Récord de deuda pública en manos de los particulares por la locura de las letras del Tesoro

La deuda pública en manos de particulares españoles está en cifras récord, de al menos una veintena de años, debido a la fiebre desatada por la compra de letras del Tesoro ante la baja rentabilidad que ofrecen los bancos pese a la subida de los tipos de interés. Unas tasas, eso sí, que en los últimos meses han comenzado a subir con una mayor fuerza.

Los ciudadanos de a pie empezaron a adquirir de manera masiva a finales del pasado año letras debido a su remuneración, muy por encima de los intereses que pagan las entidades. Una ola que en enero y febrero se convirtió en una auténtica locura. El fenómeno se vislumbró en las calles, con largas colas a las puertas de las sucursales del Banco de España, provocando varias veces el bloqueo de la plataforma del Tesoro Público. Ante la avalancha el Banco de España puso en marcha en sistema de citas previas.

De acuerdo con las últimas cifras disponibles y recabadas por THE OBJECTIVE, esta compra desmedida ha llevado a que el volumen de deuda del Estado —letras, bonos y obligaciones— en poder de los inversores minoristas haya crecido hasta los 9.192 millones de euros en febrero. Es decir, que los particulares tienen el 0,73% del total de este tipo de productos financieros. Un porcentaje que también está en su mayores niveles.

Esta cantidad es un máximo desde, como mínimo, 2002. El anterior récord se produjo en 2008, antes de la crisis bancaria, cuando el importe alcanzó los 7.000 millones. Desde entonces, la tenencia de deuda pública por parte de la población había venido bajando paulatinamente hasta la recta final de 2022.

Más de 7.600 millones en letras del Tesoro

Este cambio radical viene motivado de manera prácticamente exclusiva por las letras, un producto de inversión que renta al 3% o más. Ya el ejercicio pasado el volumen de éstas se disparó un 10.000%. Un alza que ha ido a más en enero y en febrero. A finales de este mes el dinero depositado por los particulares en este tipo de deuda alcanzó los 7.613 millones tras duplicarse. Esta cifra también es récord y representa el 10,4% de las letras emitidas por el Estado.

Con ello, los minoristas tienen ya más letras en su poder que otros grandes inversores, como los fondos, que atesoran menos del 6%. Los extranjeros continúan como los principales tenedores de esta deuda, con un 43%, y los bancos, con un 21% de la misma.

Fuentes financieras sostienen que el apetito de los particulares por esta deuda pública ha decaído algo en las últimas semanas. Un descenso que viene motivado por el mayor interés que están ofreciendo los bancos por los depósitos y las cuentas nómina.

Los grandes bancos han decidido retrasar al máximo posible cualquier tipo de guerra comercial por el ahorro tradicional, pero sí están abonado tipos que cada vez son más altos a clientes vinculados y en función de sus reclamaciones.

Esta política, unida a la creciente competencia por parte de entidades pequeñas y que operan por internet únicamente, ha llevado a que los intereses de las imposiciones a plazo se hayan duplicado en marzo, hasta el 1,36% para plazo doce meses.

Esta rentabilidad, según las entidades, irá poco poco escalando, pero aún encuentra lejos de los niveles a los que cotiza el euríbor, por lo que queda un amplío camino por recorrer. Este indicador, como consecuencia del alza del precio oficial del dinero por parte del BCE, se sitúa cerca del 4%.

Los expertos no descartan que a lo largo del año llegue al 5%, pero dependerá de los mensajes y de la contundencia que adopte el organismo monetario para controlar la inflación. En la reunión de la pasada semana aflojó el paso y subió los tipos 25 puntos básicos, hasta el 3,75%.

Los bancos prefieren por el momento intentar que los clientes particulares contraten fondos de inversión en vez de que lo coloquen en depósitos, ya que son mucho más rentables para sus intereses, ya que reciben comisiones y por tanto mejoran sus resultados. Además, sostienen que se pueden conseguir más atractivas que con las imposiciones tradicionales, como con las letras del Tesoro.