Conde-Pumpido, el favorito de Moncloa que se curtió durante los años de plomo de ETA
El nuevo presidente del Tribunal Constitucional se ha impuesto en la votación a la otra aspirante, la magistrada María Luisa Balaguer
Era el favorito del Gobierno de Pedro Sánchez para encabezar el Tribunal Constitucional durante los próximos tres años. Nunca ha ocultado sus vínculos con el PSOE y sus afinidades políticas. Sirvió como fiscal general del Estado durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El magistrado gallego es fundador de la asociación progresista Juezas y Jueces para la Democracia, y en 1984 dictó una de las primeras sentencias del caso de los GAL.
Heredero de una larga saga de juristas, no obstante, Pumpido formó parte del tribunal que condenó al exministro del Interior socialista José Barrionuevo por ser responsable, junto a Rafael Vera, del secuestro de Segundo Marey. Precisamente en esos años de la guerra sucia contra ETA y los años de plomo de la banda terrorista es cuando el nuevo presidente del TC se curtió y consolidó como magistrado de la Audiencia Provincial de San Sebastián.
Lo hizo durante cinco años, entre 1981 y 1985. Fueron los más violentos por los crueles atentados de la banda terrorista ETA y las respuestas del GAL. Allí fue dónde Cándido Conde-Pumpido se fogueó como juez y coincidió con otros compañeros que apostaron por la permanencia en País Vasco, cuando entonces lo habitual era solicitar el traslado a demarcaciones más tranquilas. Después volvería ser fundamental en los años que la lucha policial forzó a ETA a deponer las armas, ya como fiscal general del Estado con Zapatero y con Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro del Interior.
Las polémicas de Pumpido
Con fama de organizado y diligente entre sus compañeros, su elección como presidente del TC se ha producido con el rechazo frontal del sector conservador del tribunal de garantías. Esta oposición nace de dos factores clave. Por un lado, sus lazos con el PSOE y la sensación de que podría ser percibido por los ciudadanos como un hombre al servicio de Moncloa y de Pedro Sánchez. Por otro, las críticas que este magistrado vertió contra los conservadores en su voto particular contra la sentencia que declaró inconstitucional el estado de alarma decretado por Sánchez en 2021.
Un fallo del que fue ponente su antecesor en la presidencia del TC, Pedro González-Trevijano. Aquel voto particular recogía la protesta de Pumpido contra la decisión de sus compañeros conservadores y tildaba la sentencia de «propia de un jurista de salón». Algo por lo que acabó disculpándose. El escándalo fue de campeonato y se vio obligado a emitir un comunicado aclaratorio en el que se escudaba en un borrador interno del TC. Afirmó que era una filtración «interesada» y reafirmó su satisfacción por trabajar con unos compañeros de prestigio, sólidos juristas, enfocando la discrepancia «dentro del ámbito propio del debate jurisidiccional».
Su elección como presidente del tribunal de garantías pone broche de oro a una dilatada y brillante trayectoria. El heredero de una saga de juristas que alcanza su cénit profesional. Nacido en La Coruña, es hijo del fiscal Cándido Conde-Pumpido Ferreiro, que fue teniente fiscal del Tribunal Supremo, y nieto del magistrado del mismo nombre, presidente de las Audiencias Territoriales de La Coruña, Valladolid y Valencia.