea, una cosa absurda. Tendría que haber hablado de su proyecto para España, de lo que pensaba hacer con la Educación, con la Sanidad, con los impuestos, con los nacionalismos. Es decir, haber ofrecido a los españoles un proyecto alternativo al que hemos vivido durante los últimos cinco años, que ha sido un desastre absoluto. Y el desastre ha sido que, a pesar de la torpeza del PP, ha conseguido ser el más votado. Imagina si la campaña hubiera sido un acierto. Por tanto, lo que pase estos 30 días creo que va a tener un peso no digo yo definitivo, pero sí va a tener un cierto peso. Espero que los estrategas de primer nivel lleguen a tiempo para que durante estos 30 días acierten con los mensajes. Los planteamientos han empezado mal porque ya han dicho que van a hablar con todos los partidos en el Congreso…

«No parece productivo hablar con un prófugo de la Justicia cuyo objetivo es destruir España»

P.- Van a hablar con Junts… el partido de Puigdemont…

R.- Con todos menos con Bildu. Entonces, claro, a ver, ¿hablar con un prófugo de la justicia cuyo objetivo es destruir España como nación? Hombre, no parece un ejercicio demasiado productivo. Y hablar con un partido que estuvo detrás de un golpe y que también tiene como objetivo acabar con el orden constitucional y con España, y encima decir que hablar no es negociar con ellos… Y como ha dicho uno de los dirigentes del Partido Popular, y no uno de segunda fila, sino de primera fila (Esteban González Pons) que ha dicho que estos son partidos cuya tradición y legalidad… ¡y legalidad! están fuera de duda… Pero entonces, vamos a ver… Esto a la base social del PP la irrita y la desconcierta. Y al enemigo, aparte de partirse de risa, lo envalentona. Entonces, yo creo que si durante estos 30 días que faltan para la investidura el PP sigue en la línea de «aciertos» que ha demostrado en la campaña y, además, el discurso de investidura está plagado de los mismos errores y las mismas faltas de perspectiva que hemos vivido durante toda la campaña por parte del PP, pues creo que la cosa pinta mal y que Sánchez tiene serias probabilidades de ser el siguiente candidato y de lograr, él sí, la investidura. Lo que pasa es que tiene enfrente dos obstáculos muy serios, que son la amnistía y el referéndum.

«Diría que la investidura de Feijóo no va a prosperar y Sánchez sí puede lograr su objetivo»

P.- ¿Y cree que puede acabar comprometiéndolos?

R.- Por mucho que lo disfrace y que intente maquillarlo, las dos cosas son imposibles dentro del actual marco constitucional. Ahora bien, si consigue que ERC y Junts compren las mentiras que monte Sánchez para hacerles tragar la píldora, entonces Sánchez puede llegar a ser presidente de Gobierno. Entre otras cosas, porque una repetición electoral a ellos no les conviene y, para lo que a ellos les interesa, no pueden encontrar mejor presidente de Gobierno que Sánchez. Por tanto, me temo que si hoy tuviera que apostar, diría que la investidura de Feijóo no va a prosperar y que Sánchez sí puede lograr su objetivo.

Alejo Vidal-Quadras. | Victor Ubiña

P.- ¿Descarta la teoría de que puede haber cuatro hombres «buenos» dentro del PSOE o un «tamayazo» dentro de sus filas, que acaben convirtiendo en presidente del Gobierno a Feijóo?

R.- Yo he estado ahora tres días fuera de España y he cogido un avión para volver. Bueno, el avión podría haberse caído, ¿no? Pues la misma probabilidad de que eso haya pasado tiene esta teoría de ser realidad. Las listas las ha hecho Pedro Sánchez, que ha hecho un casting muy cuidadoso. Por tanto, yo creo que estos 121 hombres y mujeres están elegidos perfectamente y todos ellos son de un sanchismo inamovible. Yo creo que por ese lado sólo hay una posibilidad, que es el PNV.

«El PNV siempre tiene un precio»

P.- Ha dicho varias veces, creo que cuatro, que no…

R.- El PNV tiene siempre un precio. Eso lo ha demostrado a lo largo de su historia, incluso en la Segunda República y en la Guerra Civil lo demostró. Entonces, si Feijóo fuese lo suficientemente hábil como para pagar la elevadísima factura que le pediría el PNV… Al fin y al cabo, el PNV está ahora en una situación difícil porque nota el aliento ardiente de Bildu en la nuca. Y el PNV sabe que en un País Vasco dominado por Bildu sería eliminado, pero eliminado casi físicamente. Entonces se podría jugar con esto y darle al PNV bazas para fortalecerle frente a Bildu, bazas que, por supuesto, irían en detrimento del proyecto español. Eso sería un enfoque hábil porque el PNV, como digo, ha demostrado sobradamente que tiene un precio. Sucede que el precio ahora sería altísimo, tan alto que sinceramente lo veo mal.

