Felipismo y sanchismo, tanto monta
«La mitificación de aquel PSOE es una engañifa intolerable aunque sea para criticar a Sánchez, que lo merece, y el sanchismo es hijo del felipismo»
«La mitificación de aquel PSOE es una engañifa intolerable aunque sea para criticar a Sánchez, que lo merece, y el sanchismo es hijo del felipismo»
José Luis Martín relata en ‘Desmemorias de una revista satírica’ la historia del semanario del que fue coeditor
«Si las cosas van como parece, podremos despedir del Gobierno a Sánchez y a sus amigos de la ‘coalición Frankenstein’. Y eso no parecen ser malas noticias»
«Ha sido una lástima que se hayan impuesto las teorías que proscriben el uso de la memoria en el aprendizaje»
En este páramo español la gimnasia fue no ha mucho un asunto extravagante. De niño, en un buen colegio, los alumnos practicábamos “gimnasia sueca” con la chaqueta y corbata de nuestro traje de diario. Tan rara era la actividad que se podía confundir la gimnasia con la magnesia.
El famoso “espíritu olímpico” ha quedado muy mancillado después de varias celebraciones. Tendría que haber servido para que, por un tiempo, se lograra una especie de tregua en los conflictos bélicos que asolan el “ecúmene” (la Tierra habitada). Nada de eso se ha producido. Antes bien, las olimpiadas modernas han servido para exaltar el nacionalismo.
La plaga del terrorismo islamista se encuentra llena de inexplicables contradicciones. No es ya que empleen un método tan necio como el de los suicidas. A los ojos occidentales esa práctica resulta nauseabunda. Pero, encima, la emplean contra ellos mismos. No solo intentan acabar con los infieles, esto es, casi todo el mundo que no es musulmán. Lo extravagante es que los terroristas actúan especialmente en los países musulmanes. Es una política torpe y despiadada, difícil de proporcionar una explicación.
Uno de los rasgos más sospechosos de las encuestas electorales que se han difundido en España durante los últimos meses es que se parecen mucho entre ellas, incluidas las de a pie de urna. Por ejemplo, destacaba el llamado “sorpasso” o adelantamiento de Unidos Podemos sobre el PSOE. No se ha producido. El error ha sido lamentable.
La fotografía representa el grito angustiado de millones de refugiados que llaman a las puertas de Europa. No deja de ser curioso que el nombre de Europa fuera el de una princesa fenicia raptada por Zeus. Durante milenios la cultura europea se formó con las raíces de las asiáticas. La fotografía testimonia la desesperación de una familia musulmana, el padre la madre y el bebé. Se han echado sobre las vías del tren y se resisten a abandonar su protesta, seguramente hasta que los policías les aseguren que pueden entrar en Europa.
Recuerdo que, al comenzar el curso, en el Colegio los escolares de San Sebastián nos veíamos obligados a componer la ritual redacción sobre la galerna. Así llamábamos a los temporales, borrascas o ciclogénesis, que de todas esas formas se conocen.
En Europa predomina la secularización, es decir, la religión se reserva a la vida personal y no se mezcla con la vida pública. En todo caso, en Europa conviven distintas ramas del cristianismo, pero pacíficamente. Sin embargo, este equilibrio se rompe por la pacífica invasión de la población inmigrante de tradición islámica.
Me impresiona mucho más lo que hay detrás, lo que carece de imagen. Los fotógrafos no están en los campos de concentración (piadosamente de refugiados), donde se hacinan millones de sirios. Se alojan en la misma Siria, en la frontera turca, en el Líbano. Los verdaderamente pobres se encuentran allí.
En la Unión Europea se van a encontrar ya asentados millones de musulmanes. El resultado va a ser algo inédito en la Historia europea: una difícil convivencia étnica de cristianos y musulmanes. La particularidad es que ahora, detrás de esas masas inmigrantes se encuentra la amenaza de los terroristas. Es verdad, no todos los inmigrantes musulmanes son terroristas, ni siquiera los acogen con simpatía. Pero no es menos cierto que todos los terroristas son musulmanes. Ahora decimos islamistas, vaya por Alá.
China es la gran incógnita del atribulado mundo actual. De momento mantiene un difícil equilibrio inestable que no se sabe lo que puede durar. Se trata de un capitalismo desaforado con una férrea dictadura comunista.
Había que aprovechar los días todavía largos y el clima benigno para las celebraciones en la calle. De ahí la tradición de romerías y todo tipo de festejos religiosos y cívicos. Siempre habrá algún alcalde progresista que se abstenga de sumarse a esas ceremonias, pero quedará extravagante y perderá apoyo popular.
Siempre se dice que las tormentas de este verano no las hemos visto nunca. No es cierto. Son tan recurrentes como la sucesión del día y la noche o las estaciones. Pero necesitamos la exageración popular porque seguimos creyendo que hay un misterioso señor de las ventiscas que está por encima de nosotros.
Desde luego, en mi modestísimo caso particular, mi familia ya sabe que, si me secuestraran, no hay lugar a rescate, y no solo porque no tengo dinero para ello. No creo que los secuestradores aceptaran mi biblioteca en pago por mi libertad. Pero ni siquiera hay que llegar a la negociación.
La gran discusión es si la actual ola de calor es o no un síntoma del calentamiento global. Se trata de una hipótesis grandiosa que requeriría haber compilado datos de toda la superficie de la Tierra (mayormente marítima) durante los últimos siglos. No los tenemos.
No estaría mal el intento de sustituir la ONU por una Organización de Estados Democráticos. La primera acción de la nueva entidad debería ser el estricto control del mercado internacional de armas y explosivos. Al tiempo, se debería establecer una supervisión política de las mezquitas y sus actividades conexas con el carácter subversivo.
Hagamos los españoles de la necesidad virtud. Grecia va por delante de lo que supondría en España el posible triunfo de Podemos en las elecciones generales. Esperemos que la hecatombe helénica nos sirva de vacuna.
Nos viene bien a los españoles el caso de un Gobierno como el griego, tan alejado de las prácticas comunes en el resto de la Unión Europea.
Los dirigentes europeos han acordado repartirse la ola de refugiados que asoman a sus fronteras mediante un sistema de cuotas. El Reino Unido ha dicho que no participa de la repartija.
Aunque nos revistamos del eufemismo misiones de paz, estamos en guerra. En este caso, teóricamente, la ONU contra toda laya de insurgentes, guerrilleros y terroristas.
Habrá que sobrevolar sobre los incidentes concretos, por ominosos que sean. El antijudaísmo sigue muy activo en el mundo, ahora por parte de los islamistas llamados radicales, que se valen de la colaboración de otros elementos.
Admiro la capacidad propagandística de los franceses para hacer que se vendan siete millones de ejemplares del hebdomadario en cuestión. Pero me habría gustado el gesto de unos miles de parisinos no judíos ?solo unos pocos miles? que entraran a comprar en el supermercado judío.
Hubo un tiempo en que andar desnudos en público constituía un delito. Hoy, ni siquiera supone una provocación. Son simplemente personas carentes de dignidad.
De un tiempo a esta parte ciertos conflictos violentos se ventilan entre hordas que atacan a todo lo que se mueve.
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