THE OBJECTIVE
Política

Pedro Bofill: «Los españoles no podemos depender de Puigdemont»

Hablamos con el exdirigente socialista sobre el panorama político y el escenario de pactos que han arrojado las urnas

Pese a que cada minuto que pasa parece más complicado, el exeurodiputado y dirigente socialista, Pedro Bofill (1946, Alcazarquivir, Marruecos) no pierde la esperanza de que PSOE y PP terminen por entenderse y alcancen un acuerdo que impediría a Carles Puigdemont y al resto de partidos independentistas ser decisivos en la gobernabilidad de España. De ser así, eso sería un desastre, en opinión de Pedro Bofill, que apuesta por la consecución de unos pactos de Estado entre ambos partidos que deberían ser cumplidos por el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, por ser el líder de la lista más votada.

Militante socialista, Bofill ha sido diputado en el Congreso y en el Parlamento Europeo, además de ostentar otros cargos tanto institucionales como dentro de la estructura orgánica del PSOE. En la actualidad, desde su condición de jubilado, participa activamente en el colectivo Fernández de los Ríos, un órgano de reflexión política, de clara orientación socialdemócrata y liberal, donde coincide con otros exdirigentes, exministros y ex altos cargos del socialismo y, apelando a su libertad de expresión traslada una visión —la del citado colectivo— que comparten otros muchos socialistas que vivieron e hicieron política en el PSOE en otra época.

PREGUNTA.- ¿Les ha pillado por sorpresa el resultado electoral del 23-J?

RESPUESTA.- Nosotros éramos conscientes de que se había producido un cambio de tendencia en las elecciones municipales del mes de mayo y el día 1 de junio. En un acto que celebramos en el colectivo Fernando de los Ríos, hicimos el único análisis que se ha hecho en este sentido tras el resultado de las municipales y autonómicas. Entonces dijimos que la tendencia era claramente que los españoles volvían hacia el bipartidismo. Si atendemos a los resultados de las elecciones generales del 23-J, podemos observar claramente cómo se han fortalecido los grandes partidos de centro izquierda y centro derecha.

Los dos han subido un número importantes de votos y de escaños. Por un lado, está el PP, que es el que ha ganado las elecciones, por lo cual hay que felicitarlo. Pero también hay que felicitar la capacidad que ha tenido el PSOE, al transmitir su mensaje. Un mensaje que desde nuestro punto de vista viene a coincidir con lo que ya decíamos. Es necesario que los dos grandes partidos puedan dialogar, acordar cuestiones básicas para la solución de los problemas que tenemos planteado todos los españoles. Por lo tanto, efectivamente, ha habido una consolidación de una tendencia y se ha arrinconado.

«Los españoles hemos mandado un mensaje de «no a Vox» y «no a la izquierda extrema»

P.- ¿Ese es el mensaje que cree que hemos mandado los electores?

R.- Los españoles hemos sido muy inteligentes al mandar un mensaje claro de «no a Vox», es decir, no con la extrema derecha, que ha bajado nada más y nada menos que 19 escaños y ha perdido 600.000 votos. Y un mensaje claro también de «no al otro sector de de la izquierda extrema», porque también han bajado 600.000 votos. No cabe la menor duda de que ha cristalizado el deseo de la sociedad española de que haya dos grandes partidos que puedan acordar cuestiones básicas, que puedan dialogar.

P.- Escuchando la noche electoral, al menos escuchando a Pedro Sánchez, da la impresión de que él entiende otro mensaje, que pasa por diferenciar dos bloques. Según se desprende de su discurso la noche electoral, él lideraría el bloque ganador, por lo que se bloquea cualquier posibilidad de que el PP. que ha ganado las elecciones, pueda formar gobierno y se abre una nueva opción de acuerdo multipartito para Sánchez…,

R.- Formar o no gobierno dependerá de nuestros representantes, de lo que ellos voten. Pero la idea fundamental es que hay que dejar pasar unos días, hay que dejar pasar la euforia del momento y hay que pensar en los españoles. Y eso daría pie a que la solución de España, los problemas que tenemos, que son muy graves, puedan ser el resultado de acuerdos de diálogo, primero, y de acuerdos.

