
La Cuba real y la virtual
Fidel Castro se haría un gran favor, antes de dejar este mundo, si derribara el muro de un comunismo que sólo les ha traído montañas de miseria.
Fidel Castro se haría un gran favor, antes de dejar este mundo, si derribara el muro de un comunismo que sólo les ha traído montañas de miseria.
La cruz se alza sobre los escombros de la hoz. Siempre pasa lo mismo pero aún hay personas que siguen defendiendo el infierno que provocan sus promesas de construirnos un paraíso en la tierra.
Cuándo ese bebé amoroso se convirtió en uno de los asesinos más sanguinarios de la historia. Cuándo esa boca que buscaba instintivamente el pecho de su madre empezó a ordenar asesinatos.
Hay ideologías que prefieren sus propias consignas a la contundente verdad de los hechos.
Las acciones de guerra sucia más notables las perpetró Reagan en Latinoamérica. Los acontecimientos que se han venido produciendo en las últimas semanas en Ucrania y Venezuela tienen el sello inconfundible del manual de la CIA.
Se trata de un bulo difamatorio de los aparatos de propaganda del capitalismo, cosas de la antigua Madison Avenue, que es donde estaban las grandes agencias de publicidad y relaciones públicas.
Del horroroso siglo veinte sólo nos quedaba Castro y la penicilina. Se apaga el comandante sabiendo que con él su obra desaparece y hasta los antibióticos están perdiendo la batalla, las bacterias se hacen más listas y más fuertes
El comunismo murió porque partiendo de mentiras sólo pudo traer muerte y ruinas. Pero lo terrible es que aún hay muchos que quieren que siga vivo y nos intentan vender argumentos para volver a imponer el totalitarismo
Loss intelectuales de izquierdas son clasistas y les gusta teorizar sobre la clase obrera desde restaurantes japoneses, como hace Ignacio Escolar, vistiendo camisas de «El Ganso»
Jang Song-thaek, tío de Kim Jong-un, dictador de Corea del Norte y supervillano de referencia desde que no está Bin Laden, ha sido ejecutado acusado de traición, de ser mujeriego, de desestabilizar y de consumir drogas.
China se ha convertido en la fábrica del mundo. El régimen facilita salarios bajos, industria contaminante y congestión metropolitana
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