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Política

Olona: «Hay gente dentro de Vox pidiendo un congreso para que Espinosa releve a Abascal»

La abogada del Estado reta a Abascal, Méndez-Monasterio y los Ariza a un debate cuatro contra uno en El Toro TV

Macarena Olona Choclán llega a THE OBJECTIVE con la toga puesta -metafóricamente, pues porta un jersey rosa que dice haber cogido al tuntún-. Esto es, como abogada del Estado reincorporada a la Audiencia Nacional. Esto implica, en sus palabras, «una estética que comporta una ética», por lo que prefiere no posicionarse de una manera muy contundente con respecto a la ley de amnistía -más allá de que, dice, «la democracia prevalecerá»-, pero que no aplica a sus consideraciones sobre Vox, el partido que abandonó hace ya más de un año y contra cuyos actuales dirigentes carga en su libro Soy Macarena.

Ella ha venido a hablar de su libro, sí, pero sin dejar atrás toda la actualidad política, que pasa por las manifestaciones en Ferraz, entre otras cosas, pero todo conduce al mismo punto, al eje argumental de sus memorias y de esta entrevista: la crítica al clan Intereconomía, que estaría compuesto por Santiago Abascal, Kiko Méndez-Monasterio, Julio Ariza y Gabriel Ariza, y al que acusa de haber convertido el partido en «un chiringuito construido sobre la esperanza del patriotismo».

Utiliza también el plató de este medio para lanzar un reto al clan Intereconomía: un debate cuatro contra ella en El Toro TV para hablar de la «desviación» de 11 millones de euros de dinero público «desde un partido político a entidades y fundaciones privadas»; «para dejarse de cuentos y empezar a hablar de cuentas».

Entrevista a Macarena Olona

Macarena Olona en un momento de la entrevista realizada en THE OBJECTIVE
Macarena Olona en un momento de la entrevista realizada en THE OBJECTIVE. | Foto: Carmen Suárez

P. – Ante los últimos acontecimientos, debo comenzar preguntándole por la investidura de Pedro Sánchez. ¿Cómo está viviendo la situación política actual?

R. – Como abogada del Estado en activo destinada en la Audiencia Nacional, con todo lo que eso conlleva. Tengo una responsabilidad legal, una ética que comporta una estética y que tengo que preservar. Estamos en una situación convulsa y delicada. Todo esto va a pasar, la democracia va a prevalecer, nuestras instituciones van a prevalecer, pero echaremos la vista atrás y veremos en estos momentos de caos quién estuvo al lado de la orden y la ley, y quién estuvo intentando desestabilizar nuestra nación.

P. – Los abogados del Estado, precisamente, hicieron un manifiesto muy duro hablando de la ley de amnistía como un «ataque a la Justicia». ¿Comparte ese posicionamiento?

R. – Hubo dos comunicados: el promovido de manera espontánea por distintos compañeros y el de la Asociación de Abogados del Estado, de la que fui miembro de la junta directiva, pero a la que ya no pertenezco. Cuando leí ambos comunicados tuve claro que, al margen de su contenido, no podía firmarlos. Yo tengo una estela política que todavía está muy viva, una capa política que no me ha abandonado. O yo no la he abandonado, para ser honestos. Poner mi nombre en ese comunicado perjudicaría a mis compañeros porque se utilizaría políticamente para atacarlo.

Es verdad que ese comunicado lo firmaba Jorge Buxadé, vicepresidente de Vox, pero es que la ética es algo individual. Yo sé cuáles son mis estándares y los he aplicado toda mi vida cabalgando contradicciones en no pocos casos e intentando superar los múltiples errores que he cometido. El caso de Jorge no cambia mi criterio.

P. – Volviendo a la investidura, Santiago Abascal habló en su discurso de golpe de Estado, concretamente de autogolpe. ¿Comparte este análisis?

