Las denuncias dentro de su propio grupo parlamentario, claves en el ‘caso Errejón’
Las acusaciones se difundieron de forma anónima en las redes, pero en el partido hablan de un grupo de trabajadoras
Íñigo Errejón en el Congreso de los Diputados. | Europa Press
«Termino la etapa más importante de mi vida. Una etapa dura y apasionante. Con aciertos de los que estoy orgulloso y errores que espero contribuir a reparar con esta decisión». Así anunció el jueves Íñigo Errejón su decisión de dejar la política tras una denuncia anónima sobre presuntos malos tratos y acoso sexual, que rápidamente se interpretó como una acusación hacia él. Fuentes de Sumar explican a este diario que todo apunta a que la denunciante, así como otras mujeres que la habrían respaldado, son «trabajadoras» del grupo parlamentario de Sumar, del que Errejón era portavoz tras recibir el encargo de Yolanda Díaz en enero. Este caso , según las fuentes consultadas, entra tanto en un posible abuso de poder como en presunto acoso sexual.
Las fuentes consultadas apuntan a una de las trabajadoras del grupo parlamentario de Sumar como autora encubierta de unas denuncias dirigidas a acabar con la carrera política de Errejón. La periodista Cristina Fallarás se hizo eco de la denuncia y publicó un testimonio anónimo que hablaba de «maltrato psicológico», y calificaba a un «político de Madrid» como «un verdadero psicópata (…) un monstruo». La denunciante también habla de haber sufrido una manipulación por parte de este político, además de «castigos» como el «silencio» o la «indiferencia». Pero según las fuentes consultadas en Sumar, detrás de esta denuncia habría algo más. Concretamente, un caso de mobbing laboral, o acoso en el trabajo ejercido aprovechándose de un abuso de poder.
La trabajadora que mencionan las fuentes consultadas habría recibido el apoyo de otras «chicas del grupo», todas decididas en llegar hasta el final en su acusación. Las fuentes consultadas sostienen que las denuncias habrían podido ir incluso más lejos. Por eso, afirman, Errejón dejó de inmediato el cargo. Sumar dijo que tras conocer las primeras denuncias abrió una investigación interna el pasado miércoles para aclarar el asunto. La coalición de Díaz no anunció públicamente la apertura de dicha comisión de control.
Más casos
Las fuentes consultadas sostienen que la denunciante mantuvo una relación íntima y personal con Errejón, pero que decidió interrumpirla, y a partir de ese momento, sufrió lo que consideró una persecución en el ámbito laboral. Según estas fuentes, el exportavoz de Sumar habría arrinconado a esta persona o la habría castigado con encargos desagradables, y que la denunciante habría sufrido algo parecido a una crisis de ansiedad. Respaldada por otras colaboradoras del grupo parlamentario, se habría decidido a dar el paso.
Después de la publicación en redes por parte de Fallarás, todo el caso se aceleró, hasta la publicación en medios de comunicación y la salida de Errejón. Pero las fuentes consultadas van más allá. Sostienen que la denunciante no es la única trabajadora que habría sufrido algún tipo de acoso. Hablan de más casos registrados a lo largo de los últimos meses, conocidos, según dicen, tanto en Sumar como en Más Madrid. En todos ellos se describe una presunta actitud que consistía en aprovechar el poder interno en la formación con «mujeres que no tenían poder en Sumar», para luego aislarlas o «acosarlas» cuando después de la separación pedían «ayuda» a otros compañeros.
Más Madrid mantuvo públicamente que tras conocerse las denuncias preguntó a Errejón sobre la veracidad de las mismas, y que el político, aunque negó comportamientos delictivos, admitió los extremos de las acusaciones. Acto seguido, Más Madrid pidió a Sumar la dimisión del portavoz. «Más Madrid exigió a Sumar la dimisión de Íñigo Errejón», reza literalmente el mensaje público notificado por la formación.
Más Madrid se desmarca
Este detalle es muy importante para comprender cómo Más Madrid ha querido desprenderse de uno de sus principales referentes, endosando de facto la responsabilidad sobre lo ocurrido, y la presunta inacción anterior, a los responsables de Sumar, es decir, a Yolanda Díaz. Las fuentes consultadas, de hecho, hablan de avisos previos que los responsables de la coalición prefirieron ignorar.
Podemos, por su parte, ya piensa en aprovechar el asunto para pedir la dimisión también de Díaz, tal y como publica en exclusiva este diario. Los morados quieren apelar a su responsabilidad in vigilando, y recordarán que fue Díaz quien le eligió como portavoz parlamentario en enero después de la salida de Marta Lois. A medida que se sepan más detalles de lo ocurrido, o de lo que pudo ignorarse previamente, Sumar podría verse sacudido por un caso que amenaza con tener mucha repercusión mediática y ser aprovechado por todos los enemigos de su lideresa para exigir también su alejamiento de la primera línea. Y entre ellos podrían encontrarse también algunos socios de coalición.
