Los 'diez apóstoles' de Yolanda Díaz: así es el nuevo núcleo duro de la lideresa de Sumar
Díaz diseña una cúpula «plurinacional», pero centrada en madrileños y catalanes con márgenes de «disidencia ordenada»
Diez miembros de la ejecutiva provisional de Sumar. | Twitter / Íñigo Errejón
Un núcleo duro moldeado alrededor de dirigentes fieles a Yolanda Díaz y otros miembros de Izquierda Unida, Más Madrid y los Comunes. Así queda la cúpula en Sumar, cuando falta algo más de un mes para su asamblea fundacional. El partido de Díaz ha elaborado un documento organizativo, que como adelantó este diario, plantea una formación política de carácter confederal. De cara a la asamblea, el partido cuenta con un grupo de promotores de alrededor de 100 dirigentes, de los que 20 conforman una ejecutiva provisional. No obstante, en la presentación del pasado miércoles por la noche, tan solo diez personas además de Yolanda Díaz explicaron las líneas generales del nuevo partido. Se sentaron al lado de la vicepresidenta aquellos que ya se consideran como los integrantes de su nuevo núcleo duro.
Yolanda Díaz ha diseñado una dirección de Sumar invocando el principio de la «plurinacionalidad», aunque de facto la ha llenado de dirigentes provenientes de Más Madrid, Izquierda Unida y los Comunes, con una muy escasa presencia de cuadros andaluces, vascos, extremeños, canarios o de las dos Castillas. El llamado «grupo promotor» de Sumar, entendido como una «dirección ampliada» antes de su constitución oficial, que se formalizará en la asamblea de finales de marzo, tiene el objetivo de arrancar un proceso de construcción de un partido (aunque de momento rechazan esa nomenclatura y abogan por definirse como un «nuevo tipo de sujeto político colectivo» cuyo fin es «la construcción de un mundo mejor») que quiere tener más presencia en los territorios y en la sociedad civil.
Díaz invoca la «plurinacionalidad» de España como uno de los ejes de este organismo directivo, aunque en realidad la ministra se ha rodeado de políticos provenientes de formaciones madrileñas y catalanas, además de personas de confianza gallegas y de otros integrantes de Sumar. El modelo de partido, por otro lado, es el confederal, tal y como adelantó en exclusiva THE OBJECTIVE.
Más Madrid y Comunes catalanes
Es suficiente mirar los nombres de los principales dirigentes de Más Madrid y de los Comunes integrados en el nuevo grupo promotor para detectar ese desequilibrio. Por un lado, Mónica García, Rita Maestre, Javier Padilla y Guillermo Zapata (que formó parte del grupo municipal de Más Madrid), y por el otro, Aina Vidal, Ernest Urtasun, Josep Vendrell, Joan Subirats, Gerardo Pisarello o Joan Mena, entre otros. Todos destacados dirigentes de la formación que lidera Ada Colau, a los que hay que añadir Candela López, que ha sustituido a Lilith Verstrynge en el Congreso.
Pero es más, Díaz también ha integrado en este nuevo grupo impulsor (formado por 100 personas y que representa la avanzadilla de una ejecutiva más reducida que se nombrará más adelante, y que ahora se limita a 20 integrantes) a los madrileños Pedro del Cura, Enrique Santiago, Jesús Santos o Txema Guijarro, de Izquierda Unida, o exdirigentes de Podemos de origen madrileño. A ellos hay que añadir figuras como Amanda Meyer o Sira Rego, cuadros nacionales de IU.
A ese grupo, Díaz ha añadido algunas figuras integradas directamente en Sumar. Estos son Carlos Corrochano, Esther Gil de Reboleño, Elizabeth Duval, Paula Moreno, Agustín Santos y María Eugenia Rodríguez Palop, aunque esta última, al igual que Lander Martínez, también formó parte de Podemos. Con ellos, también integran la ejecutiva ampliada Carlos Martín Urriza, que proviene de Comisiones Obreras, Francisco Sierra, profesor universitario de Sevilla cercano al errejonismo, o la escritora Violeta Serrano.