Eso no quiere decir Gobierno de coalición, sino de acuerdo entre los dos grandes partidos centrales. España, los españoles, no podemos depender de un señor Puigdemont que, dicho sea de paso, es un prófugo de la Justicia española. Es decir, no podemos estar en manos de independentistas, pero fundamentalmente no podemos estar en manos, ni aceptar el chantaje y el desafío de Puigdemont. España no puede estar en manos de un prófugo.

P.- ¿En qué debe basarse ese acuerdo PP-PSOE que reclama el colectivo Fernando de los Ríos?

R.- Hay que adquirir la confianza necesaria para resolver los grandes problemas. Eso ya existió en España, en la Constitución del 78. Es justamente el resultado de la capacidad que tuvieron representantes de sectores de la sociedad española, que habían estado muy enfrentados, de sentarse en una mesa y de poder ponerse de acuerdo sobre temas que son básicos para una convivencia respetuosa de unos con otros, sabiendo que hay diferencias, pero que, en los temas básicos, se requieren esos acuerdos. Hay que intentarlo, al menos. Lograr acuerdos que puedan solucionar los problemas institucionales que tenemos.

Los problemas económicos también van a ser muy importantes. El ajuste económico ya lo están anunciando los alemanes y los plantean para el año que viene. Son sumamente graves y tenemos la capacidad, sin embargo, entre los dos grandes partidos, de ponernos de acuerdo, inclusive para gestionar los fondos europeos, que son necesarios para que España se siga modernizando económicamente. Esto es lo que nosotros hemos querido trasladar siempre, matizando que no tenemos ni somos una organización de carácter político, sino que es un núcleo de personas que quieren reflexionar y aportar nuestra visión. Pero yo creo que lo importante es que los españoles seamos conscientes que, después de la gran manifestación que ha habido con la participación en las elecciones, somos una sociedad que cree en el sistema democrático y que nos lanza un mensaje a todos para que se pongan de acuerdo el centro derecha y el centro izquierda para solucionar problemas, los problemas de todos los españoles.

«Sería muy, muy torpe que PP y PSOE no se esforzaran en abrir vías de comunicación»

P.- Buena parte de los miembros de este colectivo son afiliados al PSOE. De hecho, Nicolás Redondo ya tuvo un expediente que después se resolvió felizmente para él, no así en el caso de Joaquín Leguina, que fue suspendido de militancia .¿Temen alguna represalia por parte del partido?

R.- No creo, porque en este colectivo hay miembros del partido y hay muchas personas que no lo son, aunque tienen un talante progresista, liberal. No creo, porque lo único que estamos haciendo es aportar, desde la crítica, soluciones, respetando toda la estructura orgánica del partido. En España existe el derecho de libertad de expresión y los partidos políticos están para expresar el pluralismo político que existe en la sociedad, pero, desde un punto de vista también democrático, tiene que tener los procedimientos y las estructuras democráticas que permitan el debate y el diálogo.

El PSOE, durante más de un siglo y medio, ha sido una pieza fundamental, un engranaje político y también ha sabido sobrevivir épocas muy difíciles, como fueron la Dictadura, los años grises de España. Igual que nos hemos puesto de acuerdo para solucionar los problemas,en el 78, y que fuimos capaces de hacer una Constitución avanzada y de estructurar un sistema autonómico, de tener una democracia representativa, lo podemos hacer igual en este momento. No podemos desperdiciar el mandato de la sociedad española. Sería muy, muy torpe que tanto el PP como el PSOE no se esforzaran en abrir vías de comunicación, de diálogo, e intentaran ponerse de acuerdo para solucionar los graves problemas que se nos avecinan.

