
La vida de Ahmad en España después de la guerra
Antes de venir a Madrid, Ahmad era arquitecto en Alepo y se había comprado un coche nuevo, tenía un piso y esperaba su segundo hijo junto a su mujer, que es española, de origen árabe. La conoció en unas vacaciones que ella pasó en Siria. “Yo la vi, y ahí empezó todo”, me cuenta. Se casaron en 2008 y un año más tarde nació su primera hija. La vida avanzaba tranquila y en calma: Ahmad tenía su oficina de arquitectura y un negocio de decoración y reformas y su mujer trabajaba en casa y cuidaba de su hija, muy pequeña. “Éramos felices”, me dice.