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El bloqueo del CGPJ obliga a buscar nuevas fórmulas para elegir a su presidente

Los vocales progresistas defienden la elección de una mujer, mientras que los conservadores apuestan por Pablo Lucas

El bloqueo del CGPJ obliga a buscar nuevas fórmulas para elegir a su presidente

Los magistrados Pilar Teso, Ana Ferrer y Pablo Lucas, favoritos para presidir el CGPJ. | Ilustración de Alejandra Svriz

La presidencia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sigue en el aire. La preocupación crece porque no se otea una solución a corto plazo. Los vocales vuelven a reunirse este lunes, pero las posturas se encuentran a una distancia sideral y el acuerdo para nombrar a la persona que también debe presidir el Tribunal Supremo se antoja lejano. Progresistas y conservadores continúan enrocados en su planteamiento inicial. Los primeros quieren que una mujer lidere la institución, mientras los segundos siguen apostando por el magistrado Pablo Lucas. Ese escenario obliga a buscar nuevas fórmulas para desatascar la situación.

El bloqueo para nombrar al presidente del CGPJ es absoluto. Tras una decena de votaciones, ningún candidato ha obtenido el apoyo de tres quintos del Pleno, lo que supondría el respaldo de 12 vocales. Se trata del requisito que incluyeron PSOE y PP en el pacto que alcanzaron a finales de junio para reforzar las mayorías. Los aspirantes que más votos han obtenido hasta ahora son Pilar Teso y Pablo Lucas, 10 cada uno. Para que exista fumata blanca, al menos dos miembros deben cambiar de bando, algo que en estos momentos se antoja difícil.

Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE revelan que los conservadores no se moverán. Descartan apoyar a Teso, que ya disputó el puesto a Carlos Lesmes en 2013. Entonces, la presidencia del CGPJ estaba pactada entre los dos grandes partidos. Los progresistas tampoco están por la labor de otorgar sus votos a Lucas, ponente de las sentencias del Supremo que anularon los nombramientos de las exministras socialistas Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado y de Dolores Delgado como fiscal de Sala de Memoria Democrática.

Una mujer al frente del CGPJ

Los progresistas consideran que «ha llegado el momento histórico» para que una mujer presida por primera vez el CGPJ. En los ocho mandatos anteriores, el órgano de gobierno de los jueces ha tenido 10 presidentes varones (los dos últimos interinos). Si no es Teso, se abren a que ese honor recaiga en otra de las magistradas que han propuesto: Ángeles Huet o Ana María Ferrer.

Los vocales progresistas tiran de datos. Subrayan que el CGPJ es una de las pocas instituciones que no ha sido presidida por una mujer y que otro hombre rompería con la paridad legal del Consejo (formado por 12 varones y 8 féminas), aunque en esta cuestión existen discrepancias porque al presidente no se le considera miembro del órgano. Además, destacan que las mujeres representan el 57% de la carrera judicial y elegir a una supondría «una legitimación democrática». A pesar de esa cifra, las féminas apenas suponen el 21% de los jueces del Supremo.

Hasta ahora, todos los intentos para llegar a un consenso han resultado estériles. Después de que el miércoles Teso y Lucas tampoco consiguieran concitar los apoyos necesarios para alcanzar la presidencia, los vocales del CGPJ decidieron darse un tiempo y volver a dirimir la cuestión este lunes. El nuevo cónclave supone que el proceso de elección vuelva al punto de partida.

Los siete candidatos (cinco mujeres y dos hombres) propuestos en el pleno constitutivo del CGPJ vuelven a albergar posibilidades. Al menos, en teoría, porque hay nombres marcados en rojo, lo que complica cualquier alternativa. Los progresistas descartan apoyar a Antonio del Moral, al que tildan de antiabortista y relacionan con posturas cercanas al Opus Dei. Tampoco genera mucha ilusión Esperanza Córdoba ni Carmen Lamela, blanco de las críticas del independentismo catalán mientras instruyó el procés en la Audiencia Nacional.

Techos de cristal

Los conservadores tampoco están por la labor de apoyar a las candidatas propuestas por los progresistas. No lo han hecho con Teso y tampoco están entusiasmados con la idea de votar a Huet o a Ferrer, a las que consideran de un marcado perfil político. Ferrer fue la primera mujer en la historia en ocupar un asiento en la Sala Segunda del Supremo hace ahora una década, por lo que tiene experiencia en romper techos de cristal. De tendencia progresista, le penaliza haber emitido votos particulares en la sentencia del caso ERE y en la aplicación de la amnistía, ya que considera que no existió malversación durante el procés.

«El principal punto de bloqueo es que no quieren que sea una mujer», se lamentan los miembros del sector progresista. Los conservadores sostienen que no es necesaria «ninguna discriminación positiva» y afirman que Teso reúne menos méritos que su candidato, Pablo Lucas. «Para ellos el consenso es imponer. Puestos a buscar consensos, se dan las condiciones políticas y sociales para que sea una mujer progresista», insisten los vocales de esa sensibilidad. Insisten que el CGPJ solo ha tenido un presidente progresista, Pascual Sala entre 1990 y 1995.

Otra de las fórmulas que se barajan para salvar el bloqueo es abrir la relación inicial de siete candidatos propuestos. Diversos juristas consultados por este diario sostienen que la situación se podría desatascar de esa manera, pero los vocales lo tachan de «inviable». Señalan que ya existe un acuerdo y que el consenso debe llegar sobre él.

Conservadores y progresistas confían en encontrar una solución, aunque lo cierto es que en estos momentos los puentes están rotos. Algo que tiene consecuencias fatales para el Supremo, las audiencias provinciales y los Tribunales Superiores de Justicia, pendientes de un centenar de nombramientos.

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