Pedro Bofill, en un momento de la entrevista. | Foto: Carmen Suárez

P.- ¿Cuáles serían esos Pactos de Estado?

R.- Tenemos que hacer un ajuste económico. Hay que pensar que la deuda que tiene publicada España es el 114% del PIB, cuando el PIB es un billón, 350.000 millones de  euros. Eso tenemos que ajustarlo porque la UE nos va a exigir reducir esa deuda, que es la segunda más alta que hay ahora mismo en la UE. Y nos van a pedir que ajustemos el déficit, que debe estar en torno al 4,7% del PIB y tendremos que ir a reducirlo hasta el 3%. Europa ya ha puesto un límite para que ese reajuste se haga, pero tendremos que solicitar —y si vamos unidos los dos grandes partidos será más fácil— que nos den más tiempo. Y tendremos más posibilidades si nos ven como un país con una estructura política madura y capaz de llevarlo a cabo. También tendremos que ser capaces de mejorar la productividad, disminuir la tasa de paro y conseguir que los jóvenes puedan acceder al empleo. Son, por tanto, cuestiones que yo creo que un solo partido no puede llevar a cabo. Desde luego, si lo hace apoyándose en el señor Puigdemont y en los independentistas, sería un error histórico tremendo porque perjudicaría a todos los españoles.

«La lógica indica que tiene que gobernar la lista más votada»

P.- ¿Cree que corremos el riesgo de que Pedro Sánchez pueda, en el intento por gobernar, conceder más de lo que debiera en una coalición de gobierno?

R.- No lo sé. Sería una gran equivocación, porque eso va a producir una crisis de confianza entre los ciudadanos españoles y los dirigentes políticos. Yo creo que este es el momento en que ha pasado el tiempo ya de los problemas de las elecciones. Ahora el protagonismo y el interés máximo no es la confrontación de los partidos, sino el buscar soluciones a los problemas, al servicio de los españoles.

P.- La solución tiene que pasar porque se constituya un Gobierno y, para ello se tendrá que investir a un presidente… ¿Quién debería ser el presidente del Gobierno?

R.- Desde mi punto de vista, la lógica indica que tendría que ser la lista más votada. Pero eso es lo que lo que indica la razón política. Me parece que es muy importante que se resalte, y se está olvidando a veces el mensaje, el mandato de los españoles. El otro día nos dieron una gran lección de civismo democrático, con un mandato a las dos grandes fuerzas políticas para que solucionen nuestros problemas. Yo creo que ese es el gran mensaje que hay, porque han arrinconado a los extremos. La democracia no puede estar al margen de la ley y hay que buscar dentro de las normas y dentro de los procedimientos que indica la Constitución.

P.- La  presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dibujó recientemente un escenario en el que tendría ya un acuerdo con los independentistas y esbozaba una línea de oposición del Partido Popular, utilizando la mayoría absoluta en el Senado, el poder institucional en las CC.AA., aventurando la posibilidad de crear Comisiones de Investigación, para estudiar y para averiguar cuáles eran las cesiones que le hacía el Gobierno Sánchez a sus socios. ¿Ve viable ese escenario? ¿Cree que puede pasar lo que ha denunciado la señora Ayuso?

R.- Primero, yo no sé, no tengo esa información. A lo mejor ella la tiene… y yo creo que esa situación se puede dar. No cabe duda que el PP tiene una mayoría absoluta en el Senado, que tiene un control de buena parte de las CC.AA., que es mayoría en los municipios más importantes de España. Pero eso y que se produjera esa situación, sería el fracaso de la política democrática.

«Hay un señor en Waterloo que tiene en su mano el futuro del gobierno de España»

P.- ¿Y llegar a la repetición electoral?

