Indignación en Exteriores por el espionaje en la residencia del embajador español en Caracas
Varios diplomáticos alertan de las fotos y audios grabados a Edmundo González por parte del chavismo
La publicación de las fotos de Edmundo González Urrutia en el interior de la Embajada española en Caracas, en las que aparece negociando su exilio en España con la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, ha provocado sorpresa e indignación entre diplomáticos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Sobre todo, porque Jorge Rodríguez cumplió este jueves la amenaza de publicar también las conversaciones que tuvieron «cara a cara» en el interior de la legación española.
Fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE coinciden en que las dos imágenes que Jorge Rodríguez exhibió ante los medios de comunicación en la vivienda del embajador español, Ramón Santos, fueron tomadas «de forma subrepticia». Es decir, sin que las personas fueran conscientes de que les estaban fotografiando o grabando, por lo que junto a los audios publicados a última hora del jueves muestran claramente una operación de espionaje dirigida por el chavismo de la que el representante español no fue consciente.
En la primera imagen, el embajador Santos aparece de espaldas, ataviado con una informal camisa blanca de lino con capucha, mientras consulta el documento del acuerdo con los hermanos Rodríguez. En la segunda, detrás de Edmundo González, hay una persona que pudiera ser el exdiputado opositor Eudoro González Dellán, hijo de Eudoro González, un exsenador del partido Copei y viejo amigo del ganador de los comicios presidenciales.
González Dellán participó como delegado de la oposición en las negociaciones con el chavismo que se dieron entre diciembre de 2017 y febrero de 2018 en República Dominicana con José Luis Rodríguez Zapatero de mediador, por lo que el expresidente del Gobierno le conoce desde entonces y hay buena sintonía entre ambos. Afincado en España desde hace años, llegó a Caracas el 5 de septiembre, el mismo día en el que líder opositor se refugió en la Embajada española. Lo hizo en un vuelo comercial de Air Europa proveniente de Madrid y esa misma noche se reunió con los hermanos Rodríguez, según desveló El Nacional citando a personas allegadas a Edmundo González. Dos días después, se subió junto al presidente electo en el Falcon enviado por el Gobierno de Sánchez para traer a este último a España.
Las citadas fuentes hacen hincapié en que la Embajada española en Caracas cuenta con «un estricto protocolo» cada vez que una persona ajena a la legación entra en la residencia oficial de Ramón Santos. Básicamente, consiste en dejar los móviles en la entrada para evitar posibles casos de espionaje. Esta regla «sacrosanta» se ha aplicado con celo en los últimos años por parte de los policías españoles y «sin excepciones», por muy alto cargo del régimen que fuese un invitado. De ahí que dicha prohibición se les debió aplicar a los hermanos Rodríguez, salvo que hubiese una decisión contraria del propio embajador. La incógnita es saber quién era la tercera persona de la delegación chavista que hizo las fotos después de pasar el control de los agentes y si colocó -o ya estaban- los micrófonos que captaron las voces de Edmundo González y los enviados de Nicolás Maduro en el interior de la vivienda.
En el pasado ya hubo negociaciones parecidas entre jerarcas chavistas y opositores en la residencia del embajador español, si bien se les retiraron los móviles a todos los asistentes. La más relevante fue la de 2017, en la que el propio Zapatero ejerció de mediador entre los hermanos Rodríguez y representantes de la oposición venezolana en unas conversaciones que desembocaron luego en las negociaciones de Santo Domingo. Aquella ronda de contactos, tras la victoria de la oposición en las parlamentarias, terminó sin acuerdo por la inmovilidad del chavismo y, en la práctica, fue el último trabajo de mediación del expresidente del Gobierno con la venia de las dos partes. Desde entonces, la oposición acusa a Zapatero de ponerse siempre de lado del régimen de Maduro y España perdió su rol de intermediación en detrimento de Noruega.
«Presiones inenarrables»
Edmundo González reiteró este jueves, tras la decisión del Parlamento Europeo de reconocerle como presidente «legítimo» de Venezuela, que se vio obligado a abandonar su país «a causa de presiones inenarrables y amenazas extremas» después de que Jorge Rodríguez le diese el miércoles un plazo de 24 horas para retirar dichas acusaciones.
Este último indicó en su rueda de prensa del miércoles que fue con su hermana a la residencia del embajador español «a solicitud» del propio líder opositor. «Me está acusando a mí que yo lo coaccioné de alguna manera, yo tengo otras pruebas que señalan lo contrario, no me obligue a mostrarlas. Tengo grabaciones de las conversaciones que sostuve personalmente, ¿usted quiere que yo las muestre? En resguardo a la discreción, no lo he mostrado. Si usted no desmiente lo que acaba de decir, que es una acusación directa en mi contra, voy a mostrar las grabaciones, tenemos más cosas», avisó el presidente de la Asamblea Nacional venezolana tras el primer vídeo de Edmundo González, en el que este último señaló que el documento firmado era «nulo» por las presiones y coacciones recibidas por parte del régimen. Al final, Jorge Rodríguez cumplió su amenaza.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, insistió en que dio instrucciones directas al embajador de no inmiscuirse en las gestiones que pudiera realizar el líder opositor, por lo que se desmarcó de «cualquier documento o negociación» dentro de la residencia del embajador. Además, el jefe de la diplomacia reiteró que cuando González fue acogido en la vivienda de Santos tras haber permanecido oculto en la residencia del embajador de Países Bajos desde el 29 de julio, tuvo la garantía de que «podía verse o realizar las gestiones que decidiera hacer en relación a su situación».
Albares también señaló que Santos salió en una de las fotos mostradas por el chavismo porque «solo hay un salón» en la residencia, pero se trata de una información incorrecta. La vivienda oficial cuenta con varios salones y ninguno es el que aparece en las instantáneas. En realidad, Edmundo aparece en las imágenes con los hermanos Rodríguez en torno a una mesa en la terraza abierta que da al jardín.