La Audiencia condena a Rubiales a una multa de 10.800 euros por el beso a Jennifer Hermoso
El fallo prohíbe al expresidente de la RFEF acercarse a 200 metros, pero le absuelve del delito de coacciones

Luis Rubiales. | Alberto Ortega (Europa Press)
Luis Rubiales se libra de la cárcel, pero tendrá que pagar 10.800 euros por un delito de agresión sexual. El Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 18 meses de multa con una cuota de 20 euros al día al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por el beso en la boca que propinó a Jennifer Hermoso en la ceremonia de entrega de medallas del Mundial femenino celebrado en agosto de 2023 en Sidney (Australia). El fallo también prohíbe al exdirigente federativo a acercarse a la jugadora en un ratio de 200 metros y comunicarse con ella durante un año.
La sentencia absuelve a Rubiales del delito de coacciones. La misma decisión que ha tomado el magistrado José Manuel Fernández-Prieto con los otros tres acusados por esa cuestión: el exseleccionador femenino Jorge Vilda, el antiguo director de Fútbol de la Selección masculina Albert Luque y el que fuese responsable de marketing de la RFEF, Rubén Rivera.
El fallo libra a Rubiales de ir a prisión. La Fiscalía había solicitado una condena total de dos años y seis meses de cárcel: un año por el delito de agresión sexual y otro año y medio por las coacciones. La representante del Ministerio Público había pedido la misma pena por este último tipo penal para los otros tres acusados. La resolución no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, una opción que estudia la Fiscalía.
Hermoso contradice a Rubiales
Durante su declaración el pasado 11 de febrero, Rubiales aseguró de que estaba «totalmente seguro» de que Hermoso le dio su consentimiento para que le diera «el besito» que empañó la victoria de la Selección en el Mundial femenino de Sidney. La fiscal Marta Durántez le preguntó si habría actuado igual de haber sido un hombre, a lo que el expresidente de la RFEF afirmó que habría besado en la boca a un jugador de la selección masculina si tuviese la misma confianza que con Hermoso.
La jugadora ratificó que el beso de Rubiales no fue consentido. Hermoso insistió en que no escuchó al exdirigente federativo preguntar si podía darle «un besito», tal y como defendió el granadino. Su abogada alegó que la futbolista no consideró el beso como una agresión sexual y afeó que después de los hechos participara en la celebración del Mundial.
La afirmación soliviantó a la fiscal Marta Durántez, que trató de desacreditar esa línea de defensa: «¿Qué le podemos exigir que haga? ¿Que se vaya a un rincón a llorar?». Hermoso narró en la vista las veces que los acusados trataron de hablar con ella para trasladarle que lo más conveniente era comparecer en público para zanjar la polémica. Sus defensas alegaron que no concurría ni violencia ni intimidación suficientes como para encajar en el tipo penal de coacciones, ya que ser pesado no es un delito.
El juez Francisco de Jorge abrió juicio al concluir que el beso a Hermoso «no fue consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva» de Rubiales. El magistrado consideró que la finalidad erótica o el estado de euforia y agitación experimentado como consecuencia «del extraordinario triunfo deportivo» son elementos cuyas consecuencias jurídicas debían valorarse ya que un hecho así «afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales».
Respecto a la conducta de los otros tres investigados, consideró que existían indicios de una acción concertada acordada con el expresidente de la RFEF «para doblegar la voluntad de Hermoso y conseguir que accediera a grabar un vídeo en el que dijese que el beso había sido consentido». Tras enrocarse en el cargo, Rubiales dimitió como máximo dirigente federativo en septiembre de 2023, después que la FIFA le inhabilitara.
Durante sus declaraciones antes el juez previas al juicio, Hermoso ya explicó que el beso fue inesperado y, en ningún momento, consentido. La futbolista dio las mismas explicaciones a la Fiscalía. Entre otras cosas, explicó que, cuando bajó de la tarima, contó lo sucedido a sus compañeras Alexia Putellas e Irene Paredes. Rubiales defendía que el beso fue «una muestra de afecto» que se produjo de forma «natural» por «una celebración totalmente extraordinaria» y que preguntó a la jugadora antes de besarla.