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Junts ya ha transmitido informalmente al PSOE su "disposición" a investir a Pedro Sánchez

Ambos partidos han mantenido «contactos informales» para facilitar la investidura del presidente del Gobierno

Junts ya ha transmitido informalmente al PSOE su «disposición» a investir a Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, asiste a la inauguración de la Galería de las Colecciones Reales. | EFE

El Gobierno se va de vacaciones, pospone los contactos para la investidura y ha suspendido las reuniones, Comités Federales y balances de curso político. La excusa es «reposar los resultados del 23-J», pero la realidad es poner el foco en el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo para que «se cueza a fuego lento» en su fracaso. Mientras el Gobierno va minando y erosionando la investidura de Feijóo y su liderazgo en el PP, el PSOE ya ha iniciado una serie de «contactos informales» con Junts para ir preparando el terreno. El grueso de los movimientos los lleva a cabo el primer secretario del PSC, Salvador Illa, encargado de tender y reconstruir puentes con esta formación política. Según adelantan fuentes socialistas a THE OBJECTIVE, responsables de Junts ya habrían manifestado su «disposición» a establecer una negociación formal a la vuelta del verano para investir a Pedro Sánchez

Los contactos privados no son desmentidos ni confirmados públicamente. La máxima gubernamental es la manifestada este miércoles por el ministro de presidencia, Félix Bolaños: «Discreción en las conversaciones y publicidad en los acuerdos cuando se logren». Por ese motivo, desde la Secretaría de Estado de Comunicación se limitaban a afirmar que «no nos consta» y dudaban de que Jaume Asens acudiera a Waterloo en condición de emisario de Sumar para negociar con Carles Puigdemont: «El Gobierno no ha enviado a nadie… Tengo dudas de que ese emisario exista», aseguran desde Moncloa.

En cualquier caso, el Gobierno desliza que es en el ámbito de los partidos donde se producen las conversaciones, cuando asegura que Asens sería una emisario «de Sumar», que «el Gobierno no ha enviado a nadie», y que de los contactos que ha desvelado Arnaldo Otegi, «no confirmamos nada de Bildu y menos desde el Gobierno».

«Repetición electoral no habrá, seguro»

En el Palacio de la Moncloa no albergan duda alguna sobre el éxito de estos contactos y rechazan la posibilidad del bloqueo político: «Repetición electoral no va a a haber, seguro», sostienen con vehemencia ministros del Ejecutivo. Y uno de los motivos que les permiten tanta seguridad es el temor de Junts a concurrir a las urnas tras el varapalo electoral sufrido en Cataluña, donde han sido relegado a la cuarta fuerza política, por detrás de PSC, Sumar y ERC, a una distancia de dos puntos respecto a su competidor y líder hegemónico del bloque independentista, ERC (11,16% de voto frente a 13,16%), y con un tercio del porcentaje de voto de la primera fuerza (11,1% frente al 34,49% del voto del PSC).

Fuentes gubernamentales abogan por esperar porque «a Junts hay que dejarlos digerir y ayudarlos a tomar decisiones» porque «con todo lo que ha perdido no puede permitirse unas elecciones». «¿Cómo va a explicar que no favorece un gobierno progresista? Vemos claro que se forma una mayoría de progreso», aseguran.

Equilibrios con ERC

El Gobierno es consciente de los equilibrios que tendrá que hacer con ERC para evitar un ‘ataque de celos’ entre las dos fuerzas independentistas que pugnan por el mismo espacio político, y más después del derrumbe de los republicanos, que han perdido la mitad de sus representantes en el Congreso (siete de trece diputados), tras su alianza con el Gobierno. En Moncloa creen que los de Pere Aragonès necesitan recuperarse de su erosión en las urnas al tiempo que mantiene su condición de socio preferente de Pedro Sánchez. «A ERC le podrá molestar el protagonismo de Junts…. Hay que contentar también a otros socios que no son fáciles. Puede molestar a ERC que se le haga de menos. Que no parezca que solo Junts cuenta. Hay que cuidar el lenguaje para que nadie se moleste».

El Gobierno descarta que Junts se divida, así como un frente común con ERC porque «son rivales» y resta importancia a que rescaten la amnistía y el referéndum en el primer momento de la negociación porque «es normal que ahora necesiten hablar para los suyos». Además, consideran que algunos, como Laura Borrás, inhabilitada por corrupción política, «están buscando foco y protagonismo en este nuevo tiempo». «A Junts no se le puede dar ni amnistía ni referéndum» y las decisiones de la Fiscalía sobre la euroorden para detener a Puigdemont «evidencian la independencia de la Fiscalía y que el Gobierno no va a negociar» sobre su situación procesal. 

Compartimentos estancos, según el Gobierno, donde describen a Junts como un conglomerado político en el que Puigdemont es una minoría y donde la mayoría ve necesaria la renovación en la cúpula. Una mayoría que también aspira a suceder a ERC como interlocutor preferente de Pedro Sánchez. Los herederos de la antigua Convergencia son conscientes de que los republicanos rentabilizaron inicialmente su pulso ante la coalición hasta el punto de ganar las elecciones generales de 2019 en Cataluña, gracias a su apoyo a la mesa de diálogo que abandonó Junts en 2021. Lo que entonces se vendió desde Moncloa como un éxito, la ruptura y división del independentismo, ha derivado ahora en la competencia del independentismo por ver quién pacta antes con Pedro Sánchez.

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