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Antropoceno

  • Historia para Matías

    «Y es que para que llegue a haber Antropoceno tendrá que haber intérpretes de nuestro mundo suficientemente similares a nosotros como para que resulten inteligibles nuestros pasos y tropiezos por el planeta. En conclusión, no nos habremos extinguido a pesar de nuestros excesos «antropocentristas», con lo que: ¡viva el Antropoceno manque asuste!»

  • Antropoceno eres tú

    Todavía no tenemos gobierno en España y ha llegado el Antropoceno, la nueva era geológica. ¡La actualidad no espera a nadie! Aunque en este caso la actualidad remita a un proceso de hibridación socionatural que lleva en marcha miles de años y se acelera en los últimos siglos, con especial mención a la segunda posguerra mundial. Nada que deba sorprendernos: como apunta Frank Trentman en Empire of Things, una fascinante historia del consumo, 772 millones de televisores fueron vendidos en Estados Unidos entre 1980 y 2009. Entre los primeros asentamientos agrícolas y la cultura material contemporánea hay así un nexo común: el ser humano. De ahí el antropocentrismo de que hace gala el nuevo término, que algunos consideran -en un ejercicio de paradójica modestia- pura megalomanía. Pero los hechos son tozudos y nos señalan como protagonistas indiscutibles de la alteración a gran escala del sistema terrestre. Por más que algunos sean más responsables que otros.

  • Hoy comienza el Antropoceno, una nueva era

    Debido a que en los últimos dos siglos, la actividad humana –industria, agricultura y hasta la guerra–, han producido importantes cambios en las dimensiones estratigráficas –rocas– y cronológicas, en el año 2000, el químico atmosférico Paul Crutzen, ganador del Nobel en 1995, acuño y popularizó el término Antropoceno –del griego anthropos, hombre, y kainos, reciente o nuevo–. Desde entonces cada vez más expertos se atreven a apoyar, con pruebas científicas, la solidez de dicha afirmación. El Antropoceno inaugura un rápido cambio medioambiental desencadenado por el aumento de la población y del consumo. Éste coincidiría con la ‘Gran Aceleración’ de mitades del siglo XX, cuando se incrementó la actividad económica, el uso de recursos y la era nuclear desplegó sus alas. El impacto originado por las personas podría dejar huellas permanentes.»Muchos de estos cambios son geológicamente de larga duración; algunos irreversibles», advierten los científicos.