R.- Es un mal escenario, porque también supone el fracaso de la política democrática. Ahora estamos dándonos cuenta que hay un señor que vive en Waterloo, que tiene en su mano el futuro del Gobierno en España. Ese es un mal escenario. Otro mal escenario es que llegáramos a repetir las elecciones. Si fueron posibles unos acuerdos, unos Pactos de La Moncloa, ¡cómo no va a ser posible que entre los dos grandes partidos elaboremos un programa para España! Para dar soluciones a los grandes problemas que tiene España —territoriales, económicos, sociales, institucionales— hay que esforzarse en ello. Es lo que nosotros creemos y nos gustaría que intentaran. Porque si se suscriben otros acuerdos entre PSOE e independentistas, a medio plazo, lo vamos a pagar los españoles porque vamos a sufrir, vamos a tener un bienestar posiblemente menor que el que tenemos ahora, peor Sanidad, peor Educación.

P.- Si tanto Sánchez como Feijóo quieren ser presidentes del Gobierno, ¿sería descabellado que estableciesen unos pactos y se repartiesen el tiempo en el Gobierno, como se reparte la presidencia del Parlamento Europeo, que usted conoce bien…?

R.- Yo he sido parlamentario europeo y estoy acostumbrado a eso, pero lo veo francamente difícil. Hay una fórmula intermedia. No estoy hablando de gobierno de coalición entre dos.

P.- ¿Cuál es esa fórmula intermedia?

R.- Que negocien. Si hay acuerdo en lo básico y se pacta un plan para España, como he dicho, institucional, económico y social para cuatro años, sería posible que la lista más votada gobernara y eso sería una demostración de que el jefe de la oposición tiene una dimensión de estadista extraordinaria, porque sería la primera vez en nuestra historia que se haría ejemplo de generosidad. No solamente porque se piensa en los problemas de todos los ciudadanos, sino además porque quiere decir que hemos superado los enfrentamientos estériles, igual que ocurrió con la Constitución española, que ponía fin a casi dos siglos de enfrentamientos cainitas entre los españoles. Este sería un buen momento, demostraría una talla extraordinaria, pero eso es exigible también al señor FeijÓo. Pónganse de acuerdo, pero la solución de que España dependa de Puigdemont y los independentistas… ¡Eso sí que es un desastre!

«Quiero tener la ingenuidad de pensar que los dirigentes actuales tienen tanta capacidad como los líderes de la Transición»

P.- Habla usted de la Transición, de los Pactos de la Moncloa, de las grandes diferencias que  aquellos políticos fueron capaces de sortear. ¿Cree que los líderes políticos, en la actualidad, tienen esa altura de miras y esa grandeza a la que usted apela?

R.- Soy tan optimista, tan ingenuo, que creo que sí, porque como he vivido con líderes que fueron capaces de hacerlo, ¿por qué no voy a pensar que estos líderes están al mismo nivel que Felipe González, Alfonso Guerra, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, que don Manuel Fraga, que el señor Pujol? Quiero tener la ingenuidad de pensar que los dirigentes actuales tienen tanta capacidad como la que tuvieron nuestros líderes en el año 77, como mínimo. Es decir, es que nadie puede borrar el relato y la historia de lo que hicieron estos dirigentes políticos, porque estos no van a ser capaces…

P.- ¿Cree que Pedro Sánchez y Felipe González están a la misma altura? Feijóo pidió que se dejase gobernar a a la lista más votada, algo que no hizo cuando en 2019 el PSOE y Sánchez ganaron las elecciones sin mayoría absoluta… De hecho, en el entono de Sánchez recuerdan, por ejemplo, que en Extremadura no gobierna la lista más votada, que es la del PSOE…

R.- Esos argumentos, que son ciertos, hay que contrarrestarlos con otros. También en Barcelona hay un alcalde socialista porque ha habido generosidad por parte del PP al apoyarlo. Si yo fuera un dirigente político en activo y yo tuviera la responsabilidad de dirigir uno de los dos partidos, hubiera hecho el ofrecimiento previo al diálogo y buscando el acuerdo sobre temas importantes.

