Profundo malestar en el PSOE por el trágala del terrorismo: «Esto es muy difícil de explicar»
Dirigentes socialistas admiten: «Necesitamos coger aire» porque las cesiones llegan «en 24 horas»
Las costuras saltaron en el PSOE hace 24 horas, cuando Emiliano García-Page puso voz a los críticos del partido con la inclusión de los delitos del terrorismo en las enmiendas a la amnistía. La nueva claudicación del PSOE a Junts y ERC ha sumido al partido en un profundo malestar, en un ánimo depresivo que se mueve entre la desazón y la rabia, porque la nueva línea roja borrada por el Gobierno en aras de la aprobación de la ley de amnistía supone «un salto cualitativo» dentro de la «humillación permanente ante Puigdemont». Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE se lamentan de que «esto es muy difícil de explicar», y no permite a los socialistas levantar cabeza entre una cesión y la siguiente: «Todo va muy rápido, necesitamos aire».
El malestar y el temor en el seno del PSOE lleva siendo una constante desde la reunión con Carles Puigdemont en Bruselas, la toma en consideración de la amnistía y la entrega simulada de las políticas de inmigración y otras cuestiones para la aprobación in extremis de los reales decretos en el Senado. «Ya el tema de la amnistía es muy difícil. La mayoría no lo entiende, pero lo acata por disciplina», explican dirigentes socialista a este periódico. Pero la «ostentación» con la que Junts se vanagloria de los sucesivos botines que arranca al PSOE en cada negociación ha ido calando en el ánimo de los socialistas. Cada vez con más fuerza, estos reclaman poner pie en pared y defender que «se nos respete de una vez, que esto es el Partido Socialista Obrero Español».
La cuestión de la formas no es accesoria sino nuclear, y ha ido llenando el vaso de la indignación socialista, que se ha visto rebosado por la última gota: la cuestión del terrorismo. «No hemos debido llegar a este punto. Es un tema muy de fondo. La sociedad española no lo tiene aún asumido ni olvidado, como para sacarlo así, de esta forma, con prisas», denuncian estas fuentes en relación al nuevo giro de 180 grados del PSOE, cuya nueva portavoz, Esther Peña, descartó la inclusión del terrorismo en las enmiendas el lunes y 24 horas después, el ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, daba un nuevo golpe de timón para virar en dirección contraria, demostrando que no es el PSOE quien lleva el rumbo.
Page y el «extrarradio de la Constitución»
Este es el mar de fondo que motivó las palabras del presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, arremetiendo contra el Gobierno por situarse «en el extrarradio de la Constitución» y «relativizar el terrorismo». Sin embargo, la reflexión de Page estuvo más medida que la respuesta desde el PSOE. «Sé que el PSOE no es un partido del que se pueda dudar constitucionalmente. Tiene muy claro lo que es la Constitución y probablemente estamos muy en el límite, en el extrarradio de la Constitución, a punto de piar la frontera constitucional. Me gustaría que no se pase nunca», advirtió.
Haciendo suyo el malestar soterrado desvelado por THE OBJECTIVE, puso el foco en que «Puigdemont no tiene límites y le interesa que al Estado español se le rompan las costuras. Quiere obligar al sistema político español, al Gobierno y a las instituciones a romper el consenso. Le beneficia todo lo que vaya fatal. Quiere que todo esto sea un carajal». Y ante las preguntas reiteradas de la prensa sobre las cuestiones relativas al terrorismo en la tramitación de la ley de amnistía, García-Page enmendó la versión de Bolaños en la víspera asegurando que sólo se exceptuarán los delitos de terrorismo que vulneren los derechos humanos: «No hay terrorismo bueno ni terrorismo malo. Terrorismo significa tener intención de generar terror. Hubo mucha gente organizada en aquellos días, en Barcelona, en Cataluña, que quiso generar terror social, y eso lo tienen que decidir los jueces no los políticos». A modo de resumen, afirmó no sentirse cómodo con «ese intento de relativización del terrorismo».
