El aparato puede completar su función en una fracción de segundo, en la que puede detectar bombas y pistolas. Esto supondría que no sería necesario detenerse en el control, sino que bastaría con pasar andando a través del escáner, incluso sin sacar del bolsillo las llaves o el teléfono móvil. El guardia de seguridad dispondría de una tableta que mostrará una imagen de la persona con las áreas sospechosas resaltadas, en caso de haberlas. Con este sistema, pueden ser escaneadas 800 personas por hora. Tanto su rapidez como su capacidad para detectar objetos peligrosos, metálicos y no metálicos, lo hace especialmente útil para la seguridad de aeropuertos y estaciones de trenes de grandes dimensiones.
Otra de sus ventajas es que no podrán captar imágenes reales de los cuerpos bajo la ropa, algo que se ha criticado mucho de los escáneres tradicionales. “Nunca construimos una imagen que permita a alguien ver detalles anatómicos, así que no hay un espectáculo del desnudo desde el principio” ha explicado Michael Ellenbogen, director de Evolv.