Dialoguen, negocien, hagan un plan para España, que sirva para todos los españoles, buscando soluciones a los temas más graves que tenemos y pongámonos a trabajar. Si es que eso tendría que ser la política bien entendida, la política democrática. Y eso es el sentido de los dirigentes con capacidad de pensar y de trascender el momento del poder.

Si España se pone de acuerdo, los dos partidos los convertimos en un eje fundamental de la política de la Unión Europea y de la política internacional; es que daríamos nuevamente el ejemplo que produjo la admiración de los acuerdos de la Moncloa, de los acuerdos entre los grandes partidos de la Transición, y podríamos tener un peso internacional tanto en el continente europeo como internacionalmente, en Estados Unidos y en las grandes potencias. Seríamos nuevamente un ejemplo. Nuestros dirigentes se revalorizarían tremendamente al demostrar que son capaces de trascender el egoísmo personal o de trascender la apetencia personal.

Pedro Bofill y Esther Jaén conversan en la sede de THE OBJECTIVE. | Foto: Carmen Suárez

Por otra parte, es lógica la apetencia personal que se pueda tener, porque indudablemente el señor Sánchez ha demostrado una gran capacidad de aguante y ha sabido leer muy bien que la sociedad española no quería un acuerdo de la derecha y la extrema derecha. Por eso, han frenado en seco a la extrema derecha, pero también sin olvidar que esos mismos sectores han frenado también a la extrema izquierda, al populismo reaccionario de izquierda. No me importaría que me llamaran ingenuo por decir que hay que hacer todo lo posible y por manifestar que tengo fe en el secretario general de mi partido y en el presidente del PP, como grandes políticos y estadistas, para poder abordar realmente sentándose, con luz y taquígrafos, y elaborando un plan para la solución a nuestros problemas. Me gustaría ver que los dirigentes políticos actuales valen más que los de la Transición y están por encima en su generosidad y en su capacidad política.

P.- ¿Y si eso no sucede y al final gobierna el Partido Socialista con el multipartito, con apoyos externos desde el parlamento, un día con unos, otro día con otros, pero consigue la investidura y luego gobierna en coalición con Sumar? ¿Cree que esto conllevaría el final político de Feijóo, para dar paso a otro líder del PP?

R.- Yo no sé cómo puede gestionar el PP el estar en la oposición, pero la circunstancia de ser la lista más votada tendrá mayor representación. No sé cómo lo puede gestionar, pero pienso que ese escenario es sumamente frustrante. Para mí, como elector, y creo que para una gran mayoría de los españoles y de los electores, eso es un Gobierno. Sin embargo, el gobierno con los independentistas y el señor Puigdemont, un prófugo de la justicia, es un Gobierno que crea inseguridad. Y la inseguridad no es lo que España necesita en estos momentos.

«Un Gobierno con Puigdemont y los independentistas crea inseguridad»

P.- Parece que Sánchez se considera el vencedor del bloque que «frenó» a la ultraderecha y no está por la labor de llegar a acuerdos con el PP… Según sus allegados se cree legitimado intentar ser investido y formar gobierno…

R.- Eso es una lectura válida. Pero la auténtica lectura es el que el 74% de los escaños del Congreso de los Diputados forman parte del bloque de centroderecha y de centroizquierda, y que en el Senado hay 192 senadores, que representan 120 a centro derecha y 72 al centro izquierda. Esa es la lectura. Mi deseo y el deseo del colectivo es que no dejáramos pasar esta oportunidad de un gran acuerdo. Un gran acuerdo solamente que que se establezcan canales de diálogo, que se lleguen a acuerdos y que dentro de la negociación se estudie el tema de la de la Presidencia de Gobierno. Creo que es lo mínimo que se podría hacer. Desde luego, lo peor y lo que a mí me parece rechazable, es un gobierno débil de España, que dependa del señor Puigdemont, que insisto, es un prófugo de la justicia española, que no entiende, no ha tenido ni siquiera la entereza de mantener el tipo como el señor Junqueras, por ejemplo. Pero… veremos qué sucede.

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