Puente abre fuego y enseña la puerta
Sus afirmaciones enfurecieron a la cúpula del PSOE, que dio la orden de cargar contra la única voz crítica que se ha atrevido a cuestionar las nuevas cesiones ante Junts. Primero, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, quien respondió directamente a Page en las redes sociales, dirigiéndose expresamente al presidente de la Junta de Castilla-La Mancha: «Todo terrorismo es malo @garciapage. El problema planteado por otros es: ¿qué es terrorismo? Creo que la gran mayoría lo sabemos y tú deberías saberlo».
La apelación fue sólo un aperitivo de lo que apenas una hora después verbalizó el ministro más ‘elocuente’ del Gobierno, el titular de Transportes, Óscar Puente. En el mismo foro en Ifema, Puente abrió fuego contra Page negando que el PSOE se haya extralimitado de las fronteras constitucionales: «No, yo creo que quien está en el extrarradio del PSOE es el señor Page. Nosotros estamos en el centro de la Constitución». Y ante la reflexión sobre los diferentes tipos de terrorismo, deslizó una crítica velada al juez que instruye la causa por terrorismo contra Carles Puigdemont, García Castellón. «No, lo que hay son trajes a medida para impedir que el parlamento legisle y las medidas que apruebe el parlamento sean efectivas».
Unas palabras que ponen voz al malestar del Ejecutivo con el instructor de la investigación judicial sobre Tsunami Democràtic y los CDR, adelantado por THE OBJECTIVE, porque consideran que «los jueces quieren parar la aplicación de la amnistía». De ahí, que el titular de Transportes deslizara: «Hay algunos que actúan y parece que les molesta que cuando actúan, nosotros seamos críticos. Nosotros vamos a actuar también y es lo que estamos haciendo», advirtió.
Del fuego amigo al fuego cruzado
Una doble advertencia, a los jueces y a García-Page, que encontró réplica en el segundo de sus destinatarios. En una segunda declaración ante los medios de comunicación desde la Feria Internacional de Turismo Fitur, en Ifema, Page intentó rebajar sus manifestaciones iniciales: «Yo prefiero tener un gobierno progresista a uno conservador, pero lo que intento por todos los medios es que las cesiones sean las menos posibles». Pero preguntado por el toque de atención de Óscar Puente situándole en el «extrarradio del PSOE», guardó silencio unos segundos y contraatacó: «Toda mi vida me la he pasado ganando al PP en las elecciones. El que gana a la derecha y la ultraderecha en este país no está en el extrarradio… Me importaría que los demás hicieran lo mismo: ganar al PP… Yo gano elecciones y no voy a pedir disculpas por ello».
Las diferencias entre la cúpula del PSOE de Pedro Sánchez y su barón manchego no han hecho más que incrementarse en los últimos meses. Page no asistió a la convención política federal ni al Comité federal del PSOE el pasado fin de semana en La Coruña por un viaje a China agendado con anterioridad. Fuentes de la dirección federal aseguraron que «aquí están todos los que tienen que estar y no echamos de menos a nadie», en una referencia directa a las distancias que les separan del barón manchego. Otra evidencia del divorcio entre ambas partes es que ni Ferraz ha descolgado el teléfono para llamar a Page ni el equipo del presidente ha llamado a nadie de la dirección para limar asperezas. Ni nadie ha llamado ni nadie espera una llamada.
La mayoría de los dirigentes del PSOE reprochan a Page el «fuego amigo», pero el PSOE también es consciente de que sus palabras conectan con las de una «gran mayoría de militantes» desanimados con las cesiones a Puigdemont. Y por ello ha de abrir fuego contra quien alza la voz en representación del hondo sentir soterrado en el PSOE, donde incluso los afines a Pedro Sánchez también admiten que «en lo del terrorismo Paege tiene razón», aunque hay que acatarlo «por disciplina».