THE OBJECTIVE
España

Jorge Bustos: “El algoritmo lo ha destruido todo”

El jefe de Opinión de ‘El Mundo’ es el tercer protagonista de ‘Café vienés’, la serie de The Objective LIVE Podcast presentada por el filósofo Miguel Ángel Quintana Paz

Hay crónicas y crónicas y algunas comienzan por el desenlace.

Cuando Miguel Ángel Quintana Paz, presentador de este Café vienés de The Objective LIVE Podcast, le pregunta al invitado Jorge Bustos ya en los postres qué haría con el Anillo de Giges –esto es, qué haría si fuera invisible, ¿cambiaría algo?–, el liberal y televisivo columnista respira: lo que haría sería recuperar los privilegios perdidos del anonimato. “A mi modestísimo nivel”, matiza. Pero es exactamente lo que haría: volver a ser uno más, nadie volvería la cabeza a su paso.

[Puedes ver la charla completa en alta definición haciendo clic en la foto de portada o escuchar el podcast en Ivoox, Spotify y Apple Podcasts]

Claro que Bustos ya estaba sobre aviso cuando empezó a desfilar por los platós de Telecinco y LaSexta. Sobre las consecuencias le advirtió Ana Rosa Quintana: la fama en España consiste en cinco años consecutivos en televisión. Bustos, que es jefe de Opinión de El Mundo, lo ha comprobado. “La fama no es ser columnista”, añade. “Si luego dejas de salir, tu fama desaparece también”.

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11:45 horas. El presentador Miguel Ángel Quintana Paz ultima los detalles del podcast desde los pasillos de los Yelmo Luxury Palafox de Madrid. | Fotografía: Rodrigo García | The Objective

Pero, regresando a la pregunta de nuestro presentador, sostiene Jorge Bustos que si a nadie le resultara familiar su rostro o su nombre, Jorge Bustos seguiría escribiendo. Solo que sus cuentos y sus novelas y sus columnas dejarían de sufrir la carga de su firma. Se limitarían a cargar con el peso de las limitaciones.

Y este desenlace, en un agujero de gusano licencioso, nos conduce hasta la primera parte de la conversación. Al momento en que Quintana Paz le pregunta: “¿Quién es Jorge Bustos?”. Y el invitado le corresponde con una sonrisa y un ligero movimiento de cabeza y confiesa: “Yo me he dedicado a cosas relacionadas con el periodismo, pero no me definiría como periodista. Todavía tampoco como escritor. No sé muy bien cuál es mi vocación”.

–Has dicho que escritor todavía no –le replica el moderador.

–Es que es una palabra muy importante –defiende Bustos, que es filólogo de formación–. Me lo tomo en serio. Ahora escritor es cualquiera: sales en un reality y eres un escritor de éxito. Pero para mí es una palabra que merece respeto. Yo, cuando oigo la palabra escritor, pienso en Flaubert. No pienso en literatura de aeropuerto. Tengo cuatro libros publicados y estoy a punto de publicar otro. Pero me parece que escribir un libro del que uno se sienta orgulloso o no del todo insatisfecho merece por lo menos un año de trabajo. Y yo todavía no he podido dedicarme como me gustaría a poner en pie un proyecto literario.

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11:50 horas. El equipo instala los dispositivos de sonido a Jorge Bustos, en la sala 3 de los cines, a pocos minutos del comienzo del programa. | Fotografía: Rodrigo García | The Objective

Bustos, que siempre quiso escribir columnas “en un medio de primera línea”, que pronto descartó la carrera académica porque “exigía demasiada paciencia”, reconoce que a veces piensa en cambiar radicalmente de vida, que “alberga otros objetivos” –en cuerpo novelístico– que ha ido posponiendo “por ese sacerdocio que es la opinión pública”.

Aunque, de alguna forma, toda la pasión por la literatura está presente en sus columnas, a menudo trufadas de referencias. Bustos, que tuvo una infancia muy libresca, que “de niño no es que fuera repelente: es que era el niño que daba asco al niño repelente”, alega que no sólo se debe a un esfuerzo asociativo estrictamente particular, sino a la esencia misma de la política. “Mi evolución hacia la politología o el análisis político parte de la literatura porque esa distinción entre política y cultura, si quieres decirlo así, es más bien artificial”, resume. “Como decía Azaña, la política es el estado más elevado de la cultura. En su mejor expresión, desde luego, que a lo mejor no es la actual. Pero aun así hay cultura detrás de cada uno de los personajes, por ínfimos que parezcan, de la política actual. Incluso hay arquetipos que ya están representados en Roma”.

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11:53 horas. Quintana Paz recibe las últimas indicaciones previas a la grabación, con Jorge Bustos en el escenario. | Fotografía: Rodrigo García | The Objective

Si bien el columnismo ha sido siempre en España coto privado de escritores, hemos vivido en la última década un desembarco masivo de politólogos que han reivindicado su espacio, que se han presentado en primera línea de batalla para decir Aquí estamos, preparados para el análisis. Se han producido fricciones que Bustos no desmiente.

–Ellos piensan: “A lo mejor no escribimos tan bien como vosotros, pero nos acercamos a la verdad; vosotros lo que hacéis es exhibir vuestra exuberancia. No, no: cuelan mentiras muy gruesas con su estilo pobre. Porque tú, con una estadística que sostenga tu prejuicio, puedes encontrar cosas que lo refuten. Un manejo hábil de la estadística puede poner en pie cualquier afirmación. Lo sabemos quienes trabajamos en los medios».

