Temor en el PSOE a que la fuga de voto a Bildu frustre la suma con el PNV: «Ojo a las vascas»
Fuentes socialistas confirman sus presagios: el PSE cae, Bildu arrasa y PNV resiste, pero rezagado
Hace ya varios meses que algunos colaboradores de Pedro Sánchez comenzaron a alertar de los riesgos de fiar toda la legislatura a lo que aconteciera en Cataluña. «Quizás debemos empezar a preocuparnos menos de las catalanas y un poco más de las vascas», advirtieron. Confirmados ambos adelantos electorales, distanciados en el tiempo por menos de un mes, algunos dirigentes socialistas ven confirmados sus presagios sobre las consecuencias que los comicios en el País Vasco pueden tener en el escenario de la gobernabilidad nacional. El Ejecutivo adelantó a THE OBJECTIVE en octubre su intención de reeditar el pacto PNV-PSE para la lehendakaritza aunque Bildu ganara las elecciones. Pero los últimos datos que llegan a Ferraz son un baño de realidad para el PSOE, donde lo que importa no es la voluntad sino los números.
Según confirman fuentes socialistas a THE OBJECTIVE, los socialistas vascos no son ajenos a la erosión de la marca PSOE en toda España que desangró al PSdeG hace unos meses en Galicia, y en estos momentos encaran la difícil tarea de contener una doble fuga de voto. Por el flanco izquierdo, el PSE está dejándose un importante caudal de voto hacia Bildu, formación que está «muy fuerte en toda la comunidad, pero especialmente entre los jóvenes», caladero tradicional de voto de la izquierda. Por el flanco derecho, los socialistas también tienen problemas con el PP, con quienes disputan un escaño en la provincia de Álava. Un parlamentario que podría marcar la diferencia en la lectura nacional del resultado electoral.
«Eneko no tira, no es un buen candidato»
Las perspectivas en el PSOE son malas porque «Eneko no tira, no es un buen candidato» y no ayuda el contexto endiablado en el que convergen el caso Koldo, la trama de las mascarillas y los negocios de la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez. Sombras de corrupción que vuelven a sumir a los socialistas en la desesperanza porque a la irrelevancia política anterior se le une que «el PSE está en caída y no encuentra la tecla» adecuada para remontar sus perspectivas electorales el próximo 21 de abril.
Según las fuentes socialistas consultadas, la candidatura de Eneko Andueza apenas puede aspirar, como mucho, a los 11 escaños: «Nosotros estamos en 9-10 con posibilidad de subir a 11». Un escaño menos que los 10-11 que pronostica el barómetro preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para el PSE, confirmando el sesgo tradicional del instituto de José Félix Tezanos para los socialistas, y que en esta ocasión se traduce en beneficiar demoscópicamente a los nacionalistas conservadores del PNV, negando el sorpasso y concediéndoles los mismos resultados en escaños que el 12 de julio de 2020, 30-31 parlamentarios frente a los 28-29 de EH Bildu.
Un escenario que no se creen en el PSOE, donde auguran una batalla mucho más reñida, con una alta probabilidad de adelantamiento en la fuerza hegemónica del País Vasco. De ser así, se plantea la conjunción de dos factores que podría complicar la legislatura: sorpasso de EH Bildu y que PNV y PSE no sumen en votos para lograr sacar adelante la investidura. En Moncloa no acusan síntomas de preocupación porque recuerdan que la ley electoral vasca garantiza que, en la segunda vuelta tras frustrarse una primera votación con mayoría absoluta, sale adelante la lista más votada. Y es precisamente ahí donde radica el problema: «Es muy probable que sea Bildu y que PNV y PSE no sumen suficientes votos para frustrar esa investidura».
No hay temor a que el PNV facilite un gobierno independentista sumando sus votos a Bildu porque la competencia es feroz, pero sí que existe una amenaza real a que Bildu «no pase la factura de una moción de censura, dos investiduras y cinco años y medio de legislatura… con intereses». Porque, recuerdan estas fuentes, la formación heredera de Batasuna ha sido la única que invistió gratis a Pedro Sánchez, sin necesidad de firmar acuerdo alguno con las correspondientes contrapartidas. Y, añaden, «a ver cómo explicamos ahora nosotros, que somos quienes hemos normalizado/blanqueado a Bildu, que no consumamos la operación cuando la mayoría social les ha dado el respaldo en las urnas».
«El PNV está histérico»
Un sentir que conocen bien en el PNV, donde se ha disparado el nerviosismo ante la falta de credibilidad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. De ahí el aviso a navegantes del candidato peneuvista, Imanol Pradales, quien comparó al jefe del Ejecutivo con Santo Tomás: «No doy por hecho el pacto PNV/PSOE. Ver para creer». La prueba del algodón fue el tono con el que se pronunciaron los dirigentes del PNV en el tradicional Aberri Eguna el pasado domingo. «El PNV está histérico», coinciden en resaltar fuentes socialistas y populares ante el discurso del presidente jeltzale, Antoni Ortuzar, «sacando a pasear el pasado de Bildu»,recordando el pasado de los herederos de la antigua Batasuna.
Los mensajes se acumulan, señales inequívocas de que los trackings internos de los socios del Gobierno vasco no son buenos. «El PSE en caída en todos los territorios, dejándose un escaño en Álava, Bildu arrasa en Guipúzcoa y el PNV aguanta en Vizcaya». No obstante, la sensación creciente entre socialistas y populares es que el PNV se va quedando rezagado por la pujanza de EH Bildu, que el 21-A entraña más riesgos que certezas, y que se ha dado por hecho con demasiada ligereza que estas elecciones vascas serán las primeras en años que no traerán novedades ni consecuencias. Y, sin embargo, las voces autorizadas que se aventuraron hace meses se arman de razones hoy ante los sondeos: «Ojo a las vascas». Porque puede haber sorpasso y, por ende, sorpresa.