Un experto en tecnología: «X no es hostil si el usuario la configura según sus intereses»
Albert Cuesta cree que es un error pedir a las plataformas que «moderen sus contenidos»
Albert Cuesta (Barcelona, 1960) es un periodista especializado en tecnología que colabora en varios medios de comunicación en Cataluña. En pleno debate sobre cómo abordar la presencia en la red social X, y tras la decisión de La Vanguardia y The Guardian de dejar de compartir su contenido en dicha plataforma, el experto ha querido terciar en el debate.
En esta entrevista en THE OBJECTIVE tacha de «simple postureo» la decisión de estos periódicos y considera que la «industria de la prensa se dio un tiro en el pie» cuando «regalaron a estas plataformas la difusión de sus contenidos». Al mismo tiempo, explica que «Elon Musk es transparente en su modelo de negocio» y que el usuario puede elegir qué tipo de contenidos ve aunque «el 95%» no lo hace y «se queda a merced del algoritmo».
PREGUNTA.- ¿Es acertada la decisión de algunos medios de abandonar X?
RESPUESTA.-Es una decisión comprensible si han dejado de confiar en X. Y más teniendo en cuenta que en los últimos tiempos en los medios tradicionales se recibe muy poco tráfico procedente de esta red salvo que se haga una inversión adicional en forma de publicidad de cuentas preferentes para que X las visibilice. En ese sentido, no pierden gran cosa y en cambio ganan prestigio al desvincularse de una plataforma que en estos momentos tiene cierta mala prensa entre una parte de la ciudadanía.
P.- Critican el algoritmo de X sobre el contenido que ven los usuarios.
R.-El argumento de estos medios es que no quieren estar presentes en una red donde predomina el contenido extremo, racista, misógino, xenófobo, de extrema derecha, etc. Y es cierto que este contenido está ahí, y que la empresa lo prioriza porque, básicamente, el contenido extremo es el que favorece más la interacción social, a veces indignada, y esa interacción es lo que maximiza el tiempo de permanencia y el tiempo que los usuarios ven anuncios. Y así hace negocio X. Pero, dicho esto, está en manos de los usuarios estar expuesto a contenido extremo.
El 95% de los usuarios se queda a merced del algoritmo, pero tiene la posibilidad de aislarlo y tener sus redes pacificadas, como las tengo yo. En la cronología hay dos pestañas, una ‘Para ti’ y la otra ‘Siguiendo’. Por omisión te aparece la de ‘Para ti’, pero se puede elegir ver solo el contenido de los usuarios que sigues. Podemos elegir una experiencia mucho más pacífica, mucho más reposada y sin contenido extremo. Si utilizas la pestaña de siguiendo, los únicos tuits que ves son los de la gente a la que tú has decidido seguir, con lo cual es responsabilidad tuya, está en tus manos decidir cuán crispado o cuán violento quieres estar.
P.- Se critica X, pero Instagram o Facebook también tienen sus algoritmos…
R.- También hay otras redes igual de manipuladoras, como Instagram. La gran mayoría de usuarios de Instagram solo ven una cronología determinada. Y es conocido que Facebook también ha hecho campaña para algunos políticos, no de extrema derecha, pero sí a favor de unos y en contra de otros.
P.- Usted ha dicho que estos medios se van de X «de puntillas».
R.- Esta desvinculación de X es es un simple postureo, es para poder atribuirse un prestigio y mostrando entre sus lectores que no quieren dignificar la plataforma con su contenido, pero en la práctica su contenido sigue estando ahí presente. No cierran sus cuentas, dejan a sus periodistas compartir sus noticias en X y mantienen el botón en sus noticias de compartir las noticias en X.
P.- ¿Es también una estrategia de marketing?
R.-Naturalmente que es una estrategia de marketing. X les aporta poco tráfico, con lo cual, te puede resultar más rentable decir que dejas de estar X y utilizar este argumento para lograr prestigio. También te digo que no me parece necesariamente negativo que algunos medios dejen de apostar por X: es una buena oportunidad de aprovechar la ocasión para captar a los lectores que les seguían a través de X y atraerlos a los canales propios del medio.
P.- ¿Los medios han regalado el control del tráfico, la difusión de las noticias, a estas plataformas?
R.- En general, la industria de la prensa se ha disparado repetidamente en el pie. Se disparó en su momento cuando comenzó a regalar a internet el mismo contenido que pretendía vender en el quiosco. Esto ya ha pasado a la historia porque les fueron apareciendo medios nativos digitales como el vuestro, aunque también es cierto que la mayoría de los medios, o muchos medios digitales, empezaron siendo de acceso gratuito y ya no. Después se han dado cuenta de que dependían mucho de plataformas externas que no controlaban y han tenido que empezar a poner muros de pago. La industria de la prensa ha cometido bastantes errores y uno de los más graves es el de dejar su difusión en manos de plataformas que no controlan. En su momento fue el caso de Facebook, pero también es el de Google y y últimamente también X.
P.-¿X es un entorno hostil?
R.- No necesariamente. Si el usuario la configura acorde con sus intereses, en absoluto. Mi experiencia con X sigue siendo igual de pacífica que antes.
P.-¿Elon Musk ha sido transparente en su modelo de negocio, en su algoritmo, etc.?
R.- Absolutamente. Ha sido muy transparente, desde el primer momento ha explicado perfectamente que es lo que pretende y cómo lo quiere hacer rentable. Con su inversión, su supuesta inversión de 40.000 millones de euros, porque en realidad ni es una inversión, en realidad es financiera y ni siquiera el dinero es suyo. Y probablemente la va a rentabilizar más con la visibilidad y con el apoyo a Donald Trump que en términos de facturación de X.
P.- Antes de Musk, había mucha censura en las redes sociales. ¿Tiene que ser una empresa privada la que diga que es publicable y lo que no?
R.- Es exactamente así. Hay mucha gente que clama por que las plataformas moderen el contenido. Es un error. Creo que tiene que haber mucha gente hablando y que no tiene que ser una empresa privada, con unos intereses más o menos declarados u oscuros, la que determine qué es lo que se puede decir o no se puede decir más allá de las cosas que constituyan claramente un delito. El límite debería ser no publicar un contenido sexual explícito, no publicar contenido pedófilo, no hacer apología del fascismo, etcétera. Pero prefiero que la plataforma sea transparente, que la gente hable y sea yo quien tenga la última palabra sobre si decido escuchar a un individuo o no.
P.-¿Cree que es espontánea esta salida de medios y empresas de X? ¿O que, en el caso español, puede responder a una campaña organizada de poderes públicos que ven perder en las redes el debate?
R.- No creo que haya ninguna campaña orquestada. Además, un medio convencional también tiene un algoritmo… Más primario y convencial, pero también hay un director y un portadista que decide qué pone en portada y la visibilidad que le da a unas noticias. Los medios también tienen una función algorítmica. Como su sección de «artículos más vistos»…
P.-Pero esto es una jerarquía informativa, más que un algoritmo.
Sí, es verdad. Pero en su jerarquía informativa tiene unos criterios. Y en las redes sociales tienen también sus propios criterios. En el caso de X, los tuits que generan más interacción y permanencia; y penaliza el contenido que no genera interacción. Y suele ocurrir que las informaciones más sólidas o acreditadas, o menos sensacionalistas o menos amarillistas, generan menos interacción.