Podemos rompe con Rufián por el plan de rearme: «Es pacifismo, no una pancarta»
Belarra defiende el «principio ético de la paz» y acusa a ERC de haberse alineado con el Gobierno en política exterior

Gabriel Rufián con Ione Belarra en el Congreso. | Europa Press
Uno de los efectos del plan de rearme que el Gobierno quiere aprobar en el marco de la Unión Europea ha sido la ruptura del idilio entre ERC y Podemos. El partido que lideran Ione Belarra e Irene Montero se ha visto interpelado por unos comentarios que pronunció el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, después de su encuentro en la Moncloa con Pedro Sánchez del pasado jueves. El 23 de febrero de 2023, el líder de Esquerra en el Congreso ya dijo que había que ir «más allá de la pancarta» en el asunto de la guerra en Ucrania. Y el pasado jueves repitió esa consigna, que Podemos considera una crítica contra ellos. Belarra reaccionó con dureza a esas declaraciones después del encuentro con Sánchez y a lo largo del fin de semana en una charla con los militantes de su partido.
Después del encuentro con Sánchez, al que Belarra acudió con una camiseta con la frase «no a la guerra», los morados llamaron a Sánchez «señor de la guerra» y le reprocharon alimentar un «régimen de guerra». Podemos ataca al gobierno de coalición para desmarcarse del PSOE y Sumar en un asunto que consideran que les puede traer beneficios demoscópicos. Los morados creen estar empatados con Sumar, y buscan la manera de dar un golpe sobre la mesa y lograr el sorpasso. Así, tal y como adelantó este diario, preparan su próximo congreso de abril centrándolo en el rechazo militar y dejando de lado las reivindicaciones feministas.
Pero su política choca con ERC y Rufián, que ejerció a lo largo de estos últimos de aliado parlamentario de los morados. ERC rechazó la reforma laboral de Yolanda Díaz, en un planteamiento que desde Sumar consideraron una conjura orquestada por Podemos contra ella. La relación de Rufián fue buena hasta las últimas semanas, cuando ERC esgrimió una posición híbrida sobre el rearme. ERC sostiene que, de llegar al Congreso, votará en contra de la medida, pero Rufián matizó que su formación está dispuesta a escuchar los argumentos del Ejecutivo: «Para gastar más, a no ser que nos lo expliquen muy despacito y muy bien, con nosotros que no cuenten», afirmó. Y añadió que «el mundo es complejo y tenemos que ir más allá de la pancarta».
Guerra y paz
Esta frase de Rufián irritó a la cúpula morada, que la interpretó como un dardo contra su posición frentista. «Yo pienso que la única posición responsable es la que está defendiendo Podemos con muchísima dificultad por la presión mediática que sufrimos, pero con principios éticos muy profundos: el principio ético de la paz», dijo Belarra preguntada por los periodistas después de las reflexiones de Rufián. La secretaria general de Podemos reiteró esa postura con más vehemencia ante las bases de su partido el pasado fin de semana.
Durante su reunión antes del congreso del partido de abril, dijo: «Claro que no, nuestro país es el país del no a la guerra, y eso no es una puñetera pancarta, es un espíritu pacifista de nuestro pueblo y lo vamos a decir alto y claro, cueste lo que cueste». Y añadió: «Porque si se gasta dinero en armas y en defensa por mucho que mientan y que engañen y digan que no va a haber recortes en inversión social, sabemos que es mentira». Otros referentes del partido activos en las redes sociales se han lanzado contra Rufián y han reprochado la posición de ERC sobre temas de política internacional, como romper las relaciones con Israel, que exige Podemos.
En Podemos sostienen que ERC se ha alineado con el Gobierno, aunque mantenga una posición díscola en algunas cuestiones. Y que al igual que Junts per Catalunya, están intentando sacar tajada de la debilidad parlamentaria del Ejecutivo. Los morados consideran que ERC ya no es el aliado con el que contaban hasta hace poco, al menos no en los términos en los que Pablo Iglesias había trabajado para tejer una alianza parlamentaria con esa formación y Bildu. Podemos, en definitiva, se siente más solo y cree que hace falta corregir su estrategia de presionar a los nacionalistas para decantar el futuro del Gobierno. Los morados se han lanzado ahora en una política del «no es no» y avisan a Sánchez de que el plan de rearme se convertirá en «la tumba» del Ejecutivo.