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Sánchez deja la legislatura con récord de deuda pública en vísperas de que la UE pida ajustes

Expertos economistas analizan para THE OBJECTIVE la complicada situación económica que dejará el actual Gobierno y los previsibles recortes a futuro

Sánchez deja la legislatura con récord de deuda  pública en vísperas de que la UE pida ajustes

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno | Europa Press

A cuatro días de las elecciones municipales y autonómicas, cuyos resultados han provocado que el presidente del Gobierno haya decidido anticipar los comicios de las generales al 23 de julio, expertos economistas diseccionan para THE OBJECTIVE el momento en el que jefe del Ejecutivo deja a España con el mayor nivel de deuda pública de la historia, 1.502.543 millones de euros, concretamente, 377.000 millones más desde que llegó Sánchez, siendo ya la cuarta mayor deuda de Europa. Además -advierten los expertos consultados-, este adelanto electoral se hace sin acometer la vuelta a las reglas fiscales que apremia Europa, y sin tampoco aprobar un techo de gasto, que es la antesala de los Presupuestos Generales para 2024, los que automáticamente se prorrogarían en el próximo ejercicio con el consiguiente incremento del gasto público. En consecuencia, una inacción que tendrá unos efectos.

Claro que el adelanto electoral no solo tiene un balance negativo. Así lo valora José María Rotellar, director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria, y para quien un fracaso de Sánchez en las urnas «puede proyectar mejores expectativas hacia los mercados bursátiles y por tanto, vientos de cambio de ciclo político hacia una política sensata, ortodoxa, que dé seguridad jurídica, que busque la estabilidad presupuestaria».

En opinión del también profesor universitario de Economía, un modelo de gestión económico opuesto al de Sánchez tendrá mejores resultados para el crecimiento de España siempre que «busque la estabilidad presupuestaria, reduzca el gasto y la deuda, baje impuestos y haga reformas». En cualquier caso, una situación -señala-, que «dependerá de si los ciudadanos confirman en julio su apuesta por dicho cambio, como este domingo pasado empezaron a hacer. Porque -concluye-, de no ser así, las consecuencias serían negativas».

Para Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, «el adelanto electoral significa que el Gobierno está acabado. Eso significa que de aquí a final de año no tendremos un Gobierno formado y en marcha. Por otra parte -puntualiza-, y desde el punto de vista político y económico, eso es hasta positivo. Ahora bien -apunta-, lo que está claro es que Sánchez le quiere pasar los recortes al siguiente».

Fuente: El Banco de España

El caos institucional que deja Sánchez

El economista Santiago Sánchez López sustenta que «Sánchez sólo piensa en sí mismo, y convoca elecciones conforme a sus intereses, aunque las consecuencias las paguemos todos los españoles». Y es por eso -añade-, que «no ha querido pactar la Adenda del Plan de Recuperación ni con el Partido Popular ni con las Comunidades Autónomas, cuando de ella dependen 84.000 millones en préstamos, 7.700 millones en ayudas y 2.600 millones para la estrategia del RepowerEU y también, tenemos pendientes de ejecutar las principales inversiones del Plan».

Explica Sánchez López que la Comisión Europea «tendrá que evaluar la reforma de las pensiones que ha aprobado el Gobierno con sus socios independentistas y populistas frente a la valoración negativa que de forma unánime han expresado AIReF, Banco de España, Fedea, y en definitiva, todas las instituciones de análisis independientes. Lo mismo ocurre con una ley de vivienda contraproducente que va en sentido contrario a lo esperado por la Comisión Europea».

El gobierno además -enumera- «evita así comparecencias embarazosas y podrá seguir nadando en la opacidad y falta de transparencia de la que tanto parece disfrutar mientras España no iniciará los trabajos previos para elaborar los Presupuestos Generales del Estado, aunque tenga que afrontar el retorno de las reglas fiscales, la reducción del déficit público y de una deuda pública que ya ha alcanzado un volumen récord de 1,54 billones de euros». Se dejará llevar -apostilla- por la ola de la contratación de la campaña turística de verano, un espejismo que no puede evitar dejar al descubierto la ineficacia de la reforma laboral para acabar con la precariedad y la temporalidad».

Como siempre -remata Sánchez López-, «la improvisación y el interés personal es lo prioritario para Sánchez y, al igual que los ministerios se enteraban de nuevos impuestos y tasas a través de sus anuncios, para después tener que estructurarlos y publicarlos, de nuevo, disuelve el parlamento sin pasar por consejo de ministros y empantanando el trabajo de los funcionarios y el personal de los ministerios, profundizando en el colapso institucional y de atención al ciudadano en que lleva sumido el gobierno desde hace meses».

Cuidado con la desviación del déficit

Y más allá del colapso institucional, e insistiendo también en los problemas que puede acarrear para la economía española no contar con nuevas Cuentas Públicas, y que por tanto que, las de 2023 no se ajusten a la recaudación final del año, el economista Javier Santacruz afirma que el adelanto electoral supone, en primer lugar, «prorrogar el presupuesto actual, ya que será muy difícil negociar un nuevo presupuesto en los tiempos necesarios y, por otro lado, que a las Comunidades Autonómas les ocurrirá algo parecido». De ahí, colige Santactruz, «la clave es que se mantenga el actual ritmo de ingresos fiscales debidos a la inflación, porque de lo contrario, la desviación sobre el déficit previsto puede ser enorme».

El economista Lorenzo Bernaldo de Quirós, por su parte, da un paso más y habla de la herencia que dejará Pedro Sánchez en el caso que perdiera las elecciones el 23 de julio. Así, sostiene que si este Gobierno deja el poder, «éste habrá sido el peor de la democracia española, dejando una posición de las finanzas públicas insostenible; una tasa de paro que dobla la media de la zona euro; una caída sustancial del PIB per capita; una fiscalidad que lastra los incentivos al trabajo, al ahorro y a la inversión y unos mercados hiper regulados que dificultan el ajuste a los cambios del entorno y frenan la innovación y la productividad».
En la Era Sanchez -destaca, «España ha realizado un experimento de estatización de la economía sin precedentes en Europa occidental desde el final de la IIGuerra Mundial, lo que impide crecer de manera sostenible y que no puede financiarse».

Y de la posición en los mercados habla también para los usuarios de THE OBJECTIVE Daniel Rodríguez Asensio. El economista sostiene que la gestión económica de Sánchez no le permite salir a la calle, porque en otras cosas, «ningún medio le compra la mercancía averiada que vende, y tiene a su partido encima».  Así pues, argumenta, «o convocaba elecciones, o rompía el gobierno. Y si hace lo segundo sepulta cualquier opción de reeditar en diciembre. Así que -se extiende-, convoca elecciones, que en realidad son un plebiscito sobre su persona. O con él, o contra él. Y se la juega todo a una carta». Y comenta Asensio, «la inestabilidad política ya forma parte de la inseguridad jurídica a la que ha sometido Sánchez a España, por lo tanto, no sólo somos un país frito a impuestos y donde las normas se cambian de forma arbitraria».

Concluye nuestra ronda de expertos María Crespo, profesora titular de Hacienda Pública de la Universidad de Alcalá de Henares, para quien «es irresponsable convocar elecciones cuando aún no se ha justificado ni conocido la aplicación de los Fondos Next Generation, en un momento en el que tenemos problemas para salir a los mercados y nuestra deuda está encareciéndose cada vez más».

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