P.- Un argumento atractivo sería la Seguridad Social. El PNV ha reiterado su ambición de gestionarla.

R.- Sólo hablan un lenguaje, que siempre es «money, money, money», ¿no? Romper la caja de la Seguridad Social, por ejemplo. Todo esto es ilegal, pero por desgracia se suele usar mucho. El PNV lo que quiere es manejar mucho dinero. Entonces, si se le paga… Lo que pasa es que, claro, como digo, todo eso iría en detrimento grave de la fortaleza y de la cohesión de España como nación.

«El PP debería aprovechar los 30 días antes de la investidura para lanzar mensajes que elevaran la moral de su electorado»

P.- ¿Y entonces, cuál es la solución ahora mismo?

R.- Vamos a ver. Primero, el PP debería aprovechar esos 30 días para lanzar mensajes acertados que elevaran la moral de su electorado, y a la vez para estabilizar, aclarar y racionalizar su relación con Vox. Y ponerse a preparar un gran discurso de investidura. Un gran discurso de investidura que presentara a Feijóo como un hombre honesto, como un estadista con gran visión, con un proyecto muy serio para España que nos saque del marasmo en el que está ahora, y que ese discurso sirviera como inversión a medio plazo. Para consagrarle como el próximo presidente del Gobierno de cara a las próximas elecciones generales, que dada la inestabilidad de la situación y lo complejo y lo confuso del tinglado, igual no se demoran más de un par de años. Eso es lo que yo aconsejaría que hiciera el PP.

Alejo Vidal-Quadras. | Víctor Ubiña

P.- Usted, que fue militante del Partido Socialista… Uy perdón, del PP…

R.- ¡Vade retro, vade retro!

P.- Ja, ja, ja, ja. Esto lo voy a poner.

R. -No soy militante del PP desde 2014. Lo fui 31 años.

P. – Y luego fue usted fundador de Vox, o sea, que les conoce bien…

R.- Estoy razonablemente preparado para entender lo que pasa allí, sí.

P.- Y para psicoanalizar las relaciones de PP y Vox. Vox ha pedido a Feijóo que levante el teléfono y que aclare su relación y que no les haga esto que se llama cordón sanitario, que los propios de Vox admiten y asumen que es un cordón sanitario.

R.- El PP comete un gran error mostrando hostilidad hacia Vox. La relación del PP con Vox tiene que ser la relación que un partido con vocación de mayoría mantiene con un potencial socio. Lo primero que hay que hacer es hablar de lo que el PP propone y no estar todo el día hablando de Vox. Feijóo se ha pasado la campaña hablando de Vox,  con el «brillante» resultado conocido. En los países civilizados, cuando hay que articular mayorías o pactos de gobierno se monta una comisión donde haya técnicos y políticos que elaboren un programa acordado con el cual cada uno de los dos partidos esté razonablemente satisfecho. Y salvo en estas circunstancias, lo que hay que hacer es lo que acabo de explicar: no hablar de Vox. Estar todo el día hablando de Vox al PP le ha salido fatal. A ver si aprenden de una vez.

«En ningún otro Estado del mundo el Gobierno depende de quienes quieren destruir la nación»

P.- Citaba lo que se hace en países civilizados como Austria o Alemania. En Alemania también se hacen otras cosas, como la gran coalición. ¿En España es imposible?

R.- Bueno, nosotros en España tenemos un problema, que es que vivimos, en términos políticos, una situación aberrante. Monstruosa. Y el pueblo español no es consciente de esa monstruosidad. Yo creo que en ningún otro Estado del mundo, el Gobierno de la nación depende de aquellos que quieren destruirla. Eso yo no lo he visto en ningún sitio. Somos muy originales. Esto no ha sucedido de golpe de un día para otro, porque de ser así la sociedad española habría reaccionado de manera enérgica para defender la nación. Esto ha ido pasando como la rana dentro del agua que va hirviendo poco a poco, ¿verdad? La nación española depende para su gobernabilidad de unos partidos que tienen como objetivo explícito, y como programa último, la destrucción de la propia nación. Entonces, como vivimos eso y aparentemente nos suscita una inquietud general, pues es muy difícil salir de este terrible embrollo. Lo que pasaría en un país normal es que los dos grandes partidos nacionales, ante la amenaza de partidos separatistas, golpistas, racistas, se unirían para defender la nación. Esto es lo que pasaría en Francia o Alemania o Italia. En España no solamente no pasa eso, sino que uno de los dos grandes partidos nacionales se alía, establece un marco de colaboración permanente, con aquellos que quieren la destrucción de la nación. Ya digo, es una situación aberrante que no se daría en ningún país serio en todo el mundo. Después de lo sucedido en septiembre y octubre del año 2017, en un país normal habría habido una gran coalición para defender la nación de sus enemigos. No solamente ha sido así, sino que uno de los grandes partidos nacionales se ha aliado con los enemigos de la nación y el otro acaba de decir que puede hablar con ellos y que son partidos cuya tradición y legalidad está fuera de duda. Cuando los dos partidos nacionales han perdido así el norte y el oremus, es muy difícil que España salga adelante. La gran coalición efectivamente sería lógica en estas circunstancias, en que la nación está amenazada. Pero los dos grandes partidos nacionales no se quieren enterar. Lo cual tiene muy mal pronóstico.