R. – Observo con mucha preocupación la deriva de Vox. Hablo de ella en el libro, y es una deriva tanto a nivel ideológico como empresarial. Me alegro de haber visto antes esa deriva y haberme marchado, porque si no hubiera sido así hoy sería cómplice, cooperadora necesaria, de unas actuaciones muy concretas que no comparto y que están haciendo un favor a Pedro Sánchez.

Lo hemos visto esta semana con la convocatoria de una huelga general por parte del sindicato de Vox, Solidaridad, que es una de las cuatro patas del chiringuito que cuatro personas con nombres concretos han montado sobre ese proyecto político en el que muchos pusimos esperanza. 

P. – ¿Cuáles son esas patas?

R. – Disenso, Tizona Comunicación SL, Solidaridad y el ISSEP, entidades privadas con los mismos nombres detrás, pero sobre esto seguro que volvemos luego. La cuestión es que Solidaridad ha convocado una huelga general para quedarse con las firmas, con las bases de datos que promovieron antes de hacer ese anuncio. El sindicato carece de la representación mínima legal para poder convocar una huelga que además es ilegal. El real decreto que regula el derecho fundamental de huelga prohíbe la convocatoria de huelgas por motivos políticos. Pero así ya tienen las bases de datos de los firmantes de buena voluntad y el titular, por otro lado.

Otra actitud que demuestra la deriva de Vox es la querella interpuesta, de 94 folios que he podido examinar, contra el presidente del Gobierno, que es un regalo para Sánchez, un titular beneficioso para ese rival político contra el que dicen ir. En febrero de 2023, hace unos meses, el Tribunal Supremo ya inadmitió otra querella de Vox contra el Gobierno de España contra determinados miembros por la concesión de los indultos a políticos independentistas catalanes. 

El Supremo fue entonces muy claro: si lo que estás haciendo es vincular una supuesta actuación delictiva a una ley, ¿quién comete el delito? Quien aprueba la ley. Esto es muy básico. La ley se acaba de registrar, tiene que pasar toda su tramitación parlamentaria, así que dirigir una querella contra quien no aprueba la ley cuando los hechos que estás imputando son la aprobación de una ley… ¿Qué buscas? El titular. Petición de medida cautelar. Se inadmitió de plano porque no tenía recorrido. Así sólo ganas titulares a favor de Pedro Sánchez.

P. – Estas dos ultimas semanas en Ferraz…

R. – [Interrumpe] Ferraz merece un capítulo aparte. Permíteme antes detenerme en Santiago Abascal amenazando desde la tribuna del Congreso al Partido Popular con romper los gobiernos autonómicos si no paralizaba la ley de amnistía en el Senado. ¿Está pidiendo de verdad al PP que cometa un delito de prevaricación? Porque de esto es de lo que estamos hablando. Si nuestros agentes, como también se les ha pedido, se quitasen el casco y se pusieran del lado de los manifestantes en Ferraz, estarían cometiendo una ilegalidad. Si el Rey, como también se ha pedido en esa querella de Vox, se negase a firmar la ley de amnistía, estaría incumpliendo la Constitución Española. No se puede defender la democracia a golpe de ilegalidades.

«Jamás había visto en democracia a un líder político llamando a la insubordinación policial y a la desobediencia civil, como ha hecho Abascal»

P. Detengámonos en Ferraz. Desde Vox han hablado de órdenes ilegales de Fernando Grande-Marlaska a los agentes, así como de actuaciones desproporcionadas por parte de los mismos. Usted ha sido crítica con esto.

R. – Vox ha utilizado políticamente el descontento y el rechazo social de una parte de la sociedad a la amnistía para montarse una pasarela Ferraz. Una pasarela cerrada hasta el punto de incumplir sus obligaciones legales como diputados, que es estar en el Congreso asistiendo al pleno de investidura para acudir a la calle y tener los aplausos de sus palmeros. Es de una gran irresponsabilidad.