Así que el entrevistado reivindica la función del columnista tradicional, heredero de Larra: “A lo mejor lo que tenemos que conseguir es que se escriba con honestidad y ecuanimidad, con las armas de la sociología y la politología y las ciencias sociales, pero que sea divertido, que se le cause placer al lector. Esto de enterrarlo en datos me parece demasiado sádico”.

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12:10 horas. Miguel Ángel Quintana Paz y Jorge Bustos conversan sobre el pulso del periodismo, el valor de la literatura y las asperezas de la política. | Foto: Rodrigo García | The Objective

Y, a propósito de la honestidad y la ecuanimidad, el periodismo. Bustos no entra en el fatalismo ni la melancolía, no cree que se hagan peores periódicos ahora que en el pasado, que la crisis del periodismo no es tanto del periodismo como del principio de autoridad. Esto es, de “la credibilidad que los ciudadanos antes depositaban sin sospecha en los periodistas… y también en los intelectuales, los jueces, los políticos”. Bustos advierte que la crisis, por tanto, es de confianza, que somos espectadores de un cambio de paradigma cognitivo “donde no se acepta la intermediación”. Y es precisamente ahí donde encaja la posverdad, que tiene más de indiferencia ante la verdad que de mentira. “Es que no me importa que sea cierto o falso”, satiriza Bustos. “Conecta con mis intereses, apela a mis emociones, subraya mi identidad y, por tanto, le concedo a quien dice eso mi credibilidad”. Un proceso que no se explica sin las redes sociales y el desarrollo tecnológico: “El algoritmo lo ha destruido todo”.

Bustos vislumbra dos caminos posibles para España, en términos informativos, como respuesta al relativismo. El primero consiste en la búsqueda de la verdad: es costoso, implica pagar por la información que proporcionan diarios con 200 redactores exclusivamente dedicados a ello. El segundo, en lo contrario: “Todavía podemos escarbar en el hoyo del posmodernismo y que vivamos en sociedades saturadas de ruido durante unos años más… hasta que se reconfiguren ciertas instituciones sociales”.

Lamentablemente, cree que el primer camino tiene pocas opciones. Mientras ve que en Estados Unidos o Francia hay periódicos tradicionales que vuelven a crecer, que ganan dinero gracias a suscriptores que apuestan por una información fiable, asume que en España hay argumentos para la desesperanza: “Nuestras élites formadas puede mirar de cara a cualquier otra, no caería ahí en leyendas negras. En lo que sí caigo en leyendas negras es en que España no es un país de muchos lectores”.

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12:30 horas. Dos sillones, tres cámaras, un escenario. Quintana Paz y Bustos continúan su conversación para la tercera edición del podcast. | Fotografía: Rodrigo García | The Objective

La corrupción y el miedo como armas políticas

A estas alturas de la mañana, Quintana Paz introduce en la conversación con Bustos las dos armas más efectivas de la política moderna: la corrupción y el miedo. Sobre la primera, recuerda un viejo tuit del columnista: “Prefiero un gobierno corrupto que un gobierno comunista”. Bustos sonríe: “Aquel fue mi primer trending topic”. Y continúa: “Un régimen comunista no sólo es criminal y genera ruina y asesinatos en masa, sino que también genera corrupción masiva. Los grandes sistemas se arruinan por la corrupción”. Sostiene que en España, cuando se habla de comunismo, no se recuerda a Stalin y Pol Pot; más bien se cruzan por la mente Gaspar Llamazares y Jorge Semprún.

Pero no es ésta la discusión de fondo. Lo es, en cambio, la capacidad para tumbar gobiernos que ha tenido en los últimos años. Lo vimos en Valencia o Andalucía, en la moción de censura a Rajoy, también con el Madrid de Carmena. “Sería estúpido cualquier político que no utilizara la corrupción”, exclama Bustos. “La política, y en eso tiene razón Iván Redondo [jefe de gabinete de Sánchez], no tiene nada que ver con la razón. El que tiene la razón no gana las elecciones, las suele perder. El que suele ganar las elecciones es el que manipula más hábilmente al electorado. Lo que pasa es que hay gente que utiliza la manipulación en un sentido reformista, por el bien del país, y gente que sólo lo utiliza para perpetuarse en el poder”.

¿Y sobre la segunda? Bustos cree que, fríamente, no hay motivos para el pánico: “Vivimos en uno de los momentos de mayor prosperidad y paz de la historia”. Sin embargo, son las emociones las que nos mueven electoralmente: “Como somos conscientes de una forma inmanente, subliminal, de lo que detectamos que podemos perder, como somos conscientes de eso, tenemos más miedo que nunca. El miedo lleva a veces a las sociedades a elegir suicidarse con opciones políticas que saben manipular ese miedo para cumplir la autoprofecía. Un mesías –un salvapatrias– llega a atizar el pánico a perder su modo de vida, la gente le vota y efectivamente cumple su miedo destrozando el modo de vida que él se proponía salvaguardar. La figura del bombero pirómano es una figura que está desde Catilina, es un clásico de la historia moderna”.

Y concluye: “No tenemos que dejarnos manipular por los que dicen que nuestra situación de prosperidad histórica y de paz está al borden del abismo: atenazados por el miedo elegimos mal”.

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12:45 horas. Retrato de Bustos a la conclusión del evento. | Fotografía: Rodrigo García | The Objective

Puedes ver o escuchar nuestros anteriores The Objective LIVE Podcast con Albert Boadella y Santiago Abascal.

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