Una gran tormenta económica acecha a Estados Unidos
Edwards vaticina que la economía será «arrasada por una inmensa ola de suspensión de pagos». «Los beneficios no suelen caer tan profundamente sin una recesión desplegándose detrás», añade, «y con el sector empresarial de EEUU hasta el cuello de deuda, la clase de activos que deben evitarse es la deuda corporativa». Edwards se distancia de los economistas que comparan la situación con la vivida en 1986: asegura que entonces el desplome del petróleo no impidió que la economía creciera a buen ritmo y que las empresas no estaban tan profundamente endeudadas como ahora.