Nací en 1979, un año después de aprobarse la Constitución, y jamás había visto en democracia a un líder político, en este caso Santiago Abascal, llamar a la insubordinación policial y a la desobediencia civil. Están atacando a los que antes defendíamos. Han pasado la puñetera delgada línea azul que separa el orden del caos, y han puesto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la diana, les han señalado. Han enviado a sus cachorros de Revuelta, la parte más radical de Vox, a atacar a nuestros agentes. Tenemos al presidente de Vox dándose baños de masas en Ferraz y a Javier Ortega Smith actuando como un matón y como un sheriff que saca el carné de diputado y dice: «¿Usted sabe quién soy yo?» a los agentes de la UIP.

P. – ¿Qué es lo que no le ha gustado la actitud de Javier Ortega Smith?

R. – Primero, en el Código Penal no existe el delito de abuso de autoridad. Existe en el Código Penal Militar, artículos 46 a 48, pero no se aplica a la Policía Nacional, se aplica a militares y guardias civiles en determinados supuestos. Y luego, ¿qué hace un diputado nacional acudiendo de observador a velar y acusar a nuestros agentes de una mala actuación? No se puede juzgar las intervenciones policiales por vídeos editados de treinta segundos. 

P. – ¿Qué puede hacer la oposición (PP y Vox) para frenar la ley de amnistía?

R. – No convertirse en unos hooligans. A Sánchez es al que más beneficia el ruido que está montando Vox, a quien la amnistía le preocupa poco. Si le preocupase estaría en el pleno haciendo oposición desde las instituciones, que es para lo que le han votado los españoles, y no para estar en Ferraz cantando «esas lecheras a la frontera», «con los moros no tenéis cojones» o alentando cánticos como «si tienes un hijo subnormal, no lo trates mal, hazlo policía nacional». 

Esos son los cánticos que no condenan, y que sufren nuestros agentes estos días. Con el dolor añadido de que, en algunos casos, son cánticos coincidentes a los que tuvieron que aguantar en octubre de 2017, cuando estaban intentando que Cataluña no ardiera. Siento empatía por los agentes que tienen que aguantar que quienes les acosan, les agreden y les insultan lo hagan envolviéndose en la bandera de España, llamándoles policías de Marlaska o perros de Sánchez. Ni eran piolines de Zoido ni son policías de Marlaska, son agentes sin más militancia que la ley y el orden.

P. -Hablemos ya de su libro. Este ha sido recibido con indiferencia por parte de Vox, desde donde lo han tildado de «relato de ciencia ficción». ¿Cree que esa indiferencia es real o impostada?

R. – Este libro, y esto es importante que se sepa, tendría que haberse publicado hace un año. Así comienza, relatando cómo me engañaron en Vox: la editorial se puso en contacto conmigo para que publicase un libro antes de comenzar la campaña andaluza en la que yo era candidata y celebramos una sesión con el gurú ideológico de Santiago Abascal, Kiko Méndez-Monasterio. Cuando pasaron las elecciones andaluzas, tanto Kiko como el capo del clan Intereconomía, Gabriel Ariza, me dijeron que la editorial había perdido interés en que se publicase como consecuencia del descalabro electoral. En ese momento, mi última preocupación era la publicación del libro, así que no le di más vueltas.

Justo en enero de este año, la editorial se puso en contacto directo conmigo y me preguntaron si volvía a tener interés en escribir un libro. Les dije que yo nunca había perdido el interés, y me contestaron que Kiko y Gabriel les habían dicho que así fue. Pero las cosas pasan por un motivo, y el libro que se ha publicado ahora es el puñetero libro que se tenía que publicar. Ahora he encajado las piezas del puzzle. 

P. – Le preguntaba por la indiferencia que Vox ha exhibido en público sobre la publicación de mi libro.

R.- Es miedo. Vox intentó acceder al ejemplar antes de su publicación, pero no lo logró. A la fecha, tres semanas después de ser público el contenido del libro, nadie ha salido a desmentir ni un sólo pasaje. A la fecha, no he recibido la notificación de una querella por parte de Vox o del entramado societario fundacional que estoy describiendo y que han montado cuatro sobre la esperanza del patriotismo.

