El PSOE está convencido de que el giro de Pamplona le reportará votos en el País Vasco
Ferraz espera erosión en las europeas, lo cual motiva la elección de un perfil moderado como sustituto de Borrell
Gobierno y PSOE han puesto rumbo al horizonte electoral que inaugurará el 2024. Los socialistas han dado este sábado el pistoletazo de salida a la precampaña en Galicia, donde esperan un adelanto electoral para el mes de febrero. En el calendario electoral del próximo año figuran dos citas más: las vascas, en el mes de marzo, según la información que les llega del PNV, y las europeas, en junio. Diferentes convocatorias electorales de naturaleza dispar y que afrontan con diferentes perspectivas respecto a la naturaleza de las urnas.
Según las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, las que más preocupan son las elecciones europeas, habida cuenta de que se trata de una convocatoria a escala nacional y en la que será mayor el coste de la Ley de Amnistía o la reciente entrega del Ayuntamiento de Pamplona a EH Bildu. Los augurios no son precisamente halagüeños en Ferraz, donde esperan una desmovilización del votante progresista, lastrado por las polémicas cesiones a los socios independentistas en Cataluña y en el País Vasco. La tramitación de la Ley de Amnistía, además, se extenderá como mínimo al mes de abril, en el inicio de la precampaña europea y con el debate de la amnistía en alto», ya que se aprobación definitiva en el Congreso abrirá la ofensiva judicial en el Tribunal Constitucional y en el Tribunal Supremo, que calentará el escenario europeo a las puertas de las elecciones.
La amnistía y las europeas
A ello se le suma el momento de transición en el PSOE. Según fuentes socialistas, Josep Borrell no será el candidato a las elecciones europeas y «aún no sabemos quién será el cabeza de lista». A sumar, que el contexto es radicalmente diferente al de hace cinco años. En las elecciones de mayo del 2019, Borrell arrasó con un histórico 32,86%, un hito europeo, según el PSOE, que no logró ningún candidato socialdemócrata en Europa. Entonces, la triple urna de la celebración conjunta de elecciones europeas, municipales y autonómicas, favoreció una movilización histórica que ahora lastrará la soledad de la urna para las instituciones comunitarias.
El PSOE quiere compensar el debate de la Ley de amnistía con un perfil solvente y moderado que contenga la fuga de voto del votante de centro socialdemócrata. Fuentes socialistas ubican en este perfil a Luis Planas, el actual ministro de Agricultura, cuyos éxitos recientes en el acuerdo de pesca han sido loados con orgullo desde el Palacio de La Moncloa. Según estas fuentes, Planas aspira a hacerse esta vez con el ansiado puesto de comisario europeo, por el que pugnó sin éxito a principios de la anterior legislatura, al igual que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. La próxima salida de ésta al Banco Europeo de Inversiones despeja el camino para que Planas entre en el Ejecutivo comunitario.
El partido también señala a la vicepresidenta y ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, aunque algunas fuentes gubernamentales deslizan la reticencia del ‘jefe’, Pedro Sánchez, a desprenderse de una de sus colaboradores de mayor confianza y competencia. Sea como fuere, será «un equipo potente y muy político» con el que enfrentarse a la más compleja de las citas electorales del principio de la legislatura. Tanto es así, que el propio Sánchez tiene previsto el cortafuegos del adelanto del Congreso federal del PSOE «por si vienen mal dadas», como adelantó este diario.
La clave del Ayuntamiento de Pamplona
Sin embargo, en el palacio de la Moncloa están convencidos de que «ganaremos las europeas o, en el peor de los casos, quedaremos en tablas». Y la parte de arena se compensa con otras dos de cal que llegarán previamente y con posibilidades de cambiar el estado anímico post amnistia. Gobierno y PSOE confían en que 2024 sea «un año redondo» en el terreno electoral. Primero, las elecciones gallegas, donde no pierden la esperanza de que la primera convocatoria electoral de Alfonso Rueda en Galicia le arrebate al PP los 38 escaños de la mayoría absoluta porque «Rueda no tiene el liderazgo que tenía Feijóo».
Y después, las vascas, donde los socialistas confían en que la candidatura de Eneko Andueza permita aumentar las perspectivas de voto permita aumentar su representación de los 10 escaños actuales (13,65% en julio de 2020), pescando en el río revuelto de Podemos y Sumar, que aún no han definido si se presentaran juntos o por separado, lo cual podría reducir a la mitad su representación en el parlamento de Victoria. Pero la principal fuente de crecimiento no es la quiebra del espacio morado sino su política de acercamiento con Bildu hasta el punto de mimetizarse con su electorado.
Mimetizarse con Bildu y PNV
No es casual que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya precipitado precisamente ahora el pacto con Bildu para hacerse con el ayuntamiento de Pamplona. La clave de bóveda sobre la que se sustenta la estrategia socialista es que la suma de PNV y Bildu concentra casi el 70% de los votos en el País Vasco. Cualquier acercamiento a sus postulados les permite crecer y mimetizarse con su electorado, precisamente lo que ocurrió con los indultos en Cataluña, donde el PSC se hizo con la victoria con voto prestado del independentismo y nacionalismo catalán.
Según fuentes socialistas, el motivo real es que la naturaleza de las convocatorias electorales que se avecinan. «A diferencia de lo que ocurría en unas eleciones nacionales, el pacto con Bildu en Pamplona, no sólo no tiene coste, sino que tiene beneficios para el PSOE», auguran desde el PSOE a THE OBJECTIVE. Ocurre «lo mismo que con la amnistía e Cataluña, Fuentes del PSC aseguran que «no tendrá coste, al contrario, Si acaso podríamos crecer» en las elecciones catalanas de 2025.