Una cúpula en la cúpula
Más allá del grupo promotor de 100 integrantes, Sumar se coordina a través de un sanedrín de 20 miembros, que forman la ejecutiva provisional. Pero tan solo diez de ellos se han sentado el pasado miércoles en el primer acto clave en la construcción del partido. Este puñado de dirigentes conforman el verdadero núcleo duro de la política gallega y de Sumar.
Estos son Josep Vendrell, dirigente que proviene de los Comunes y considerado el estratega de la lideresa; Íñigo Errejón, fundador de Más País y ahora figura plenipotenciaria del partido (portavoz en el Congreso y encargado de definir las líneas políticas, en colaboración con Marta Lois, ocupada en la campaña gallega); Ernest Urtasun, ministro de Cultura, coportavoz y dirigente destacado de los Comunes; Candela López, una persona de máxima confianza de Ada Colau y que entró en el Congreso tras la salida de Lilith Verstrynge; y Lander Martínez, exbarón vasco de Podemos, quien coordinó las primeras giras de Sumar durante el «proceso de escucha» y que seguirá ocupado en la organización.
A estos cinco dirigentes se suman otros cinco apóstoles de la ministra. Se trata de Agustín Santos Maraver, exembajador en la ONU, diplomático afín a Zapatero y al PSOE y ahora diputado de Sumar; Gerardo Pisarello, integrante de la Mesa del Congreso y también dirigente catalán de los Comunes; Enrique Santiago, líder del PCE, dispuesto a ceder a Sira Rego el control de Izquierda Unida pero a cambio de obtener cuotas de poder en Sumar; Carlos Carrochano, un analista experto en política internacional, elegido directamente por la ministra y considerado afín al errejonismo, pero «no orgánico», según comentan fuentes conocedoras de su trayectoria; la economista Paula Moreno, quien se está encargando de explicar en los territorios los objetivos del nuevo partido.
«Disidencia» sí pero «ordenada»
Este sanedrín destaca por estar integrado sobre todo por personas de confianza directa de Yolanda Díaz y miembros de los partidos que más están aportando al proyecto, como los Comunes y Más Madrid. Compromís ha rechazado integrarse en la formación de Díaz, y que se ha mantenido en un planteamiento de futura alianza electoral. Més per Mallorca tampoco está integrado en la ejecutiva, así como no lo están formaciones como la canaria Proyecto Drago.
Aunque de momento Sumar vive un momento fundacional en el que es difícil encontrar comentarios críticos entre los que están colaborando en el lanzamiento, también es cierto que en la trastienda de la formación sí surgen algunos apuntes críticos sobre la ausencia de dirigentes de otras regiones que no sean Madrid, Galicia o Cataluña. Sumar corre peligro de convertirse así en otro artefacto electoral, centrado más en la televisión que en la construcción de un partido político, avisan desde dentro la coalición. También es cierto que la formación acaba de nacer y por delante tendrá ya dos ciclos electores (las elecciones gallegas y las europeas) donde podrá medirse.
En cuanto al documento organizativo aprobado el jueves, Sumar se define como una formación confederal, es decir, donde los miembros de otros partidos integrados en el proyecto tienen autonomía y cuentan con sus representantes en los organismos ejecutivos. Aun así, Díaz prevé que un 70% de cargos internos recaigan en miembros adscritos a Sumar, y por lo tanto, cercanos a ella. El restante 30% será para integrantes de otros partidos. Sumar plantea seducir a personas vinculadas a los partidos políticos pero también a miembros de la sociedad civil. Buscan ser una fuerza política «amable», y con una concepción de la disidencia sui generis. Según explicaron los ponentes, la misión de Sumar consiste en el rearme ideológico del espacio progresista contra la derecha en el que el partido acepta la «disidencia política», pero gestionada de forma «cohesionada» y «ordenada».
