Los críticos del PSOE piden dar un ultimátum a Junts: «Esto es insostenible»

No hay conato de rebelión ni nada que se le parezca. Pero a los críticos del PSOE se les nota que empiezan a perder la paciencia. Alejados de las cámaras, frente a las que guardan silencio, toman la palabra, pero no alzan la voz, porque los reproches se pronuncian en voz baja. Los pocos que se atreven a conversar con periodistas para romper el consenso dominante, no sólo critican la amnistía, sino la estrategia de subordinación del Gobierno a las exigencias de Junts, cuya negociación por las enmiendas a las medidas de gracia para lograr un «enjuague» sobre el terrorismo llega demasiado pronto, tras el «esperpento» del pleno del Congreso el miércoles 10 de enero, en el que se cedió la política integral de inmigración a Cataluña, plasmado en un documento oculto que se escribió «de cualquier manera», en palabras de Patxi López. 

Según fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE, los más críticos con Pedro Sánchez plantean un ultimátum: «Hay que poner pie en pared. En algún momento habrá que exigir que se nos respete. El PSOE es un partido serio y esto es la humillación permanente». Sólo en privado, dirigentes socialistas diversos admiten estar «preocupados» porque «la imagen no es buena» y porque, sospechan, la realidad no es la que dibujan las encuestas del CIS de José Félix Tezanos, sino otra más sombría para los socialistas. «La imagen de la cesión y de la humillación sí está calando en la sociedad española. Estamos a lo que diga una formación minoritaria como Junts…», se lamentan. 

«Llevamos dos meses y parecen dos años»

Y esto se traduce, por primera vez, desde hace dos meses en que fue investido Sánchez, en el debate sobre la duración de la legislatura: «Esto no va a durar cuatro años ni en broma, puede que ni siquiera tres… Llevamos dos meses y parecen dos años. Es insostenible…». Hay quien incluso relaciona esta ingobernabilidad con la remodelación que Pedro Sánchez ha anunciado en los órganos de dirección, y que serán aprobados este fin de semana por el Comité Federal en La Coruña. «Todos estábamos prevenidos sobre un adelanto del Congreso a octubre… Estos cambios anticipan que refuerza a la dirección por lo que pudiera venir. Estamos necesitando un refuerzo antes de lo pensado y esto no es buena señal». 

Un refuerzo que no es excluyente del otro, previsto para octubre, como «cortafuegos tras las europeas», cuya derrota está descontada en el PSOE. El desánimo y pesimismo no es el sentir predominante en la formación, aunque sí sea representativo el pesimismo creciente en determinados sectores del partido. Un clima ante el que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE ha previsto este fin de semana como una ‘terapia de grupo’ en La Coruña, donde se celebra la convención federal socialista. 

Terapia grupal con la amnistía

Tras meses de frustraciones y silencio, cuando las agrupaciones socialistas clamaban para que llegaran desde la cúpula argumentarios sobre la amnistía, el PSOE despierta para arengar a sus fieles en un cónclave ideológico, con la amnistía como eje central. Según fuentes de Ferraz, el documento programático que alumbrará esta cita fija estas medidas de gracia como una «herramienta fundamental para la convivencia», como en su día lo fue la «experiencia de los indultos y sus efectos positivos, que hoy son reconocidos dentro y fuera de nuestras fronteras, como evidencia empírica y el mejor aval para una nueva etapa de reencuentro total». 

Este es un documento en el que se defiende que la amnistía es «plenamente constitucional, y que servirá para devolver a la política la solución de un problema que nunca debió salir de ella», pese al informe de los letrados que cuestiona la idoneidad de esta tramitación parlamentaria que debería haberse proyectado como una reforma constitucional. 

El ‘influencer’ ZP

Sin embargo, quien demostró tener mucha más pericia como influencer argumental del partido fue la estrella de la jornada inaugural, el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se destapó como «firme defensor de la amnistía» y defendió «la valentía, firmeza y determinación de un compañero que se llama Pedro Sánchez». El presidente y secretario general del PSOE no estaba aún en el plenario, donde acudirá este sábado, pero sí Santos Cerdán, el número tres del PSOE que se reunió con Carles Puigdemont en Bruselas y cuyo peso en el partido ha sido reforzado tras ese encuentro. Por ello, Zapatero quiso este viernes darle un espaldarazo público para arropar a quienes «trabajan, no para ponerse medallas sino para trabajar… como ha trabajado Santos Cerdán, que no quiere medallas».

Previamente, el secretario de Organización del PSOE inauguró el cónclave ante los 1.200 delegados socialistas llegados de toda España, defendiendo «la valentía de un partido para asumir sus contradicciones propias y superarlas al servicio del interés de España». La palabra ‘valentía’ ya dio pistas al auditorio de que era el momento del aplauso, el momento de recordar su ‘sacrificio’ al reunirse con el expresidente catalán a quien el PSOE llamó president en un comunicado tras dicho encuentro para salvar la investidura. «La política sin diálogo no es política. La política no es siempre el camino más fácil, pero es el camino correcto. Reconociendo al diferente y respetándolo. Eso es democracia». Era la frase que esperaban todos en el inicio de esta terapia grupal, de autoayuda colectiva, que pretende cohesionar al partido y normalizar la amnistía internamente, antes de normalizarla de puertas para afuera en la triple cita electoral de este 2024, con las elecciones gallegas, vascas y europeas.