
El dinosaurio ‘blindado’ que sacude la paleontología chilena
Este herbívoro de cola con forma de espada ha permanecido oculto hasta ahora en el desierto de Chile
Este herbívoro de cola con forma de espada ha permanecido oculto hasta ahora en el desierto de Chile
Hace 65 millones de años, una enorme roca de 10 kilómetros impactó contra la Tierra y desencadenó la quinta extinción masiva
En 2013 se había hallado una parte de su cola y en excavaciones posteriores se descubrió el conjunto de la osamenta
Con un coste aproximado de 500.000 millones de dólares, y en una zona privilegiada, la costa del Mar Rojo, NEOM será independiente de la legislación saudí y su sistema fiscal
Un estudio analiza la morfología dental de los cocodrilos del Mesozoico y descubre sus similitudes a la estructura de los herbívoros
El estudio arroja luz sobre los enormes flujos de lava y sus efectos sobre los cambios en la Tierra
Un grupo de paleontólogos ha descubierto los restos fósiles de una especie de dinosaurio hasta ahora desconocida. El dinosaurio, hallado en la Patagonia argentina, pertenece al grupo de los saurópodos y su característica más llamativa son las largas espinas óseas que rodean su cuello y espalda.
La película Jurassic World: Fallen Kingdom nos sirve para revisar la idiotez humana en el cine cuando se trata de experimentos que nunca, nunca, salen bien
Cuando hablamos de extinción, nos viene a la cabeza los dinosaurios. La información que habitualmente no manejamos es que han sido muchas las especies las que han desaparecido en los últimos 500 millones de años, periodo en el que se han producido al menos cuatro extinciones masivas –esto es, la desaparición de una gran cantidad de especies en un período relativamente corto de tiempo, tradicionalmente por motivos geológicos o climáticos–.
Los dragones cumplieron lo prometido por Juego de tronos, generar pánico y horror… y mucha mucha muerte.
El dinosaurio más conocido que Steven Spilberg lanzó a la fama con la película Parque Jurásico, el Tiranosaurio Rex, era un animal enorme, con la piel dura y cubierto de escamas, no de plumas, según un estudio publicado este miércoles en la revista Royal Society’s Biology Letters.
Un grupo de investigadores ha descubierto 21 tipos de huellas de dinosaurio en unas rocas de hasta 140 millones de años de antigüedad, situadas en el yacimiento australiano conocido como ‘Parque Jurásico’
Dos dinosaurios autómatas serán desde hoy los responsables de dar la bienvenida a los huéspedes de un nuevo hotel atendido por robots, el primero de este tipo que abre sus puertas en la capital japonesa. El «Henn na Hotel Maihama Tokyo Bay», que dispone de 100 habitaciones, busca ofrecer una experiencia «fascinante» a aquellos que decidan alojarse en el establecimiento, situado junto al parque temático Disneyland, a pocos kilómetros del centro de la capital.
Los expertos han reconstruido unas pequeñas gotas de ácido sulfúrico que se formaron a gran altura en el aire tras el impacto y han demostrado que dieron como resultado un enfriamiento de larga duración. Fue este enfriamiento el que contribuyó, muy probablemente, a la muerte de los dinosaurios. Respecto a la oscuridad, fue el choque entre la roca y el planeta el que sumió a la Tierra en una oscuridad que duró años y que tuvo una gran influencia en el desarrollo de la vida existente en aquella época.
Esta investigación ha usado por primera vez un tipo específico de simulación por ordenador que normalmente se aplica a otros contextos. “Se basa en investigaciones que muestran que los gases que contienen azufre, y que se evaporan tras el impacto violento del asteroide, fueron el factor principal para bloquear la luz del Sol y el enfriamiento de la Tierra», explica Brugger.
El fósil muy probablemente pertenece a la especie del Iguanodon, un dinosaurio herbívoro que presenta varias similitudes cerebrales con los cocodrilos y las aves de hoy día. Se cree que el dinosaurio cayó en un pantano o ciénaga poco profunda durante el Período Cretáceo y quedó enterrado bajo el sedimento. Allí, los minerales del agua estancada -muy ácida y con poco oxígeno- comenzaron a reemplazar el tejido blando del cráneo preservándolo durante millones de años. «Las posibilidades de preservar tejido cerebral son muy bajas, por lo que el hallazgo de este ejemplar es realmente asombroso», indica Alex Liu, uno de los autores de la investigación.