Alejo Vidal-Quadras. | Víctor Ubiña

P.- ¿Y cuál es su pronóstico, por ejemplo, para el PP catalán, sobre todo si se confirma la negociación con Junts?

R. – El PP catalán ya está, pobrecito, muy debilitado. Si encima hubiera un acuerdo de colaboración del PP con Junts, el PP catalán ya simplemente desaparece de la faz de la tierra.

«Sánchez está dispuesto a pactar un sucedáneo de amnistía y de referéndum, porque quiere el poder a toda costa»

P.- ¿Pero cree que es viable que lleguen a algún acuerdo? ¿O cree que Puigdemont, con su silencio,  está jugando con el PP?

R.- Vamos a ver, Puigdemont sólo tiene un objetivo, que es volver a España, librarse de sus problemas penales, ser presidente de la Generalitat otra vez y derrotar a ERC, ser la fuerza independentista hegemónica. Esto es lo que quiere. Puigdemont, aparte de partirse de risa, desprecia al PP por querer hablar con él . Es una cosa patética que además no se entiende. En cambio, en el caso del PSOE lo entienden. Sánchez quiere el poder, quiere el poder a toda costa, y para conseguirlo está dispuesto a pactar un sucedáneo de amnistía y un sucedáneo de referéndum de autodeterminación. Es muy posible que ese acuerdo se produzca. Pero vamos, es que la sola idea de que el PP haya pensado en sacarles algo a cambio de un sermón, es que no sé en qué cabeza cabe.

P.- Volviendo a Vox, ¿en qué se ha equivocado? Porque Vox ha sido uno de los partidos más castigados en las elecciones generales…

R.- Sí, Vox, de 3.600.000 votos que tuvo la anterior, ha perdido 600.000. Con nuestro sistema electoral perder 1.1 punto y medio te hace perder muchísimos escaños. No ha habido un descalabro de Vox en estas elecciones, pero ha habido un serio aviso electoral.

«Vox tiene que evitar a toda costa parecerse a la imagen que sus enemigos le han fabricado»

P.- ¿Cómo tiene que entender Vox ese aviso, o qué es lo que tiene que hacer ahora? ¿Apoyar la investidura de Feijóo, pase lo que pase?

R.- Lo que le diría a Vox es que tiene que evitar a toda costa parecerse a la imagen que sus enemigos le han fabricado. Vox ha sido objeto de una campaña de demonización y caricaturización que ha sido de una vesania y de una crueldad extraordinarias. Y que ha sido muy eficaz por parte de la izquierda. Y ante eso Vox ha reaccionado excesivamente a la defensiva. Yo creo que Vox tiene un proyecto de España, un programa que se puede compartir o no, pero que es absolutamente legítimo y, desde luego, perfectamente constitucional. Vox dice que quiere inmigración regular y ordenada. Cualquier español razonable estará de acuerdo con eso. Vox dice que las leyes de ideología de género son peligrosísimas porque destruyen muchas vidas adolescentes. Tiene bastante razón. Hay abundante literatura al respecto y experiencias en otros países que avalan esa crítica. Vox quiere que España permanezca unida y que los separatistas y golpistas sean neutralizados. Me parece que está muy bien dicho. ¿Y en Europa? Bueno, digamos que no son entusiastas de la Unión Europea.

P.- Digamos más bien lo contrario…

R.- Son partidarios de que la UE no invada determinadas competencias y no disminuya la soberanía nacional.

«Vox tiene un problema de estética, de lenguaje e incluso a veces de lenguaje corporal»

P.- ¿No cree que eso no va contra los tratados?