«Reto al ‘clan Intereconomía’, Santiago Abascal, Kiko Méndez-Monasterio, Julio y Gabriel Ariza, a un debate de cuatro contra uno en El Toro TV»

P. – En el libro señala cómo Santiago Abascal se decantó por usted como candidata a las elecciones andaluzas cuando escuchó a Federico Jiménez Losantos decir que no le elegiría para que no le hiciera sombra y no se convirtiera en una especie de Isabel Díaz Ayuso. «No podía dejar que ese rumor se extendiera», le dijo. ¿Fuese es el único motivo?

R.- Esa fue la excusa. Santiago ha sido muy cobarde. Mi verdad se sostiene en la plaza de un pueblo, subida en un banco con un megáfono o en los medios de signo conservador o progresista. Pero cuidado, para que nadie tenga duda de hasta qué punto soy capaz de aguantar con firmeza lo que estoy diciendo reto al clan Intereconomía, Santiago Abascal, Kiko Méndez-Monasterio, Julio Ariza y su hijo Gabriel a un debate de cuatro contra uno. Ellos cuatro contra mí en El Toro TV.

P.- Explíqueme esa propuesta.

R. – Para hablar del chiringuito, de la desviación de 11 millones de euros de dinero público de un partido político a entidades y fundaciones privadas. Para que se dejen de cuentos y hablen de las cuentas. ¿No son ellos la derechita valiente? Cuatro hombres contra mí que estén dispuestos a tener ese debate en abierto. Eso sí, que estén dispuestos a responder las preguntas. La experiencia que yo atesoro en la lucha contra la corrupción es precisamente por lo que me llamaron en Vox a través de LinkedIn. La diferencia entre otras personas y yo es que, cuando yo analizo las cuentas, sé hacer las preguntas correctas.

P. – ¿Qué preguntas son las correctas?

R. – ¿Por qué si en cinco años se ha desviado a una empresa privada, Tizona Comunicación S.L., propiedad al 50% de Kiko Méndez-Monasterio y Gabriel Ariza, cuatro millones de euros, un 70% de la facturación ha ido a otros gastos de explotación, a la famosa cuenta de putas y varios? Porque quiero saber si se están pagando vacaciones a cuenta de esos supuestos servicios de profesionales independientes. Quiero saber si Kiko y Gabriel están cobrando a través de otros gastos de explotación y facturando de manera independiente.

En el libro relato, hasta donde he podido contar, casos concretos de mi lucha contra la corrupción que han afectado al PNV, del que me convertí en su auténtica bestia negra hasta el punto de salir del norte. He combatido la corrupción en casos que han afectado al PP y el PSOE. Soy de esas personas que combaten la corrupción porque la llevo muy mal, al margen del partido político afectado. Entonces, si alguien se pensaba que a mí me podían plantear participar de un delito de malversación de caudales públicos se equivocó de cojones conmigo, porque no necesito estar en política para ganarme los garbanzos.

P. – Esto que ahora denuncia, ¿por qué no lo hizo estando en Vox?

R. – Porque yo aborté el delito de malversación de caudales públicos. No acudo a los tribunales ni a la Fiscalía porque era necesaria mi firma para que se consumara. Como yo puse pie en pared desde el Parlamento andaluz no se consumó, y por tanto no había nada que denunciar. En cuanto al desvío de los 11 millones de dinero público… Yo no estaba en las cuentas del partido ni, por supuesto, en la de fundaciones privadas de las que no formo parte, pero sí que paré una factura…

Macarena Olona, junto a un ejemplar de 'Soy Macarena'
Macarena Olona, junto a un ejemplar de ‘Soy Macarena’. | Foto: Carmen Suárez

P. – ¿Una factura?

R. – Paré una factura e hice preguntas, y lo siguiente que ocurrió es que mandaron a Andalucía y ya no pude seguir haciendo preguntas. Con posterioridad, he accedido a las cuentas en el Registro Mercantil de todo este entramado societario y fundacional. Como te digo, tengo la experiencia como abogada del Estado especializada en la lucha contra la corrupción, y sé hacer las preguntas correctas, preguntas que no han sido respondidas con una querella ni con información transparente. El poder político tiene la obligación legal y ética de explicar a dónde ha ido hasta el último euro de dinero público que gestiona.

