Los diplomáticos se rebelan contra Sánchez por colocar exministros en puestos clave
«Somos contrarios a los nombramientos de Embajadores políticos», resalta la asociación mayoritaria de diplomáticos
La Asociación de Diplomáticos Españoles, que representa a cerca del 70% de los miembros de la diplomacia española, ha protestado este jueves ante el Gobierno por los nombramientos del exministro Miquel Iceta como representante ante la Unesco en París y del exministro de Industria Héctor Gómez como Embajador de España ante las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, mostrando su «preocupación y disconformidad».
«Reconociendo la competencia y la discrecionalidad del Gobierno en materia de nombramiento de titulares de Embajadas (…) queremos manifestar nuevamente que somos contrarios a los nombramientos de Embajadores denominados políticos», ha asegurado la asociación en un comunicado.
«Resulta particularmente inquietante que estos nombramientos se hayan producido en las Jefaturas de Misión ante la ONU y la Unesco», al ser ambos puestos «técnicos y sensibles». Además ponen énfasis en que el momento geopolítico que padece el mundo lo apropiado habría sido nombrar, como se hace «tradicionalmente», a «diplomáticos de contrastada valía profesional en el ámbito de las relaciones internacionales».
Asimismo, los diplomáticos señalan que con estos dos nombramientos, ya son cuatro puestos clave en materia internacional –ONU, Unesco, Organización de Estados Americanos (OEA) y OCDE– los que estarán copados por embajadores políticos «sin trayectoria internacional relevante alguna, con la merma para la imagen del país que eso supone».
Insisten en que en estos puestos internacionales «se gestionan asuntos de enorme importancia para los intereses de España y sus ciudadanos en el exterior, por lo que su dirección no debería ser encomendada a personas que carecen de la formación y experiencia profesional en el trabajo diplomático».
En el comunicado, reiteran el mensaje que han reivindicado en distintas ocasiones: los puestos clave en materia internacional deben de ser asignados a diplomáticos profesionales, ya que éstos acumulan la experiencia y competencia profesional necesaria para ejercer sus funciones «con total eficacia y con plena lealtad al Gobierno de turno en defensa de los intereses de España».
Incomprensión con el nombramiento de Gómez
Varios diplomáticos con los que ha hablado Europa Press han reconocido malestar por estos últimos nombramientos. En particular, más que la designación de Iceta como embajador ante la UNESCO, donde será el tercer político en ocupar el puesto en cinco años, no se entiende la de Héctor Gómez como embajador ante la ONU, uno de los puestos más cotizados y de los destinos de mayor nivel en el escalafón.
Nunca hasta ahora un político había ocupado este puesto, que los diplomáticos reconocen que es muy técnico y que requiere vastos conocimientos sobre política internacional. Lo más parecido es el caso de Jorge Moragas quien fue designado para este cargo tras haber sido jefe de gabinete del presidente Mariano Rajoy. Sin embargo, Moragas es diplomático de carrera y, de hecho, actualmente está destinado en Tanzania.
En general, los diplomáticos no son partidarios de que los políticos sean nombrados embajadores y más para «pagar favores políticos», como apunta uno de los consultados, pero en este caso lo que ha generado más preocupación es el perfil del propio Héctor Gómez, quien además haber sido ministro de Industria, Comercio y Turismo desde marzo pasado fue anteriormente durante apenas un año portavoz del PSOE en el Congreso y previamente portavoz ante la Comisión de Exteriores.
Así, otro diplomático reconoce que la designación de Iceta para la UNESCO puede parecer más lógica, dado el puesto que ha ocupado, en el caso de Gómez quizá habría tenido más sentido nombrarle para una plaza en la que la cuestión comercial tuviera un mayor peso o por ejemplo como embajador ante la OCDE, puesto que ocupa el también político socialista Manuel María Escudero.
Embajadores especializados
Cabe recordar que Albares había señalado en el inicio de su andadura como ministro que quería apostar por una «cierta especialización» de los embajadores, «especialmente en países muy relevantes en la medida de lo posible». «Es importante que hablen el idioma del destino, que tengan experiencia previa en el país y la región», esgrimió.
Estas afirmaciones vinieron motivadas por la marcha atrás en la solicitud de plácet para ser embajador en Rusia de Camilo Villarino, quien había sido jefe de gabinete de la ministra Arancha González Laya y quien, como ella, fue investigado en relación con la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.