R.- Es una posición que algunos han calificado de eurorrealista. Lo cual tampoco es un pecado mortal. Es decir, no son antieuropeos en el sentido de decir que la UE tenga que desaparecer y que tengamos que salir del euro. Dicen simplemente que la Unión Europea, cosa que es verdad, a veces se mete en asuntos donde no debería meterse. Objetivamente, no es un partido que merezca semejante reprobación unánime de la sociedad española. A ver, hay partidos en Europa que sí son impresentables. Como Amanecer Dorado, en Grecia. Vox no tiene nada que ver con eso, es un partido que podría ser perfectamente respetable, un partido nacionalista español, conservador, católico y tradicional o tradicionalista. No pasa nada, es una opción. ¿Ahora se puede ser comunista o separatista y no se puede ser conservador? Por favor, un poco de seriedad. Entonces, ¿cuál es el problema de Vox? Que muchas veces no acierta en su comunicación, en sus políticas de imagen, en cómo plantear las cosas. Vox tiene un problema, no de contenidos, que parece que son perfectamente defendibles, sino de forma. Tiene un problema de estética, un problema de lenguaje, incluso a veces de lenguaje corporal.

P.- Y bueno, también tiene un problema de crisis interna ahora…

R.- A partir de eso sucede lo que ha pasado. Vox tiene ahora un problema interno. Efectivamente, hay una lucha de poder entre familias y la interpretación que está quedando es que los ultraconservadores de Vox se hacen con el poder y expulsan a los liberales. Por supuesto que no es tan simple como eso. Pero en política todos sabemos que más que lo que es, es importante lo que parece. Entonces, claro, el hecho de que se haya apartado de primera fila a Espinosa de los Monteros no favorece a Vox, porque Espinosa aportaba un componente de seriedad, de ponderación y de elegancia que venía bien. Que se haya ido perjudica mucho, mucho. Pero yo creo que todavía se está a tiempo de rectificar. Tienen que cuidar mucho el lenguaje, la estética, la imagen. Lo tienen que cuidar mucho, no tanto los contenidos que, repito, son perfectamente defendibles.

«El liderazgo de Feijóo está más débil que cuando empezó»

P.- Y hablando de partidos y de interioridades de partidos, ¿cómo ve el liderazgo de Feijóo ahora mismo y en función de lo que pueda pasar si gobierna o si no gobierna?

R.- Vamos a ver. El liderazgo de Feijóo empezó muy sólido, muy fuerte. Un barón regional que había ganado cuatro elecciones por mayoría absoluta y el partido en masa le suplica que se venga a Madrid. Eso es llegar pisando muy fuerte, porque vienes de una trayectoria de éxitos y además vienes a sustituir a un líder (Pablo Casado) incinerado por sus propios errores. Entonces, ¿qué ha pasado? En las elecciones no ha cumplido los objetivos. Los objetivos eran claramente un número de diputados que, sumado a Vox, diera la mayoría absoluta. Sacando 137 diputados, se queda corto. Se queda corto ganando las elecciones, pero es que en política lo importante son las expectativas. Y así tenemos a Sánchez por ahí, habiendo perdido, pero chuleando. El liderazgo de Feijóo en este momento está más débil que cuando empezó. Y hay voces de partido que de forma subterránea ya empiezan a poner en duda ese liderazgo. ¿Entonces? Bueno, yo creo que él se la juega mucho. Le espera un semestre duro. Podrían surgir movimientos internos peligrosos para él.

«Si Feijóo se viene abajo, evidentemente el reemplazo será Ayuso»

P.- ¿Y esos movimientos peligrosos? ¿Ve a alguien capaz de presentarse?

R. – No, presentarse no, porque del PP, salvo en el caso de Pablo Casado, que fue una cosa rarísima, es un partido muy respetuoso con todos los liderazgos y muy disciplinado. Entonces nadie se va a postular. Es decir, ahora si Feijóo se viene abajo, entonces evidentemente el reemplazo es Ayuso. Eso estaba cantado.

P.- Bueno, se olvida del presidente andaluz, Juanma Moreno…

R. -No, no, porque el estilo de Feijóo se parece al de Juanma Moreno. Entonces, si Feijóo fracasa, se buscará un estilo más contundente.

«Sánchez no puede aspirar a un puesto importante en la UE»

P. – Le pregunto porque además también es un gran conocedor del Parlamento Europeo, de la UE en general. No sabemos si Pedro Sánchez será o no presidente, pero todo el mundo plantea que cuando deje de serlo, se irá a la UE, donde parece que tiene muy buena acogida…

R.- Bueno, yo creo que allí hay también muchas leyendas, como la del supuesto gran poder de seducción de Pedro Sánchez en Europa. Yo creo que en la Unión Europea saben que es un fantasma y que lo que está haciendo en España es peligrosísimo para la UE. No creo que un Estado de la Unión, de la importancia de España se pueda ni se deba resquebrajar internamente. Eso es un abuso, es un pecado mortal. Además se han hecho unas políticas de endeudamiento público salvaje. Ha subido las pensiones 8%, cosa que a todos los estados del norte de Europa les ha puesto los pelos como escarpias. Es decir, le tienen por lo que es, un oportunista que con tal de mantenerse en el poder, es capaz de cualquier disparate. Yo, que he estado allí muchos años, estoy convencido de que no puede aspirar a un puesto importante.

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