
La imposible reforma de la escuela
«Ha sido una lástima que se hayan impuesto las teorías que proscriben el uso de la memoria en el aprendizaje»
«Ha sido una lástima que se hayan impuesto las teorías que proscriben el uso de la memoria en el aprendizaje»
Tras pasar por Francia, República Dominicana y Cuba, Cortichs acabó enseñando en México
Durante las últimas dos décadas, de manera más evidente, se ha producido un auge del estudio de lenguas extranjeras
No existe —aún— la advocación de Nuestra Señora de la Lectura Lenta, pero estoy en ello. En mi opinión, la riquísima iconografía de María leyendo nos ofrece un mensaje que eleva la lectura a la dignidad del sacramento: Leed, porque mediante la lectura, el verbo se hace carne.
Quizás sirva como respuesta uno de los diagnósticos que el propio Ganivet transmite en el Idearium, y que reza así: si yo fuese consultado como médico espiritual para formular el diagnóstico del padecimiento que los españoles sufrimos, (porque padecimiento hay y de difícil curación) diría que la enfermedad se designa con el nombre de no-querer o en términos más científicos por la palabra griega aboulia, que significa eso mismo, extinción ó debilitación grave de la voluntad.
Tener veinte años y hacer el primer viaje a Italia. Tal era, según Josep Pla, el deseo que rogaría al diablo si este le ofreciera uno último antes de morir. Yo tenía veintiuno y no el diablo, pero sí el programa Erasmus, me concedió un curso para estudiar Filosofía en Roma (también me ofreció pasarlo en Alemania, Francia o Inglaterra, lugares todos ellos donde se parlan lenguas bien apreciables…
Esta mañana, mis hijos y yo, de camino al colegio, pasábamos por delante de las obras de un inmenso polideportivo en construcción que lleva en esqueleto varios años. La mastodóntica obra municipal quedó paralizada por la crisis, pero desde hace unos meses los trabajos se han reanudado. Una cuadrilla de esforzados obreros va cubriendo aguas de los pabellones abiertos a la intemperie. Los niños, en el coche, comentaron el asunto. Dijo el de 10 años:
La exconsellera de Enseñanza de la Generalitat Clara Ponsatí, que se encontraba en Bélgica para evitar su detención tras no acudir a declarar ante la Audiencia Nacional, ha dejado este país y ha viajado al Reino Unido para reincorporarse a la Universidad de Saint Andrews (Escocia), donde ejercía como profesora.
El Tribunal Constitucional ha estimado parcialmente el recurso de la Generalitat contra la Ley de Mejora de Calidad Educativa, Lomce, y ha anulado la obligación de escolarizar a los alumnos sin enseñanza pública en castellano. Esta medida se aplica a los centros privados pagados por la Generalitat, informa EFE.
El cine está en el espíritu de Francia desde que el inventor Louis Le Prince se filmó caminando en círculos por dos segundos en el jardín de su suegra. Estuvo ahí cuando siete años después, en 1895, los espectadores se llevaron las manos a la cabeza con aquello que proyectaba el cinematógrafo de los Lumière, esas fotografías de un tren llegando a la estación que se sucedían muy rápido y creaban un movimiento que no era posible. Este mismo espíritu permanece en Francia en el siglo XXI y se retroalimenta gracias al exministro de Educación Jack Lang, que introdujo el cine en las escuelas en el año 2000, asumiendo que una película no solo es un entrenamiento admirable, sino que, en el mejor de los casos, también es una forma elevada de arte.
No me escandaliza demasiado que los padres eduquen a sus hijos en lo que consideran bueno. Mucho peor sería que los educasen en aquello que consideran malo o que no los educasen en absoluto, si tal cosa fuese posible. Por eso no logro tirarme de los pelos al ver que algunos de mis compatriotas llevaron a sus hijos a las cabalgatas de los farolillos independentistas o, mejor dicho, llevaron farolillos independentistas a las cabalgatas de reyes de sus hijos. Como no me escandalicé al ver que los llevaban a las manifestaciones del 11-S, o a las contrarias a la Guerra de Irak o a las en defensa de la vida y de la familia. Y todavía menos me indigna que los lleven al futbol o a los toros, para que aprendan allí a ver más y mejor y se curen de ser aquellos ciegos que no ven más que a 22 tipos corriendo en calzoncillos o a un sádico en mallas torturando a un pobre animal indefenso. Tienen, al menos, derecho a intentarlo. Porque es sabido que los niños tienen su propia lista de prioridades, y me imagino que la luz de un farolillo indepe poco podría hacer para eclipsar la llegada de un rey mago.
Yo quería ser cantante… Di tú. Realmente me creía que cantaba bien, tanto que hasta grabé un par de canciones escritas por mi que no están del todo mal. Después me dio por ser actriz. Qué vergüenza a mi intelectualidad aparente.
La mayoría de los niños del planeta son nadies y solo tienen expectativa de morir la vida. No quieren ser príncipes ni princesas. Tampoco futbolistas o profesoras. La mayoría de los niños del planeta aspiran solo a vivir.
¿Quién nos enseña que lo importante no es lo que hagamos sino con qué corazón lo hacemos? Es un tópico lo que diré, pero necesitamos recordarlo: No somos más por lo que tenemos ni hacemos; valemos sencillamente el peso de nuestro amor.
Leemos más que nunca. Nos interesamos por cuestiones que nunca antes nos habían interesado. Y realizamos decenas de tareas simultáneas mientras estamos online. A primera vista, podría tratarse de un signo de inteligencia, un nuevo impulso intelectual para el hombre digital del siglo XXI. Pero lo estudios científicos realizados hasta el momento no dicen exactamente lo mismo.
Si retrocedo en el tiempo a la adolescencia de mi abuela y le digo que le sobran un par de kilos, me pega un bofetón que ni Pepe en sus mejores años con Mourinho. Con lo difícil que es vivir, como para buscarle más obstáculos nosotros mismos.
Desgraciadamente, nos vamos acostumbrando. Las noticias que llegan de lejos tienden a ser escenas de una violencia extrema. Pero también en la barbarie hay grados. Uno especialmente repulsivo ha sucedido en Nigeria.
Esto es lo que siento: ganas de quemar la universidad española.
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