¿Dónde están los 11 millones de euros de dinero público desviado? Vox no se entiende sin la quiebra de Intereconomía. Ya tenemos dos sentencias condenatorias a título personal de Julio Ariza. Se le ha condenado a pagar 11 millones de euros a título personal por la quiebra de Intereconomía, y añado: habrá más condenas.

«Abascal está intentando solidarizar posibles responsabilidades penales con el Comité Ejecutivo Nacional. Advertidos están»

P. – ¿A qué se atiene para asegurar que «habrá más condenas»?

R. – La quiebra de Intereconomía dejó un agujero de 80 millones de euros, una quiebra que ha dejado una deuda a la Hacienda Pública, a la Agencia Tributaria, de más de 20 millones a la fecha. Julio Ariza no va a pagar. Los empleados que gritaban a las puertas de Intereconomía, en Castellana, «Ariza ni paga ni indemniza» tenían razón. Julio Ariza a día de hoy come de Vox porque es insolvente, no va a pagar ni un solo euro de esas condenas, porque quien cobra es una sociedad interpuesta. En esto Julio Ariza ha sido un gran experto, como lo es ahora su niño, Gabriel Ariza. Y aquí está el entramado sobre el que he puesto el foco. E irá a más si no se le pone freno.

Voy a intentar ser valiente: hay personas dentro de Vox, afiliados y dirigentes, que están muy preocupados con lo que estoy contando. Voy a dar la oportunidad a la Fundación Disenso de hacer lo correcto: que pidan hasta la última información contable y financiera. Santiago Abascal es presidente y patrono vitalicio de la Fundación Disenso, que a fecha de hoy se ha llevado más de 7 millones de euros de dinero público del partido.

El Comité Ejecutivo Nacional de Vox se supone que es el máximo órgano del partido, pero es un órgano florero. Santiago Abascal no ha informado de las cuentas del partido, no les ha proporcionado las facturas, les ha informado con diapositivas.Si el tiempo de las preguntas, que es en el que estamos, da paso al tiempo de la Justicia, Abascal podrá decir que informó de todo al Comité Ejecutivo Nacional. Están siendo muy hábiles jurídicamente para solidarizar la responsabilidad contable, penal, civil y cualquier otra. Advertidos están.

P. – Usted ha sostenido que Iván Espinosa de los Monteros era «un peligro para la deriva empresarial» de Vox.

R. – Yo sabía que se iba a ir una semana antes de su comparecencia. Sentí pena. Soy de esas personas que piensan que la ausencia de Iván en el Congreso es una gran pérdida para los españoles, pero a la vez sentí alivio porque sabía que les iba a resultar mucho más difícil encubrir lo que yo venía denunciando un tiempo, que es la deriva ideológica y empresarial de Vox, que supuso mi salida, la de Iván, y la purga de diputados como Víctor Sánchez Del Real, Rubén Manso, el doctor Steegman, Onofre Miralles y cientos de cargos autonómicos y municipales que tenemos un denominador común.

Nosotros éramos un obstáculo para la deriva de Vox y para el chiringuitazo. Iván era un obstáculo. Hace unos días, concedió una entrevista en El Mundo en la que Fernando Lázaro le pregunta qué tenía que decir sobre las informaciones que estaban apareciendo de un tiempo a esta parte sobre posibles irregularidades económicas en Vox. Él contestó de manera escueta: «Yo no estaba en la estructura». Iván no tenía ningún tipo de participación. Es más, era un obstáculo y por eso está fuera.

