La Audiencia Nacional confirma a dos policías heridos como acusación particular en 'Tsunami'
Los magistrados avalan la decisión de García-Castellón y rechazan los recursos de los investigados Marta Molina y Oriol Soler
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional (AN) ha confirmado la personación como acusación particular en la causa de ‘Tsunami Democràtic’ de dos agentes de la Policía Nacional que resultaron heridos en las protestas atribuidas a la plataforma independentista y que se produjeron en la jornada de huelga del 18 de octubre de 2019 en la Plaza de Urquinaona (Barcelona).
En un auto, recogido por Europa Press, los magistrados de la Sección Tercera avalan la decisión del juez Manuel García-Castellón de aceptar la personación de sendos agentes y rechazan los recursos de los investigados Marta Molina y Oriol Soler, a los que se adhirió la Fiscalía, y que pedían que se desestimase su petición.
Los recurrentes alegaban, en concreto, la falta de participación de ‘Tsunami Democràtic‘ y de los investigados en la convocatoria de huelga y las manifestaciones del día 18 de octubre y la ausencia de indicios de intervención o actuación delictiva en los hechos acaecidos ese día en la plaza de Urquinaona en los cuales fueron heridos los dos agentes de policía.
Los magistrados de la Sección Tercera explican que tanto la propia Sala Penal de la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo han aceptado la competencia del caso, entre cuyos hechos se encuentran las lesiones de los dos policías en la plaza de Urquinaona. Por ello, consideran que resulta «evidente» que aquellos hechos forman parte del proceso y que los dos agentes se puedan personar en su condición de víctimas.
Lesiones
En el escrito por el que solicitaron su personación, la representación de los agentes señala que tras la sentencia del Tribunal Supremo que condenaba a los líderes del ‘procés’ independentista catalán en octubre de 2019 se produjeron diferentes disturbios «protagonizados por sectores radicales violentos» que tuvieron como objetivo de sus ataques, entre otros, las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de la Vía Laietana.
Apuntaba el mismo que esas dependencias eran custodiadas por efectivos de las UIP y recuerda que el 18 de octubre, en el marco de las protestas los dos agentes se encontraban dando protección a esa comisaría.
Tras horas de «hostilidades», explicaba, llegó «un grupo de personas encapuchadas y embozadas» que «usando técnicas de combate similares al terrorismo callejero practicado en comunidades autónomas como el País Vasco, comenzaron a lanzar (…) todo tipo de objetos contundentes con una indudable capacidad lesiva, incluyendo botellas y latas en cuyo interior había líquido corrosivo».
Fue en ese contexto cuando uno de los dos policías fue «alcanzado en su mano derecha por el impacto de una botella rota», lo que le hizo caer al suelo y notar «un fuerte dolor fruto de esa lesión».
‘Kale borroka’
Ese mismo día, pero horas más tarde, sobre las 20.00 horas, ese mismo agente se encontraba en la Plaza de Urquinaona junto a otros compañeros parapetados «ante la imposibilidad de avance por la intensidad de los ataques, de estilo terrorismo urbano o kale borroka, que estaban sufriendo con adoquines, piedras, bolas metálicas de petanca, bengalas, cócteles molotov, ácido y material metálico de bricolaje».
Fue ahí cuando recibió «un impacto muy fuerte de un objeto lanzado por los manifestantes que golpeó sobre el lado derecho de su casco, cayendo al suelo desplomado y perdiendo el conocimiento por completo».
El segundo de los agentes que pidió personarse también estaba en esa plaza y recibió «un fuerte impacto en su mano» que le provocó «una grave fractura abierta en el radio de su brazo derecho con desplazamiento, y que, tras varias intervenciones quirúrgicas, y como consecuencia de la gravedad de la lesión, al no reunir las condiciones físicas necesarias para seguir ejerciendo como policía», provocó que fuera jubilado a la edad de 45 años.
Cabe destacar que, además de estos dos agentes, en la causa se encuentran personados otros dos agentes de la propia Policía Nacional.