El descubrimiento todavía está en una fase inicial. De momento se ha hecho una estabilización del lugar, ya que los restos fósiles se encontraban en peligro de destrucción al hallarse en una pendiente. «Se trata de un lugar clásico de la paleontología morellana, además de que este dinosaurio presenta un registro escaso en la formación», indica Gasulla. Según el paleontólogo, el yacimiento proporcionará nueva información sobre las especies de dinosaurios que convivían en Morella hace 125 millones de años. El alcalde de la localidad, Rhamsés Ripollés, ha aprovechado el hallazgo para destacar la «potencialidad a nivel patrimonial y turístico» de la región «en el mundo de los dinosaurios».
El hallazgo tuvo lugar en la década de 1950 por el paleontólogo Llewellyn Ivor Price, quien murió en 1980 sin que se le reconociera su descubrimiento. Sin embargo, casi siete décadas después, los restos, hasta ahora almacenados, han sido estudiados confirmándose la sospechas de Price. El paleontólogo Alexander Kellner ha informado que Price tenía muchos otros especímenes por identificar y que no tuvo tiempo de llegar al Austroposeidon magnifus, por lo que sus huesos no pudieron ser examinados entonces. Los hallazgos paleontológicos brasileños son modestos en comparación con Argentina, que en 2014 descubrió en la Patagonia el Dreadnoughtus schrani, el animal terrestre más grande conocido en el mundo, con 26 metros y más de 60 toneladas.
Los pterosaurios son un grupo extinto de reptiles voladores que vivieron durante la mayor parte de la era del Mesozoico, entre hace 66 y 250 millones de años. La neuroanatomía pterosaurio es conocida sólo por unos pocos restos conservados en tres dimensiones y, hasta ahora, no había información sobre las formas intermedias. Por lo tanto el presente descubrimiento proporciona nueva información relacionada con el origen, el modo y la evolución de esta especie de reptiles voladores.
Aunque otras teorías afirman que los dinosaurios no se extinguieron por un meteorito, la mayoría de los expertos están de acuerdo en afirmar que existen suficientes pruebas como para confirmar que el impacto sí fue el principal causante de su desaparición. Lo que aún estaba por descubrir es cómo el asteroide consiguió acabar de forma fulminante con las miles de especies que habitaban la Tierra en el periodo Jurásico; un misterio que parece haber sido resuelto por paleontólogos de la Universidad de Tohoku, en Japón. Según el estudio, el asteroide que alcanzó nuestro planeta impactó en la Península de Yucatán en Mexico, un lugar concreto que acogía enormes reservas de petróleo. Como consecuencia, se produjo una explosión equiparable a la de mil millones de bombas atómicas, produciendo una enorme nube de hollín que evitó la llegada de la luz del Sol a la superficie de la Tierra. El aire quedó contaminado por los humos provenientes del crudo y vastas regiones de la Tierra quedaron convertidas en desiertos, sumando así un conjunto de condiciones para la extinción final de todos los dinosaurios.
El estudio concluye que ninguno de los fenómenos que hasta ahora estaban detrás de la extinción, el impacto de un meteorito o una serie de erupciones volcánicas, son exclusivos. La investigación apunta que en la era del Cretácico se inició un considerable descenso de la tasa de evolución. A partir de entonces «se volvieron vulnerables a los cambios ambientales drásticos» explica Manabu Sakamoto, paleontólogo de la Universidad de Reading y autor principal del estudio. Los cambios drásticos, incluidos el vulcanismo, la ruptura del supercontinente Pangea y la caída de las temperaturas, aceleraron la desaparición.
Sean Gulick, director de la investigación, ha dicho que «a través de este proyecto que comenzará en abril esperamos ver inicialmente un período donde no hay vida y luego estudiar de qué manera se volvió a poblar el planeta, pues sabemos que su impacto fue mucho más fuerte que el de la bomba de Hiroshima. La Tierra vivió días de oscuridad y mucho polvo». El experto también ha precisado que la caída del asteroide acabó con la vida de muchas especies, «incluso las más temibles bestias».
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