«Vox quería sustituir a Iván Espinosa de los Monteros por Ignacio de Hoces como portavoz; no es una teoría, es una realidad»

P. -¿Comparte la teoría que apunta a que la dirección nacional había pensado en Ignacio de Hoces como su relevo como portavoz parlamentario?

R. -No es una teoría, es una realidad.

P. – En el libro señala a Kiko Méndez-Monasterio como causante del alejamiento entre Iván Espinosa de los Monteros y usted.

R. – Tras la votación en la que Vox se abstiene en los fondos europeos, Santiago Abascal y Kiko Méndez-Monasterio comienzan una ronda de interrogatorios. Más tarde, Kiko me llamó parece decirme que Iván nos había traicionado.

P. – Usted se lo creyó y cuenta, de hecho, cómo sintió rabia hacia Espinosa durante un tiempo.

R. – Le di veracidad a sus palabras porque hablaba en nombre de Santiago Abascal. Mi general me estaba diciendo que Iván nos había traicionado y yo soy alguien que se rige por códigos de honor. Mi general me estaba señalando a Iván como enemigo. La rabia interna que sentí en aquel momento hizo que durante una semana intentase evitar por todos los medios a Iván, porque sabía que me iba a ser muy difícil contenerme. Soy tauro, pero no soy experta en intrigas palaciegas.

P. – Tras la salida de Iván Espinosa de los Monteros, ¿en qué lugar queda Rocío Monasterio?

R. – Rocío es víctima del machismo de la cúpula de Vox. Pero como yo me he enfrentado a ellos por este motivo, necesitan un rostro femenino fuerte para intentar contrarrestar que el 60-64% de los votantes de Vox sean hombres. Es evidente que hay un déficit femenino en Vox, pero hay una fuerte contradicción interna: necesitan un rostro femenino potente para contrarrestar el relato de que es un partido de hombre y barbas, pero no aceptan ni pa Dios una mujer que no esté dispuesta a ir por la vida bajo tutelas. Rocío Monasterio es un obstáculo para la deriva de Vox y para su actual cúpula por ser una mujer que no admite tutelas y porque… Ya está. Aquí me voy a quedar. Hay determinadas cuestiones que prefiero que sean los protagonistas quienes las cuenten.

P. – ¿Qué futuro le augura a su expartido?

R. – Hay voces dentro del partido que están pidiendo, incluso por escrito, y tengo los emails, que se celebre un congreso y Abascal se aparte. Esas mismas voces señalan de manera coincidente a Iván Espinosa de los Monteros como persona que tendría que dar un paso al frente y tomar los mandos. Yo creo que es lo correcto. Yo soy de derechas, y pienso que es necesario que haya un partido que complemente al Partido Popular, pero que no esté en la enemistad y el ataque permanentes.

P. – Usted ha dicho antes una frase muy cruda: «Estoy muerta políticamente». ¿Hemos visto lo último de Macarena Olona en la política tras impulsar Caminando Juntos?

R. – Lo mío es la vocación de servicio público, que ahora canalizo a través de la toga, que es mi pasión, la Abogacía del Estado es lo que se me da bien. ¿Qué va a pasar en un futuro? Nunca he guiado mi vida bajo una estrategia. A mí el camino siempre se me ha aparecido conforme he ido dando pasos. Antes de Vox, había dicho no a la política dos veces. Por elegancia no diré de dónde procedieron las ofertas, aunque se lo pueden imaginar. En marzo de 2019 consideré que podía ser más útil a los españoles con mi vocación de servicio público en la arena política. Ahora mismo estoy en el tiempo de la verdad. ¿Qué va a pasar mañana? Puedo asegurar que me encontrarán con las manos limpias y con las mangas arremangadas, siempre dispuesta a trabajar.

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