La expulsión de Redondo enciende el debate sobre si el viejo PSOE debe movilizarse
Los socialistas históricos se dividían entre los que pedían romper con Sánchez y los que pensaban poder influir sobre él
La expulsión por parte del PSOE de Nicolás Redondo Terreros tras sus críticas a la amnistía de los encausados del procés que negocia Pedro Sánchez ha vuelto a encender un debate entre históricos dirigentes del PSOE sobre si salir o no a la calle para protestar explícitamente contra la medida. Redondo Terreros manifestó en agosto su dura crítica. Y fuentes de este sector sostienen que el exdirigente vasco amagó con romper su carnet de partido. Pero personas influyentes del grupo le aconsejaron esperar, para evitar una «salida traumática». Y finalmente no hizo falta que Redondo hiciera nada. El pasado jueves el PSOE le comunicó su expulsión por el «reiterado menosprecio» a la formación. Todo ello sin convocar su Comité de Garantías ni la Ejecutiva. Un diktat en plena regla.
La expulsión de Redondo Terreros llega después de otra purga ilustre, la del expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina. Y ellos no son los únicos dirigentes y exdirigentes que han sido amenazados por el partido. Así lo revela un miembro de este grupo de históricos socialistas que asegura haber recibido, él y otros como él, avisos a través de «terceros» de que el PSOE, un partido que reivindica su papel en la recuperación de la democracia en España, no admite críticos, desobedientes o indisciplinados. «El partido está amenazando a gente con carnet del PSOE desde hace 40 años, es muy triste», afirman. Y añaden: «Es desde el pacto con Podemos que están llegando recados».
Hace meses, estos exdirigentes socialistas se reunieron en el colectivo llamado Fernando de los Ríos. Esta iniciativa, que empezó a gestarse tras la decisión de Sánchez de derogar la sedición y reformular la malversación para asegurarse el apoyo de los nacionalistas, abordó después del 23 de julio algo parecido a un debate sobre si hacía falta salir a la calle ante otra previsible negociación con los nacionalistas.
¿Influir o romper?
El grupo se dividió entre aquellos que llevan tiempo insistiendo en que Sánchez es un líder sustancialmente peligroso para el futuro de España, y los que en cambio siguen aspirando a «influir» sobre él, a pesar de las notables diferencias. El viaje de Yolanda Díaz a Bruselas fue una gota que colmó el vaso. En ese momento se interpretó que Sánchez está «negociando» con los nacionalistas fugados, que los jueces españoles llevan años persiguiendo. Y la expulsión de Redondo de esta semana ha reforzado la lectura de los más duros con el presidente de Gobierno.
Así lo confirman miembros del grupo de históricos dirigentes socialistas que abogan por dar un paso hacia adelante. Aunque no señalan a Felipe González y Alfonso Guerra, sí mencionan a otros importantes figuras del socialismo español como Ramón Jáuregui, Joaquín Almunia y hasta Odón Elorza, uno de los sanchistas de la primera hora que ahora está alejado del secretario general.
«Se va a redoblar el debate interno, es evidente», comentan las fuentes consultadas. «Pero hasta que se considere que el PSOE es de los afiliados, será un debate falso, porque esto lo controla todo Sánchez. A los históricos entonces solo quedará estar juntos con quien sea y protestar allí donde podamos. Y esto incluye las manifestaciones en la calle», añaden. «Sánchez está más a gusto con Junqueras y Puigdemont que con Alfonso Guerra», afirman para describir la idiosincrasia entre el actual secretario general y un núcleo de exdiputados y hasta exministros que consideran una aberración aprobar una ley de amnistía para los encausados del procés.
Temor de Sánchez a las movilizaciones
El Partido Popular ha convocado para el próximo 24 de septiembre una manifestación en Madrid. El día 8 de octubre, la plataforma cívica Sociedad Civil Catalana celebrará otra marcha en Barcelona contra la amnistía, que podría despertar el interés de algunos de estos exdirigentes del PSOE. El debate entre los históricos socialistas, no obstante, va incluso más allá.
Para miembros de este sector ha llegado el momento de hacer oír su voz e indignación. Hace falta «ponerse al frente» incluso de una protesta organizada e impulsada por ellos. Una «concentración convocada por los propios socialistas», remarcan. Es decir, sin esperar a otros partidos políticos o entidades ciudadanas. «Esto es ya lo único que le preocupa a Sánchez, que no le gusta», reflexionan.